Casa Real: lo que no sabes de los hermanos del rey emérito Juan Carlos I

Uno de los miembros de los que más datos se tienen de la Casa Real es del Rey Don Juan Carlos I, nacido el cinco de enero de 1938 en Roma. La vida del Rey Emérito es conocida por todos. Sus padres fueron Don Juan de Borbón y Barrenberg y Doña Mercedes de Borbón de Orleans.

El matrimonio tuvo cuatro hijos, dos niños y dos niñas. Don Juan Carlos I tuvo una educación militarizada en España después de terminar sus estudios en Suiza en el colegio de los Marianistas en Friburgo. No fue hasta los diez años que no pisó nuestro país por primera vez junto a su familia y desde entonces tuvo que estar yendo y viniendo por culpa de la mala relación de su padre con Franco.

Al igual que él, sus hermanos también tuvieron una juventud intensa y hay algunas curiosidades sobre los hermanos del Rey Emérito Don Juan Carlos que no son demasiado conocidas. Pocos son los que conocen de la existencia de Alfonso de Borbón o de cómo se descubrió la ceguera de la hermana menor.

Te contamos todas estas curiosidades y más.

Alfonso de Borbón

Juan Carlos I casa real junto a Alfonso

Alfonso Cristino Teresa Ángel Francisco de Asís Todos los Santos es uno de los miembros de la Casa Real que menos se conoce. Nació en Roma el 3 de octubre de 1941 y lamentablemente su vida duró poco.

Recibió su primer nombre en honor a su abuelo Alfono XIII que había muerto algunos meses antes de su nacimiento. Al igual que sus hermanos, Alfonso vivió de un lado a otro. En un principio se mudó a Suiza, pero fue en 1946 cuando regresaron a Portugal, a Estoril que es donde la familia establece su residencia.

En el año 1950 Alfonso se va a España junto a Juan Carlos I a estudiar en el colegio del Palacio de Miramar de San Sebastián. Allí llevó una educación estricta y militarizada. Hacía desde el izado de la bandera hasta la misa diaria. Se ponía a estudiar desde que se levantaba hasta que se acostaba. Es una triste vida para un chico que la disfrutó tan poco tiempo.

Los que lo conocieron afirmaban que era más espontáneo que su hermano, más jovial y menos retraído. Es algo parecido a lo que sucede con la Princesa Leonor y su hermana, la Infanta Sofía.

Era un joven listo y deportista que mantenía una relación excepcional con su padre. A punto de entrar en la Escuela Naval de Marín en Pontevedra regresó a Portugal junto a su hermano Don Juan Carlos I para disfrutar de las merecidas vacaciones de Semana Santa, sin saber que eran las últimas que tendría.