Iberdrola continúa con su expansión hacia la esfera internacional, en este caso hacia a Australia con el reciente acuerdo de compra del 100% del parque eólico de Ararat (Victoria) a Partners Group y OPTrust. De esta forma la energética se quedaría con la totalidad de unas instalaciones renovables con una capacidad de 241 MW.
Este parque eólico se caracteriza porque la mayoría de su producción energética es a través de contratos de energía de largo plazo (PPA´s). Según ha comunicado Iberdrola es una forma de proporcionar flujos de caja predecibles, sumando a que prevén un hambre de energía renovable en el estado australiano de Victoria. Es decir, Iberdrola está ampliando su hueco en el negocio australiano, concretamente en un estado que tiene el objetivo de alcanzar un 95% de energía renovable.
Este anuncio se produce tras la exitosa adquisición por parte de Iberdrola de Tungkillo BESS y su designación como socio de desarrollo por VicGrid para impulsar la parte el proyecto de transporte VNI West (Victoria to New South Wales Interconnector West), ambas operaciones firmadas en octubre de este año.
Por otro lado, según ha confirmado la compañía, esta nueva inversión en la eólica australiana, se beneficiará de los próximos proyectos de infraestructuras de transmisión, como el Western Renewable Link y el Project Energy Connect, aumentando sus opciones para exportar energía en el país.
La importancia de Australia en el negocio de Iberdrola
Este paso es importante para la expansión de las renovables de Iberdrola, un negocio que está presente en más de 20 países, entre los que se incluye Australia. Según los últimos datos de los 9 primeros meses ha supuesto esta línea de negocio un EBITDA para la compañía de unos 3.500 millones de euros anuales. Esta nueva adquisición forma parte del plan 2025-2028 de Iberdrola que prevé unas inversiones totales de más de 1.000 millones de euros en el país.
Australia es uno de los países desarrollados que más depende del carbón a nivel internacional, lo que se traduce en que está en un proceso de transición energética que necesita mucha energía renovable en el corto plazo. Esta situación da a la compañía una ventana clave en su plan de expansión de renovables a nivel internacional.
De hecho, la energética ha creado una empresa integrada local: Iberdrola Australia que es uno de los mayores productores renovables del país, con proyectos de viento, solar y baterías en Nueva Gales del Sur, Australia del Sur y Queensland. Según Iberdrola, cuenta con una potencia total instalada renovable (incluyendo solar, eólica y baterías) de cerca de 1.467 MW.
Además de que cuenta ya con múltiples proyectos ya asentados en el país como: Port Augusta (Australia del Sur), una planta híbrida eólico-solar que tiene un total de potencia instalada de 317 MW. Estas características, convierten a este parque híbrido en el más grande de Australia, con una capacidad de suministrar con energía verde a cerca de 180.000 hogares, según estima Iberdrola.
Por otro lado, destaca Mounty James (Queensland), que forma parte de la pipeline de Iberdrola en energías renovables de Australia. En este sentido, se ha acordado que el derecho de este proyecto tendrá una capacidad de 1.000 MW de potencia eólica. A estas inversiones en renovables se añaden confirmadas hasta 4 proyectos adicionales, donde también apuesta por el almacenamiento, para así garantizar la estabilidad y fiabilidad de la red australiana.
En definitiva, la nueva adquisición del parque eólico de Ararat, es coherente con su estrategia de expansión en el gigante de Oceanía, que además se encuentra enmarcado en un plan de inversión total de 2025 hasta 2028. En este sentido, el nuevo plan de Iberdrola, contempla una inversión total en esa horquilla de tiempo de hasta 58.000 millones de euros, de los que un 85% están pensados para destinarse a países con calificación A y marcos regulatorios estables.
El Reino Unido según ha confirmado la compañía, el principal destino de inversión, con 20.000 millones de euros, seguido de Estados Unidos, con 16.000 millones, la Península Ibérica, con 9.000 millones, Brasil, con 7.000 millones, y otros países de la UE y Australia, con 5.000 millones.








