Antidepresivos, lo que no te cuentan de ellos

Hay personas que piensan que si tomas antidepresivos estás loco, pero nada más lejos de la realidad… Vivimos en una época en la que el paro es una lacra para muchos. El insomnio, el estrés, sentir que te ahogas, las migrañas continuas, la falta de concentración, sentirte un fracasado y muchos otros síntomas del día a día consiguen que te detengas, pongas freno a tu vida y te des cuenta que necesitas ayuda.

Al igual que cuando te duele una pierna te tomas una pastilla, cuando tienes una depresión también debes hacerlo.

Te haré una pequeña lista de cosas que no sabes sobre los antidepresivos, puede que te ayude.

¡PEDIR AYUDA NO TE HACE MÁS DÉBIL SINO MÁS FUERTE!

Antidepresivos

Los antidepresivos NO SON MILAGROSOS

Una vez que los tomas quiere decir que has reconocido que tienes un problema y no eres capaz de lidiar con ello tú solo, pero OJO, los antidepresivos no son milagrosos ni funcionan igual en todas las personas.

A veces hay que probar distintos tipos de antidepresivos hasta que encuentres uno que realmente te funcione.

Cada persona tiene un cuadro depresivo diferente y por eso mismo necesitas el que te vaya mejor y menos efectos secundarios te provoque.

Si no estás dispuesto a ayudar a los fármacos poniendo un poco de tu parte ni la BOMBA atómica en medicamentos logrará que salgas del agujero.

Tienen distintos efectos secundarios según la persona

Los antidepresivos llevan un gigantesco prospecto en el que te citan, entre otras cosas, todos los efectos secundarios “posibles”. Eso no quiere decir que los vayas a sufrir uno a uno… El organismo de cada persona reacciona de una manera diferente cuando comienzas a suministrarle químicos, y más de esta índole. Algunos de los ejemplos son estos:

  1. Insomnio o exceso de cansancio.
  2. Sequedad bucal.
  3. Falta de apetito sexual.
  4. Mareos y fatiga.
  5. Aumento de peso.
  6. Visión borrosa.
  7. Estreñimiento.
  8. Ansiedad.

Existen muchos más efectos secundarios de los antidepresivos de los que no se informa adecuadamente cuando te recetan, así que, si los tomas y a las cuatro semanas no has visto mejoras significativas, pero sí tienes «síntomas molestos» como los anteriores, debes regresar y hablarlo con tu médico o especialista.

Abstinencia a estos medicamentos

Existe el miedo ante la dependencia a los antidepresivos. Es cierto que las personas que dejan de tomar estas pastillas suelen recaer antes de tres meses. La serotonina de tu cuerpo es con lo que juegan estas pastillas y cuando desaparecen del organismo provoca que nuestro cuerpo se colapse. Los médicos, como respuesta a esta recaída, mandan una dosis superior o cambian a otro fármaco más fuerte.

Para que no haya riesgo de abstinencia tienes que hablar con tu médico. Bajar la dosis diaria de antidepresivos durante algunas semanas hasta que dejes de tomarlos o cambiar a otro más flojo. Esta es una solución para no sufrir esa sensación.

No solo se recetan antidepresivos para la depresión

Las pastillas antidepresivas se recetan para más cosas aparte de para la tristeza ansiedad o estrés. El dolor crónico, el abuso de sustancias o trastornos alimentarios usan este tipo de tratamientos para su cuadro clínico.

Peligro de suicidio

Los niños, adolescentes y jóvenes de hasta 25 años tienen más riesgo de tener pensamientos suicidas al tomar antidepresivos.

Hay que prestar especial atención cuando alguien cercano a ti toma durante las primeras semanas del tratamiento o cuando las deja de tomar.

A largo plazo lo probable es que esos pensamientos desaparezcan, pero si tú, o alguien que conoces, toma antidepresivos y tiene conductas extrañas tienes que notificárselo a tu facultativo.

¿Cómo hacer que funcionen?

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  1. No es efectivo en el instante en el que te tomas la primera pastilla, hay que tener paciencia.
  2. No olvides tomarlo y si es así no dupliques la dosis.
  3. Pon en una balanza si los efectos secundarios son mayores a los beneficios y si lo son habla con tu médico.
  4. Acudir al psicólogo a la vez que te tratas con antidepresivos es de gran ayuda. A veces dan placebos con las terapias y los pacientes mejoran…
  5. No creas que porque estás mejor puedes dejarlas de un día para otro porque pueden hacer efecto choque y que vayas a peor.
  6. No tomes alcohol o drogas.
  7. Y, por último, y no menos importante, pon de tu parte. Levántate cada día pensando que no es un día menos, si no uno más.
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