El acto de conducir con cascos se ha convertido en una estampa habitual en las ciudades, especialmente entre repartidores y conductores jóvenes que buscan mantenerse conectados. Sin embargo, la Dirección General de Tráfico (DGT) clasifica esta conducta como una infracción grave que atenta directamente contra la capacidad de reacción ante imprevistos en la carretera.
No importa si la música está apagada o si simplemente los llevas puestos para cancelar el ruido exterior; el mero hecho de llevarlos insertados en el oído es suficiente para que el agente te sancione sin posibilidad de recurso. La ley prioriza la atención permanente a la conducción por encima de cualquier comodidad tecnológica o necesidad de comunicación personal.
200 EUROS Y 3 PUNTOS MENOS: EL COSTE DE AISLARTE
La sanción económica es dolorosa, pero el verdadero golpe para muchos conductores es la pérdida de crédito en su permiso de conducir. La normativa actual castiga el uso de cascos o auriculares con una multa de 200 euros y la retirada de 3 puntos del carnet, equiparando esta conducta a otras distracciones peligrosas.
Esta medida busca erradicar el aislamiento acústico que impide al conductor percibir señales vitales del entorno, como el claxon de otro vehículo o la sirena de una ambulancia. La seguridad vial depende de que todos tus sentidos estén volcados en la carretera, y el oído es fundamental para anticipar peligros que no entran en tu campo visual.
Si crees que puedes recurrir alegando que el dispositivo estaba apagado, olvídalo, ya que los agentes no tienen la obligación de comprobar el funcionamiento del aparato. La infracción se comete por el hecho de llevar puesto un dispositivo que, por su naturaleza, disminuye la atención necesaria para circular con seguridad.
EL MITO DE «SOLO LLEVO UNO PUESTO»
Existe la creencia popular de que utilizar un solo auricular es legal porque dejas el otro oído libre para escuchar el tráfico, pero el Reglamento General de Circulación es tajante al respecto. El artículo 18.2 prohíbe explícitamente el uso de cascos o auriculares conectados a aparatos receptores o reproductores de sonido, sin hacer excepciones por cantidad.
La DGT y los expertos en seguridad coinciden en que incluso un solo auricular altera la percepción espacial del cerebro y aumenta el tiempo de reacción ante un estímulo auditivo. La atención se divide inevitablemente entre lo que escuchas por el dispositivo y lo que ocurre fuera, rompiendo la concentración plena que exige el volante.
Por tanto, esa costumbre de llevar el auricular derecho colgando mientras conduces para atender llamadas rápidas es una imprudencia que sale cara ante cualquier control policial. La única forma legal de hablar por teléfono o escuchar música es a través de los altavoces integrados del vehículo o sistemas manos libres que no requieran inserción en el oído.
EXCEPCIONES: MOTOS Y AUTOESCUELAS
Como en casi toda norma, existen matices específicos diseñados para situaciones muy concretas donde la comunicación es imprescindible por seguridad o aprendizaje. La ley permite el uso de dispositivos inalámbricos certificados u homologados para la utilización en el casco de protección de los conductores de motocicletas y ciclomotores, siempre que no afecten a la seguridad en la conducción.
Estos intercomunidadores de moto son legales porque están diseñados para no aislar completamente al piloto y permitir la comunicación con el pasajero o con otros motoristas sin usar las manos ni bloquear el canal auditivo. Es una distinción tecnológica clave que separa el ocio del conductor de coche de la necesidad operativa del motorista.
La otra gran excepción se da durante las pruebas de aptitud para la obtención del permiso de conducir, donde el aspirante debe recibir instrucciones del examinador a través de un sistema de comunicación. En este contexto educativo y evaluativo, el uso de auriculares está regulado y permitido bajo la supervisión directa de profesionales acreditados.
CUANDO LA DGT NO PERDONA NI PARADO
Es vital recordar que las normas de tráfico no se pausan cuando el vehículo se detiene en un semáforo en rojo o en un atasco. La DGT mantiene una vigilancia activa y te puede sancionar si te ve manipulando los auriculares o colocándotelos mientras esperas a que el semáforo se ponga en verde, considerándolo parte de la conducción.
Esta rigurosidad se alinea con la estrategia de tolerancia cero ante las distracciones, que siguen siendo la primera causa de mortalidad en nuestras carreteras. De hecho, la vigilancia se ha intensificado tanto que ahora la DGT te persigue hasta encontrarte incluso si crees que estás en un momento de pausa segura, demostrando que la atención no puede tener interrupciones.
Al final, la mejor manera de evitar la multa no es buscar trucos legales, sino conectar el teléfono al Bluetooth del coche antes de arrancar. Conducir exige el 100% de tus capacidades, y prescindir de los auriculares es una decisión inteligente que protege tu vida y tu bolsillo a partes iguales.










