viernes, 26 diciembre 2025

Radares de línea continua: la nueva tecnología de la DGT que multa sin correr

La Dirección General de Tráfico ha puesto en marcha un nuevo sistema de vigilancia que está generando mucho revuelo entre los conductores españoles. Estos dispositivos, conocidos popularmente como radares de línea continua, no miden la velocidad a la que circulamos, sino el respeto a la señalización horizontal en tramos conflictivos.

La DGT sigue ampliando su arsenal tecnológico para garantizar la seguridad en las carreteras y reducir los índices de siniestralidad anuales. Resulta evidente que la tecnología no deja de sorprendernos con herramientas cada vez más precisas y difíciles de eludir para los infractores. Ya no es necesario pisar el acelerador más de la cuenta para recibir una «receta» en casa, pues ahora el comportamiento al volante está bajo la lupa. La vigilancia se ha vuelto inteligente, selectiva y, sobre todo, implacable con aquellos comportamientos que antes pasaban desapercibidos.

Muchos conductores se confían al pensar que solo los excesos de velocidad son perseguidos con ahínco por las autoridades de tráfico. Sin embargo, las infracciones más habituales en carretera suelen estar relacionadas con la falta de paciencia y el irrespeto a las normas básicas de convivencia vial. Estos nuevos ojos digitales vigilan incansablemente aquellos puntos donde la picaresca española suele poner en riesgo la integridad de los demás usuarios. Estamos ante un cambio de paradigma donde la educación vial pesa tanto o más que el propio velocímetro.

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¿CÓMO FUNCIONAN ESTOS VIGILANTES SILENCIOSOS?

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A diferencia de los cinemómetros tradicionales, estos sistemas utilizan cámaras de visión artificial capaces de leer matrículas de forma selectiva para la DGT. El mecanismo es sencillo, pues estos dispositivos graban matrículas continuamente para cotejar qué vehículos cruzan la línea en el punto prohibido. Si la cámara detecta que has invadido el carril de incorporación atravesando la línea continua, la secuencia de imágenes se envía automáticamente para tramitar la denuncia. No hay flash que te avise, solo un sistema de reconocimiento óptico infalible.

La DGT ha instalado estas cámaras en pórticos o postes situados estratégicamente al inicio de los carriles de aceleración y deceleración. Ten claro que el objetivo es reducir el riesgo de colisión lateral, uno de los accidentes más frecuentes en las vías de alta capacidad cercanas a las grandes urbes. No buscan cazarte corriendo, sino asegurándose de que respetas la fila y no pones en peligro a quienes circulan correctamente por su carril. Es una medida disuasoria para ordenar el flujo del tráfico en puntos negros.

LAS UBICACIONES DONDE MÁS SE MULTA

Por el momento, la mayoría de estos dispositivos controlados por la DGT se encuentran operativos en las principales autovías de acceso y salida de Madrid. Es sabido que los conductores impacientes suelen saltarse la norma justo en estas zonas para evitar las retenciones típicas de las horas punta. Carreteras como la A-1, A-2, A-42 y A-6 ya cuentan con esta tecnología vigilando las maniobras de miles de vehículos cada día. Conocer estos puntos calientes puede salvarte de un disgusto innecesario al volver del trabajo.

La DGT no descarta expandir este sistema a otras provincias donde la densidad del tráfico genera problemas similares en los nudos de conexión. La realidad es que la seguridad vial depende de respetar los carriles y mantener el orden en situaciones de tráfico denso o embotellamientos kilométricos. Si sueles frecuentar estas vías, presta especial atención a la señalización horizontal antes de decidir cambiarte de carril repentinamente. La expansión de esta tecnología a nivel nacional parece ser solo cuestión de tiempo y presupuesto.

EL COSTE DE LA IMPACIENCIA AL VOLANTE

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Recibir una de estas notificaciones no es plato de buen gusto para nadie, especialmente cuando la cuantía económica fijada por la DGT es considerable. Lamentablemente, el bolsillo se resiente con este tipo de sanciones si decidimos ignorar la línea continua por ganar apenas unos segundos al cronómetro. La multa general por esta infracción asciende a 200 euros, una cifra que debería hacernos reflexionar antes de girar el volante bruscamente. Es un precio demasiado alto por ahorrarse unos metros de retención en la salida.

Aunque en principio no conlleva detracción de puntos, la DGT podría valorar la maniobra como conducción temeraria en casos muy flagrantes o peligrosos. Recuerda que la notificación llega directamente al domicilio del titular del vehículo en un plazo relativamente corto tras cometerse la infracción. Es vital entender que el pago voluntario permite una reducción del 50%, pero lo ideal es no tener que llegar a ese punto nunca. La tranquilidad de conducir respetando las normas no tiene precio.

UN CAMBIO DE ESTRATEGIA EN LA DGT

Con la implementación de estos «radares» de línea, el organismo dirigido por Pere Navarro deja claro que la velocidad no es su única cruzada en la DGT. Parece obvio que el exceso de velocidad ya no es la única prioridad en la agenda de la seguridad vial moderna en España. Se busca corregir vicios adquiridos y comportamientos incívicos que, aunque no parezcan graves, son el detonante de muchos alcances y frenazos innecesarios. La estrategia se centra ahora en la disciplina de carril y el respeto mutuo.

La tecnología de reconocimiento de imágenes permite a la DGT fiscalizar maniobras que antes requerían la presencia física de una patrulla de la Guardia Civil. Hoy en día, las cámaras de alta definición lo ven todo y no admiten excusas sobre si había hueco o si el de delante frenó de golpe. Esta automatización permite un control mucho más exhaustivo y constante, las 24 horas del día y en cualquier condición lumínica. La era de la impunidad en las incorporaciones tardías ha llegado a su fin.

CONSEJOS PARA EVITAR LA SANCIÓN

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La mejor forma de evitar estas multas de la DGT es la anticipación y la paciencia, dos virtudes que a veces escasean en nuestros trayectos diarios. Sin duda, planificar la maniobra es fundamental para evitar sustos y no tener que cruzar líneas continuas por haber reaccionado tarde a una salida. Si te has equivocado de camino, es preferible continuar hasta el siguiente cambio de sentido que arriesgarte a una maniobra prohibida y peligrosa. Usar aplicaciones de navegación actualizadas también ayuda a prever las salidas con tiempo suficiente.

Respetar la señalización no solo nos libra de pagar a la DGT, sino que garantiza una circulación más fluida y segura para todos los usuarios. Al final, la carretera es un espacio que compartimos todos y las normas están diseñadas para que lleguemos a nuestro destino sin contratiempos. Conducir con respeto y atención es la única tecnología infalible que nunca pasará de moda, por muchos radares nuevos que instalen. La responsabilidad individual sigue siendo el mejor sistema de seguridad que existe.


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