sábado, 27 diciembre 2025

Jesús de la Gándara (69), médico psiquiatra: “El pensamiento genera sufrimiento porque le prestamos demasiada atención”

Jesús de la Gándara sostiene que el sufrimiento mental no proviene del pensamiento, sino de la atención excesiva que le damos. Aprender a desplazar el foco permite aliviar la carga emocional y recuperar una relación más sana con la mente.

En una época dominada por la sobreestimulación mental, el pensamiento se ha convertido en un compañero constante que rara vez descansa. El psiquiatra Jesús de la Gándara propone una mirada distinta: comprender cómo funciona la mente permite reducir el sufrimiento y recuperar una relación más saludable con la mente.

Desde su experiencia clínica, el especialista sostiene que no es el pensamiento en sí lo que nos daña, sino la atención desmedida que le concedemos, una idea que hoy gana respaldo en la psicología contemporánea.

Publicidad

La radio interior que nunca se apaga

YouTube video

En consulta, De la Gándara explica que es posible interrumpir el pensamiento mediante técnicas cognitivo-conductuales bien entrenadas. Una de las más conocidas es el thinking stop, que no se basa solo en una orden mental, sino en un gesto físico que actúa como detonante y ayuda a cortar la inercia mental.

La metáfora de la Radio Sapiens, tomada del paleoantropólogo Emiliano Bruner, ilustra con claridad este fenómeno. Esa radio interior que no se apaga mantiene la mente activa incluso en la noche, cuando el silencio amplifica su impacto y dificulta el descanso.

El problema aparece cuando el pensamiento ocupa todo el espacio de la conciencia y se confunde con la identidad personal. En esos momentos, la persona cree que es lo que piensa y queda atrapada en un diálogo interno que se retroalimenta, generando malestar emocional y fatiga psicológica.

Cambiar el foco del pensamiento para aliviar la carga mental

Cambiar el foco del pensamiento para aliviar la carga mental
Fuente Freepik.

Para el psiquiatra, la clave no está en luchar contra cada pensamiento, sino en desplazar la atención hacia otro punto. La atención, explica, funciona como un músculo que se fatiga cuando se utiliza de forma continua sobre el mismo estímulo.

Cuando la mente genera angustia, la estrategia consiste en observar a qué se está atendiendo y cambiar el foco. Respirar con calma, leer unas líneas o escuchar un sonido externo permite que el ruido mental pierda fuerza sin necesidad de confrontarlo. Este enfoque se extiende también a la idea de felicidad. De la Gándara distingue entre estar feliz y ser feliz, y advierte que el pensamiento obsesivo por alcanzar un estado permanente suele generar frustración y una sensación constante de insuficiencia.

La felicidad, señala, no se construye desde la inactividad, sino desde la acción significativa. Cuidar el cuerpo, crear algo útil y sentirse parte de una red social sólida reduce la carga negativa del pensamiento recurrente y fortalece la sensación de bienestar.

Incluso factores como el azar juegan un papel, pero solo para quienes están atentos. Estar al loro, como él lo define, implica un pensamiento abierto a lo que sucede y no encerrado en preocupaciones anticipadas. Un amanecer, una conversación o un gesto sencillo pueden pasar inadvertidos si el pensamiento está ocupado en rumiaciones constantes. Aprender a soltar ese hábito devuelve profundidad a la experiencia diaria.

En conclusión, el mensaje de Jesús de la Gándara es claro: el pensamiento no necesita ser eliminado, sino comprendido y colocado en su justa medida. Así, el pensamiento deja de ser un tirano silencioso y se transforma en una herramienta útil cuando el pensamiento ya no gobierna toda la vida interior.


Publicidad