domingo, 28 diciembre 2025

Tienes una cuenta a cero que no usas y crees que es gratis: el 1 de enero el banco te quitará 240€ de golpe

Muchos clientes ignoran que las cuentas sin actividad siguen generando gastos que pueden derivar en una deuda considerable. Las entidades financieras endurecen sus condiciones para 2026 y el coste por mantenimiento podría ascender a 240 euros anuales si no se toman medidas urgentes.

Es muy probable que tengas alguna libreta olvidada en un cajón desde hace años y pienses erróneamente que, al no tener saldo, tu banco no te va a cobrar nada por ella. Sin embargo, dejar una cuenta a cero no implica su cancelación automática y la relación contractual con la entidad sigue vigente con todas sus consecuencias, incluidas las temidas comisiones de mantenimiento que se acumulan silenciosamente. Este descuido es una de las fuentes de ingresos pasivos más habituales para las entidades financieras en España.

La sorpresa suele llegar tras las festividades, cuando revisas la correspondencia y descubres con espanto que tienes una deuda con la entidad que desconocías por completo. El problema se agrava porque las notificaciones suelen ignorarse o perderse si has cambiado de domicilio, convirtiendo un pequeño olvido en un problema de morosidad que puede manchar tu historial crediticio sin que te des cuenta. Antes de que el calendario marque el inicio del nuevo ejercicio fiscal, es vital poner orden en tus finanzas.

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EL MITO DE LA CUENTA GRATUITA QUE YA NO EXISTE

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Durante años nos acostumbramos a productos sin costes, pero la realidad actual del mercado nos demuestra que la gratuidad exige una vinculación fuerte para mantenerse en el tiempo. La mayoría de las ofertas de «cero comisiones» que firmaste en el pasado estaban condicionadas a una nómina, recibos o un uso mínimo de tarjetas que seguramente ya no cumples si dejaste esa cuenta en el olvido. Sin esos requisitos activos, las tarifas por defecto se reactivan automáticamente.

El mecanismo es perverso porque el usuario no recibe un aviso inmediato, sino que ocurre en el momento exacto en que dejas de cumplir los requisitos exigidos por contrato. Esa cuenta que abriste para pagar el alquiler de un piso anterior o para un viaje puntual se transforma, sin tu intervención, en un producto estándar con costes de gestión elevados. Pensar que «como no la uso, no cuesta» es el error más caro que cometen los ahorradores españoles.

HASTA 240 EUROS POR NO HACER NADA

Las tarifas se han actualizado al alza en los últimos meses y si revisas el libro de tarifas verás que el banco aplica cargos trimestrales elevados sin avisar previamente. Las principales entidades de nuestro país han estandarizado una cuota que suele rondar los 60 euros cada tres meses para aquellos clientes que no están vinculados, lo que suma la friolera de 240 euros al final del año. Es un dinero que desaparece de tu bolsillo simplemente por mantener abierto un registro informático.

No estamos hablando de casos aislados o bancos pequeños, sino que es una práctica común donde cada banco aplica sus propias tarifas máximas permitidas por el Banco de España. Entidades como CaixaBank o Banco Santander tienen esquemas de precios que penalizan severamente la inactividad o la falta de vinculación, convirtiendo el ahorro en un gasto neto. Si tienes 100 euros olvidados en una cuenta vieja, es muy posible que el 1 de enero ya no estén ahí.

CUÁNDO SE CONSIDERA QUE UNA CUENTA ESTÁ ABANDONADA

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Existe una gran confusión sobre los plazos legales, pero debes saber que a efectos de comisiones, la cuenta sigue activa para la entidad desde el primer día que dejas de usarla. Aunque la ley marca que los fondos pasan al Estado tras 20 años sin movimientos de ningún tipo, el banco no espera dos décadas para empezar a cobrarte por el mantenimiento de la libreta. La inactividad del cliente no congela los derechos de cobro de la entidad financiera.

Lo que ocurre en la práctica es que se entra en una zona gris donde el usuario cree que la cuenta ha muerto, mientras que el sistema informático sigue contabilizando gastos mes a mes. A diferencia de lo que muchos creen, el banco no tiene la obligación de cerrar una cuenta por iniciativa propia solo porque tú hayas dejado de operar con ella. Eres tú, como titular responsable, quien debe comunicar fehacientemente el deseo de finalizar el contrato.

EL PELIGRO DE LOS NÚMEROS ROJOS Y EL BDE

El verdadero riesgo no es solo perder el saldo remanente, sino que es posible que el banco te reclame la deuda pendiente si las comisiones superan el dinero que tenías guardado. Aunque el Banco de España ha reiterado que es una mala práctica bancaria generar un descubierto técnico solo por el cobro de comisiones e intereses, las entidades siguen enviando cartas reclamando esas cantidades. Esto puede llevarte a figurar en ficheros internos de morosidad o dificultar la contratación de otros productos.

Para protegerte de estos abusos, la normativa establece que el banco no debería cobrarte por descubiertos si la única causa de ese saldo negativo es la propia comisión de mantenimiento. Sin embargo, pelear esto a posteriori requiere tiempo, reclamaciones al Servicio de Atención al Cliente y, en ocasiones, elevar la queja al supervisor bancario. Es mucho más inteligente y barato prevenir la situación cerrando la cuenta antes de que los números se tiñan de rojo.

CÓMO CERRAR DEFINITIVAMENTE EL GRIFO DE LOS GASTOS

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No basta con dejar el saldo a cero y romper la tarjeta de plástico, pues es obligatorio que acudas a tu oficina para cancelar el producto formalmente. Hoy en día, algunos bancos digitales permiten hacerlo a través de la aplicación móvil, pero la banca tradicional suele exigir la presencia física o el envío de una carta certificada para asegurarse de que no quedan flecos pendientes. Ignorar este paso administrativo es lo que garantiza que las comisiones sigan llegando el próximo año.

Una vez hayas firmado la clausura de la cuenta, es altamente recomendable que pidas un certificado de cancelación oficial para guardarlo en tus archivos. Este documento será tu único salvavidas si dentro de unos años el banco, por un error informático o una fusión bancaria, intenta reclamarte comisiones atrasadas de una cuenta que creías cerrada. El 1 de enero está a la vuelta de la esquina; revisa tus bancos y evita regalarles 240 euros.


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