Ganar dinero desde cero es una de las preguntas más repetidas entre quienes miran al futuro con ambición y cierta incertidumbre. Especialmente cuando no hay formación previa, contactos ni atajos visibles. Solo actitud, hambre y ganas de aprender.
Desde la experiencia de haber construido y vendido empresas, Santiago Navarro-Rubio propone una mirada realista y poco edulcorada. No hay fórmulas mágicas ni éxitos inmediatos, pero sí principios claros que, sostenidos en el tiempo, permiten cambiar por completo una trayectoria profesional y económica.
El esfuerzo como punto de partida del dinero, no como eslogan

Para Navarro-Rubio, el primer error habitual es creer que el dinero aparece en el momento de vender una empresa. La realidad es mucho menos cinematográfica. El valor se construye durante años de trabajo constante, decisiones difíciles y una cultura de esfuerzo que no se negocia. No importa la edad ni el punto de partida. Importa la actitud con la que se encara el proceso.
Ante la pregunta de qué le diría a un hijo de 16 años que quiere ganar dinero, su respuesta es directa: formarse con un objetivo claro y trabajar cuanto antes. Da igual de qué. Camarero, becario o ayudante. El trabajo temprano enseña disciplina, responsabilidad y algo fundamental: cómo funciona el mundo real del dinero. Estudiar y trabajar no solo no es incompatible, sino que es una combinación poderosa.
En su propia trayectoria, Navarro-Rubio pasó por múltiples empleos antes de emprender. Esa diversidad le permitió entender que el dinero no está concentrado en un sector específico, sino que aparece allí donde alguien aporta valor de forma sostenida. “No existe la fruta fácil. Existe el esfuerzo repetido, incluso cuando nadie está mirando”, manifestó.
Actitud, aprendizaje y el valor de ser imprescindible
Uno de los ejemplos que más utiliza es el de una joven becaria que, en poco tiempo, se volvió indispensable dentro de su empresa. No por su título, sino por su forma de trabajar. Para Navarro-Rubio, ganar dinero a largo plazo está íntimamente ligado a convertirse en alguien confiable, resolutivo y autoexigente.
La diferencia, explica, no está en hacer la tarea asignada, sino en ir un paso más allá. Presentar soluciones junto con los problemas. Pensar antes de escalar una dificultad. Esa actitud marca una distancia enorme en términos de crecimiento profesional y, con el tiempo, también de dinero.
El debate sobre trabajar gratis aparece inevitablemente. Navarro-Rubio lo defiende sin rodeos, siempre que sea una etapa acotada y con aprendizaje real. Cambiar tiempo por conocimiento es, para él, una inversión. Muchos de los profesionales que hoy manejan grandes volúmenes de dinero comenzaron aceptando oportunidades que otros descartaron por no estar bien pagadas.
En paralelo, destaca una habilidad clave: saber vender. No solo productos o servicios, sino ideas, proyectos y confianza. Vender es comunicar con claridad, aceptar el rechazo y entender que cada “no” acerca al “sí”. En ese camino, se construye seguridad personal y una relación más madura con el dinero.
Al final, Navarro-Rubio es tajante: el dinero del presente y del futuro no está solo en la tecnología o las modas, sino en la gestión de personas. Los líderes intermedios, capaces de coordinar equipos y tomar decisiones, son cada vez más demandados. En cualquier industria, en cualquier lugar, quien desarrolla esos atributos siempre encuentra oportunidades para generar dinero.









