Las claves para no tener comisiones en el banco

Un banco siempre tiene más de una forma de ganar dinero. Los bancos nunca pierden y eso es cierto. No obstante, una de sus actividades más lucrativas es cobrar comisiones a sus clientes, las cuales han aumentado desde la crisis y la catástrofe del negocio inmobiliario.

Seguro que a ti también te suenan. Y seguro que estás tan acostumbrado a ellas, como todos, que siempre lo has considerado como algo que debes pagar y punto. Sin planteártelo. De hecho, muchas de esas comisiones ni siquiera sabemos que existen hasta que nos las pasan a la cuenta. Incluso si son de poco valor, pasan aún así desapercibidas.

Pero los bancos son entidades con las que se puede negociar prácticamente cualquier cosa. La clave está en hacerlo y saber hacerlo bien para poder salirnos con la nuestra. Descubre cómo conseguir eliminar las comisiones de tu cuenta bancaria.

Cómo eliminar las comisiones en el banco

Existe una gran cantidad de comisiones, a veces desconocidas, que el banco nos puede cobrar por tener una cuenta abierta. Por ello, es necesario saber cómo negociar con éxito para combatirlas.

Es habitual centrarse en la comisión de mantenimiento, pero existen otras ocultas que son más fáciles de negociar. La clave está en conocerlas para poder hacerlo con éxito.

Comisiones de mantenimiento

Estas comisiones se pagan por tener una cuenta en el banco. También es una de las primeras que debes negociar. Si deseas eliminarla, ataca con tu nómina y la amplia oferta que existe actualmente en el mercado.

Si domicilias la nómina, esa comisión desaparece. Por lo que es recomendable usar cualquiera de estos argumentos para deshacerte de ellas.

Por descubierto

Aunque esta es una de esas comisiones prácticamente imposibles de negociar para eliminarlas, lo que sí puedes hacer es reclamar una vez que te las hayan cobrado.

Si te quedas en números rojos, el banco te cobrará una cantidad. En ese caso, los intereses rondan el 15 por ciento, a lo que hay que sumarle los gastos de reclamación.

Cuando te quiten el dinero, puedes reclamar que te la quiten amenazando con que vas a cambiar de banco. Además, si el banco no admite que la cuenta se quede en números rojos, exige desde el principio que, en el caso de no haber dinero, no se permita que sigan cobrando los recibos.

Reclamación de posiciones deudoras

Estos son los gastos del banco por reclamarte los números rojos. Esta comisión también se puede reclamar cuando te la hayan cobrado, aunque es prácticamente imposible eliminarla para siempre.

Sin embargo, existen casos en los que esta comisión se ha considerado ilegal. Las comisiones deben estar ligadas a un servicio y en este caso en concreto forma parte de su propia operativa.

Transferencias e ingresos de cheques

Tu banco, como la mayoría, seguro que cobra por realizar transferencias a otra cuenta de otra entidad. Esta comisión es difícil de eliminar, aunque puede conseguirse. Ya hay bancos que las hacen gratuitas en caso de que la transferencia no llegue a los 50.000 euros.

En el caso de los cheques, lo mejor es asegurarse de contratar con un banco que no cobre comisiones por ellos, pues es una comisión casi imposible de eliminar.

Retirada de efectivo en cajeros ajenos a la entidad

Esta también es una comisión negociable, aunque solo con las entidades que cuenten con menos oficinas. El resto, seguramente se niegue a cambiar de parecer. Lo único que puedes hacer es adaptar la comunidad de referencia para antiguas cajas y conseguir retirar hasta un límite de veces de forma gratuita.

Servicios de información y gastos de correspondencia

Estas son las comisiones que te cobran los bancos ligadas al servicio de mensajería sobre el estado de tus cuentas. Puedes pedir que las eliminen o que simplemente dejen de enviarte información. De hecho, con las nuevas tecnologías ya no hace falta pues puedes acceder tu mismo a través de la banca electrónica.

Para dejar de recibir cartas, puedes entrar de forma online y pedirlo expresamente a través de una casilla.

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Algunas comisiones son difíciles de gestionar o incluso casi imposible de eliminar. Sin embargo otras de las más comunes puedes ser negociadas si sabemos con qué atacar.