domingo, 21 diciembre 2025

Agustín Landivar, médico: “La obesidad y la diabetes se convirtieron en los principales problemas de salud global”

Agustín Landívar alerta que obesidad y diabetes ya dominan la agenda sanitaria mundial, impulsadas por entornos obesogénicos, desregulación metabólica y hábitos modernos, y exige abordajes integrales que superen la culpa individual y prioricen prevención sostenible.

Durante décadas, el aumento de peso fue interpretado como una cuestión individual, ligada casi exclusivamente a la voluntad personal. Sin embargo, hoy la obesidad se revela como un fenómeno complejo, atravesado por cambios sociales, ambientales y metabólicos que afectan a millones de personas en todo el mundo.

El médico Agustín Landívar advierte que la obesidad y la diabetes ya no son excepciones, sino el reflejo de un modelo de vida que alteró la forma en que comemos, nos movemos y regulamos el hambre, muchas veces sin darnos cuenta.

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Un mundo que engorda sin notarlo

Un mundo que engorda sin notarlo
Fuente: agencias

El crecimiento sostenido de la obesidad a nivel global no es casual. Landívar señala que, por primera vez en la historia, existen más personas con exceso de peso que individuos con déficits nutricionales. La explicación no está únicamente en lo que se come, sino en cómo se vive. El sedentarismo, la hiperconectividad y la facilidad para acceder a alimentos y bebidas calóricas modificaron de manera profunda la salud metabólica.

Uno de los datos más contundentes es que gran parte de las calorías que impulsan la obesidad provienen de las bebidas. Azúcares líquidos, refrescos, jugos industriales y bebidas energéticas se consumen sin generar saciedad. A diferencia de los alimentos sólidos, estas calorías no activan los mismos mecanismos de freno del apetito y se absorben con mayor rapidez.

A esto se suma el entorno urbano. Vivir en ciudades densas, con poco verde y altos niveles de estrés, eleva el cortisol, una hormona que favorece la acumulación de grasa y la resistencia a la insulina. En ese contexto, la obesidad deja de ser solo un problema alimentario para convertirse en una consecuencia del ambiente.

Obesidad: Hambre constante y metabolismo en alerta

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Fuente: agencias

Una de las preguntas más frecuentes entre quienes padecen obesidad es por qué no aparece un límite natural que indique cuándo dejar de comer. La respuesta, explica Landívar, está en la desregulación de hormonas como la leptina y la grelina, encargadas de controlar la saciedad y el apetito.

Las dietas extremas suelen empeorar el problema. Cuando la pérdida de peso es brusca, el cuerpo entra en modo de adaptación, reduce el metabolismo y prioriza la supervivencia. En ese proceso, muchas personas pierden masa muscular y mantienen altos porcentajes de grasa corporal, una combinación que perpetúa la obesidad incluso cuando el peso parece normal.

Por eso, cada vez se habla más de “obesidad metabólica” en personas normopeso. No se trata solo de bajar kilos, sino de mejorar la composición corporal, ganar músculo y reducir grasa de forma progresiva. La obesidad, en este sentido, no siempre se ve en la balanza.

El uso de fármacos para bajar de peso, como los agonistas del GLP-1, abre otro debate. Si bien pueden ayudar en casos específicos, Landívar advierte que su uso indiscriminado puede profundizar déficits nutricionales, favorecer la pérdida muscular y reforzar malos hábitos. La obesidad no se resuelve sin educación alimentaria ni cambios sostenibles.

La clave, concluye el especialista, está en volver a lo básico: moverse más, comer alimentos reales, priorizar proteínas y fibra, y entender que muchas veces el hambre es una señal de carencias nutricionales. Abordar la obesidad con tiempo, información y contexto puede marcar la diferencia entre un cambio pasajero y una mejora real en la calidad de vida.


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