Tras un aumento generalizado de los precios en la alta velocidad, Renfe ha confirmado, por boca de su presidente, Álvaro Fernández Heredia, y el ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, que pueden verse obligados a subir sus precios. El motivo es la nueva política de puntualidad que tienen que asumir por la enmienda que el PP introdujo en el Senado para la ley de transporte sostenible, que les obliga a recuperar su vieja política de puntualidad. Es un golpe encajado en un momento delicado para el sector, sobre todo porque Ouigo e Iryo venían subiendo sus precios poco a poco tras años manteniéndolos al mínimo, y porque la pública sigue con el AVLO de la ruta Madrid-Barcelona fuera de servicio por los problemas de los AVRIL.
El aumento de precio se calcula en un 10%, aunque habrá que seguir de cerca la realidad del mercado y los intentos de la empresa y el ministerio de evitar que la nueva normativa entre en vigor. Recordemos que lo que ha pedido el Partido Popular desde el Senado es simplemente que Renfe recupere su vieja política de puntualidad, que se traduce en la obligación de devolver el 50% del importe pagado por un billete en caso de un retraso de más de 15 minutos y un 100% en caso de un retraso mayor de 30 minutos.
El principal reclamo de la empresa desde el día uno es que la nueva normativa sólo recae sobre ellos. Ouigo e Iryo tienen políticas de puntualidad menos estrictas, y que incluyen la posibilidad de pagar al usuario con un vale de descuento para otros viajes en el futuro, mientras que la pública tendría que pagar el monto directamente, y sin la posibilidad de usar otros medios de pago, dejándolos en los que consideran una situación injusta frente a su nueva competencia. Es cierto que desde la CNMC se ha visto con buenos ojos que la obligación de esta medida caiga también sobre las privadas, pero de momento no hay movimientos al respecto.

Además, desde Renfe han defendido que es más difícil que nunca cumplir con los estándares de puntualidad de su vieja política. Hay más usuarios, más trenes y más frecuencias en el sistema, lo que hace que las posibilidades de una incidencia sean mayores, esto ignorando situaciones de este año como la del apagón o los problemas constantes que hubo este verano.
En cualquier caso, los usuarios no notarán el cambio hasta principios del año. Es cierto que una vez más Renfe queda en una situación de desventaja en cuanto a precios con sus rivales, pero también es una realidad que en el pasado esto no los ha alejado del primer puesto en el mercado de la alta velocidad. Aunque desde la llegada de sus competidores la empresa pública ha tenido que compartir el pastel con Ouigo e Iryo el mercado ha crecido lo suficiente para soportar tres operadores, y además el AVE sigue siendo la opción más popular, así que hay opciones para encajar el golpe.
SE MANTIENE UN MONOPOLIO EN GALICIA
La buena noticia para Renfe, en lo que a la competencia se refiere, es que sigue teniendo un par de espacios de exclusividad. La empresa pública sabe que la llegada de sus competidores al norte del país, donde debería iniciar este año la segunda etapa de la liberalización de los trenes, sigue siendo complicada por la falta de disponibilidad de trenes que permitan a la industria privada sumarse a los destinos gallegos, claves dentro del mapa nacional.
La buena noticia para Renfe en lo que a la competencia se refiere es que sigue teniendo un par de espacios de exclusividad
Además, a pesar de lo que se incluía en la petición de la liberalización por parte de Bruselas, la empresa sigue siendo el único operador de los servicios de cercanías y media distancia en el país, y de momento no se menciona esta etapa de la liberalización del servicio. Esto a pesar de las críticas permanentes de los usuarios sobre la puntualidad de los servicios del Cercanías en Madrid o Sevilla y del Rodalies en Cataluña, problemas a los que la empresa pública ha querido restar importancia en los últimos meses señalando las deficiencias de otros servicios como el Metro de Madrid.
LOS PRECIOS DE RENFE SUBEN, PERO SEGUIRÁN DEBAJO DEL AVIÓN
En cualquier caso, si se confirma este aumento de precios de un 10% al menos, Renfe podrá presumir de seguir cerca de un 30% por debajo del precio previo a la liberalización del servicio. Es una realidad que ya se ha confirmado con los aumentos recientes de las tres operadoras en la ruta Madrid – Barcelona: Que incluso si los precios ultrabaratos del principio del nuevo modelo no eran sostenibles, los previos a la liberalización no volverán.

Por ahora la empresa sigue buscando que se revise la ley o, al menos, que se aplique también a sus competidores. Es un proceso complicado, que puede obligar a Puente solicitar un Decreto ley de urgencia en el Consejo de Ministros, un movimiento que hasta ahora no han querido dar mientras siguen buscando otras soluciones legales a la nueva exigencia de puntualidad.








