¿Cuál es el precio de la vivienda en cada país?

No es nada nuevo que el coste de la vivienda puede variar considerablemente entre países e incluso entre ciudades de un mismo país. Las razones pueden ser varias y suelen coincidir con las que explican también las diferencias en el coste de vida alrededor del mundo: el sueldo medio, la cultura del alquiler o de compra, los costos de criar a un hijo, los precios de los bienes básicos…

Como analizaremos a continuación, es determinante también el valor de la moneda. La volatilidad del mercado de divisas, también conocido como Forex, es tal que es recomendable tener en cuenta estos cambios antes de hacer cualquier inversión, incluida la compra de una casa, un piso o un local. Al mismo tiempo, invertir en dicho mercado puede ayudar a uno a hacer algo de dinero extra.

El contexto local: la clave para entender la diferencia de precios

Para entender por qué el precio de la vivienda de un país es el que es, hay que entender el contexto local, es decir, las circunstancias que lo hacen diferente a otro. Estas diferencias se explican gracias al efecto Balassa-Samuelson que dice que, en términos generales, aquellas zonas donde los sueldos medios son altos, más altos serán también los precios de los servicios y los productos, incluida la vivienda.

Sin embargo, dicha proporcionalidad no es lo único que hay que tener en cuenta. El tipo de cambio también tiene un impacto directo en el coste de vida de un país; el valor de la moneda hace que sea más o menos caro vivir allí. Por otro lado, hay que entender que, en el ámbito de la vivienda, también actúa la ley de la oferta y la demanda: cuanta más demanda haya, más subirán los precios, y viceversa.

Las capitales del mundo más baratas para comprar una casa

Como podemos ver en la infografía, fijándonos en el precio que tiene un metro cuadrado en el centro de las principales metrópolis del mundo, Dubái y Ciudad del Cabo aparecen como las ciudades donde más barato sale comprar un piso. Un apartamento de 85 metros cuadrados tendría un coste de 229.500 dólares de media, mientras que en São Paulo −la tercera ciudad más barata− saldría por unos 246.500 dólares.

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En Europa, hay una diferencia significativa entre lo que cuesta un piso céntrico en Madrid y en Roma, y eso que tanto España como Italia se encuentran en la zona euro. Como hemos mencionado, existen otros factores de carácter local que explican esa diferencia. En concreto, el metro cuadrado en la capital española cuesta 5.100 dólares, casi la mitad de lo que vale el equivalente en Roma.

Londres y Singapur, entre las ciudades donde la vivienda es más cara

La capital británica es, sin duda, la ciudad donde más caro sale comprar una vivienda en pleno centro. El metro cuadrado sube a 17.300 dólares, lo que significa que un piso de 85 metros cuadrados tendría un coste de aproximadamente de 1,4 millones de dólares. Le sigue de cerca Singapur, donde los residentes que quieran tener casa propia deberán pagar más de 1,3 millones de dólares por el mismo apartamento.

El precio de una propiedad céntrica de las mismas dimensiones en Nueva York no dista demasiado de estas cifras, superando también el millón de dólares. Por otro lado, es algo inferior comparado con el coste en Tokio y Sídney: 10.300 dólares. Eso sigue siendo casi cuatro veces más que el precio del metro cuadrado en Dubái y Ciudad del Cabo, las ciudades más baratas.

Otros factores a tener en cuenta

Al precio de la vivienda hay que sumarle los gastos que se derivan de ella. Habitar en una casa o un apartamento significa también tener que pagar la impuesto sobre inmuebles, la tasa del agua, el recibo de la luz y el gas, el seguro del hogar, la comunidad de vecinos, etcétera. El precio de estas facturas mensuales también es diferente entre países, como también lo es el sueldo medio.

En este sentido, el Reino Unido se alza con la primera posición con un gasto total de 182 dólares al mes en facturas, que equivale al 7,5 % del salario medio calculado en 2.316 dólares. En cambio, poder pagar sus gastos del hogar supone el doble de esfuerzo para un ciudadano brasileño. Eso se debe a que, aunque la factura suba a “solo” 72 dólares, el sueldo es cinco veces más bajo.

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A todo ello hay que sumarle, evidentemente, los intereses de las hipotecas. Siguiendo con el ejemplo de Brasil, aunque el metro cuadrado céntrico de São Paulo es de los más baratos, el país tiene uno de los tipos de interés más altos: 11,3 % en hipotecas con tasa fija a 20 años. Además, estos créditos hipotecarios suponen el 229 % del salario medio, mientras que en Estados Unidos solo el 26 %.