martes, 23 diciembre 2025

Dr. Iñaki Piñuel (60), psicólogo: “Las redes sociales son una herramienta especialmente diseñada para narcisistas y psicópatas integrados”

- Cómo detectar la manipulación emocional y protegerse del abuso psicológico en entornos digitales.

Las redes sociales han cambiado la forma en la que nos miramos, nos mostramos y nos vinculamos. Y no todo es inocente. Junto a las oportunidades de conexión, también han abierto un terreno especialmente cómodo para ciertos perfiles con rasgos oscuros de personalidad. Psicólogos como el doctor Iñaki Piñuel llevan tiempo advirtiéndolo: psicópatas integrados y narcisistas han encontrado en estas plataformas el escenario perfecto para manipular con una eficacia que antes era impensable.

No es casualidad. Las redes funcionan como un gran escaparate permanente, abierto las 24 horas, donde la imagen lo es casi todo. Ahí, la arrogancia narcisista y la seducción psicopática se amplifican sin esfuerzo. El contacto constante, los mensajes inmediatos y la exposición de la vida íntima crean el caldo de cultivo ideal para el llamado bombardeo de amor: una seducción intensa, acelerada y aparentemente perfecta que engancha rápido… y deja huella.

Publicidad

El peligro de las máscaras perfectas

narcisistas
Cuando la imagen perfecta oculta una intención peligrosa. Fuente: Canva

Uno de los mayores riesgos está en el camuflaje. Tendemos a imaginar al depredador como alguien oscuro, inquietante, fácilmente reconocible. Pero ocurre justo lo contrario. Estos perfiles suelen presentarse como personas encantadoras, admirables, incluso inspiradoras. Gente “demasiado buena para ser verdad” (y ahí suele estar la pista).

Las redes facilitan la creación de personajes ficticios que encajan como un guante con los deseos y expectativas de la otra persona. El problema es que muchas relaciones se construyen sobre esa ficción. La víctima se vincula con una imagen cuidadosamente diseñada, sin llegar a conocer nunca al individuo real que hay detrás. Y cuando la máscara cae, el daño ya está hecho.

Narcisistas y psicópatas: no son lo mismo

narcisistas987 Merca2.es
La seducción rápida suele ser la primera señal de manipulación. Fuente: Canva

Aunque a menudo se confunden, conviene distinguirlos. El narcisista digital utiliza las redes para tapar una profunda herida de autoestima. Proyecta éxito, belleza, inteligencia o superioridad moral y se alimenta de la admiración ajena. “El narcisista es un parásito del deseo de los demás; vive del deseo de los demás y necesita ser deseado a cambio de no ser amado”, explica Piñuel. Para sostener su imagen, invade límites sin pudor: etiquetas sin permiso, exposición de terceros, uso de personas como decoración emocional de su propio ego.

El psicópata integrado, en cambio, no busca validación. Busca utilidad. Crea un personaje a medida, casi artesanal, diseñado para encajar con la personalidad, heridas y carencias de su futura víctima. “Los psicópatas utilizan las redes sociales para fabricar tantas personalidades como sea necesario, máscaras que se ajustan camaleónicamente a la persona que van a seducir y depredar”, señala el experto. La empatía que muestran no es real. Es una herramienta.

Cada red alimenta un rasgo distinto

narcisistas654 Merca2.es
El control emocional no empieza con gritos, sino con halagos. Fuente: Canva

No todas las plataformas juegan el mismo papel. LinkedIn puede potenciar perfiles obsesionados con la ambición y la autopromoción extrema. Twitter sirve a menudo de refugio para el moralista arrogante que necesita sentirse superior ideológicamente. Instagram amplifica la vanidad, el egocentrismo y la comparación constante. Y las aplicaciones de citas facilitan la cosificación del otro y una lógica de consumo emocional rápido, especialmente vulnerable a la manipulación.

La tecnología, además, introduce lo que Piñuel llama una “perversa multitarea”. Un solo depredador puede interactuar con varias víctimas al mismo tiempo, con un esfuerzo mínimo. Analiza fotos, publicaciones y relatos personales para detectar inseguridades, carencias afectivas o momentos de fragilidad. “Las redes sociales les proporcionan una pavorosa economía de medios que les permite multiplicar su perversidad y acelerar la creación de nuevas víctimas”, advierte.

Al final, el psicópata digital actúa como un pescador en un estanque virtual. Lanza muchos anzuelos a la vez. No necesita conocer a cada pez. Le basta con ofrecer el cebo del “personaje perfecto” y esperar a que la vulnerabilidad haga el resto.

YouTube video


Publicidad