Los cambios en el sistema de alta velocidad español ya empiezan a notarse y, sin duda, marcarán los planes de Ouigo, Iryo y Renfe en el año que está por empezar. Con un cierre de año que ha sido marcado por el aumento de los precios en varias de las rutas de alta velocidad más populares del país, incluyendo la que conecta Madrid y Barcelona, 2026 debería obligar a varias de estas empresas a la hora de atraer clientes, pues la competencia sigue complicando.
Lo cierto es que ya han empezado los movimientos de las tres empresas, allí están los 100 millones de euros que ha invertido Iryo para aumentar la cantidad de trenes en las rutas españolas. El objetivo es tener más frecuencias en los espacios donde ya operan en la actualidad, un objetivo que va de la mano con sus trenes a deshoras, una meta que han anunciado en las últimas semanas para atraer a los usuarios que eviten las horas y fechas pico del calendario, claves para cualquier empresa que dependa del turismo, pero lejos de ser las únicas opciones del sector.
Por su lado, Renfe, la empresa pública, no solo debe adaptar su día a día a la presencia de competidores en buena parte de las rutas, sino que sabe que ADIF ya está lista para iniciar la segunda etapa de la liberalización, la que definirá si alguna otra empresa más puede sumarse a las rutas con dirección al norte del país. Además, a diferencia de sus competidores, la empresa pública tiene la responsabilidad de mantener funcionando los servicios de Cercanías y media distancia, lo que obliga a movimientos e inversiones diferentes a los de sus rivales. Por ejemplo, en las últimas semanas el Ministerio de Transporte ha anunciado millones de euros para mejorar el servicio de Rodalies en Cataluña.
Por su lado, Ouigo no ha hecho grandes cambios, más allá de un pequeño aumento de precios en la línea que conecta Madrid y Barcelona y seguir sumando rutas donde la capital no es prioridad, como las conexiones entre Andalucía y Cataluña o la conexión con Alicante, que ha servido para bajar los precios de la ruta y aumentar el turismo de la zona. Es un aviso de lo que pueden hacer en 2026, sobre todo por que las joyas de la nueva liberalización, las ciudades gallegas como Vigo o La Coruña, no parecen una opción viable por la falta de opciones de fabricantes de Tren, con el único fabricante con trenes diseñados para esta situación, Talgo, comprometido para los próximos años.
AUMENTAR LA FRECUENCIA PARA COMPETIR
En cualquier caso, hay estrategias ya comunes entre las tres plataformas, y que deberían ser tomadas en cuenta. Con un aumento de precios ya más que evidente, y con la necesidad de mantener el número de usuarios que han conseguido desde la llegada de la liberalización, que transformó la alta velocidad en el medio de transporte más popular del país para las distancias largas. Recientemente, la idea ha sido aumentar frecuencias de viajes en algunas rutas, y terminar de ocupar los últimos espacios en el sistema que no necesitan trenes especiales.
Ouigo, Iryo y Renfe compiten entre ellas, pero al mismo tiempo todo el sector compite con el avión, el autobús y los vehículos particulares
Es que, por un lado, Ouigo, Iryo y Renfe compiten entre ellas, pero al mismo tiempo todo el sector compite con el avión, el autobús y los vehículos particulares, por lo que estos movimientos son clave para todos. En ese panorama, los nuevos trenes de Iryo y las nuevas rutas de Ouigo son una buena noticia, incluso si el ministro Óscar Puente y el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, siguen señalando a estas empresas por la guerra de precios que han generado en el sistema local, y las pérdidas que siguen presentes en las empresas.
LOS PROBLEMAS DE PUNTUALIDAD DE RENFE, A EXAMEN
Lo cierto es que Renfe está en una posición especialmente delicada para empezar el nuevo año. El nuevo compromiso de puntualidad al que le ha obligado la enmienda del Senado sobre la ley de transporte sostenible, que hará que la empresa pública deba pagar por una indemnización del 50% del precio del billete en caso de retrasos mayores de los 15 minutos en la hora de llegada, y de un 100% en caso de que el retraso supere los 60 minutos.
Es una medida que de momento solo afecta a la empresa pública, pero ya hay voces que piden que tanto Ouigo como Iryo deban cumplir con la misma exigencia, o que se evite aplicar esta medida, para evitar que estas empresas se vean afectadas. Desde Renfe se ha avisado que aplicar esta exigencia de puntualidad puede traducirse en un aumento de los precios del servicio, pues es una política diseñada para un sistema con un solo operador.
