Si estás buscando un destino de invierno inolvidable, Mogrovejo es la respuesta que estabas esperando para tu próxima escapada al norte de la península. Situado en el corazón del valle de Liébana, este pequeño núcleo rural ha sabido conservar su esencia a lo largo de los siglos, convirtiéndose en un referente turístico indiscutible que atrae a miles de visitantes cada año. La belleza de sus calles empedradas bajo la nieve es algo que difícilmente podrás borrar de tu memoria visual una vez lo hayas pisado.
No es casualidad que pertenezca a la selecta red de los pueblos más hermosos del país, pues cada rincón ofrece una postal digna de admirar con calma. Su ubicación estratégica en el municipio de Camaleño lo dota de un paisaje abrupto que, cuando se cubre de blanco en enero, transforma por completo la fisonomía del lugar haciéndolo aún más acogedor. Es el momento ideal para descubrir por qué tantos cineastas y viajeros han caído rendidos ante sus encantos naturales y patrimoniales.
UNA JOYA MEDIEVAL BAJO EL MANTO BLANCO
La historia se respira en cada piedra de Mogrovejo, especialmente cuando observamos su imponente torre medieval destacando con fuerza sobre los tejados nevados del caserío. Construida a finales del siglo XIII, esta fortificación es el emblema del pueblo y, aunque no se puede visitar por dentro, su presencia exterior domina el valle con una majestuosidad que impone respeto y admiración a partes iguales. La nieve dota a la estructura de un contraste visual fascinante, realzando la severidad de sus muros de mampostería contra el cielo invernal.
Pasear por el entorno de la torre en pleno invierno nos permite apreciar la arquitectura popular lebaniega en su máximo esplendor y sin las aglomeraciones del verano. Las casonas de sillería con sus balconadas de madera típicas de Mogrovejo parecen protegerse del frío de la montaña, ofreciendo una imagen de calidez y refugio que invita a imaginar cómo era la vida dura aquí hace varios siglos. Es un conjunto histórico declarado Bien de Interés Cultural que mantiene intacto su trazado original para deleite del visitante actual.
EL ESCENARIO DE PELÍCULA DE HEIDI EN LOS PICOS DE EUROPA
Quizás no lo sepas, pero estas calles fueron elegidas para rodar la película de Heidi en 2016, y al ver Mogrovejo cubierto de nieve entenderás perfectamente la decisión. El paisaje se asemeja tanto a los Alpes suizos que, al caminar por sus senderos helados, uno espera encontrarse al abuelo o a Pedro en cualquier esquina cuidando del ganado. Esta curiosa anécdota ha puesto al pueblo en el mapa internacional, atrayendo a curiosos que buscan esa atmósfera bucólica y casi fantástica.
La transformación del paisaje en enero convierte a la localidad en un estudio de cine natural donde la luz del invierno juega con las sombras de los Picos de Europa. Visitar Mogrovejo en esta época es adentrarse en esa ficción infantil que todos conocemos, pero con la autenticidad de la gastronomía cántabra y la amabilidad característica de sus gentes locales. No hace falta irse a Suiza para sentir la magia de las altas montañas y los prados alpinos cubiertos de escarcha.
RUTAS DE SENDERISMO INVERNAL EN EL VALLE DE LIÉBANA
Para los amantes del deporte al aire libre, el entorno inmediato de Mogrovejo ofrece posibilidades únicas incluso cuando las temperaturas bajan considerablemente en el termómetro. Existen senderos que parten del mismo pueblo y que, siempre con el equipo adecuado para la nieve, permiten disfrutar del silencio absoluto de los bosques lebaniegos en su etapa de hibernación. El crujido de la nieve bajo las botas mientras se observa el macizo oriental de los Picos es una experiencia sensorial inigualable.
Una de las rutas más recomendadas es la que lleva hacia Peña Oviedo, desde donde las vistas panorámicas sobre Mogrovejo y todo el valle son sencillamente espectaculares. Hay que tener precaución en enero por las placas de hielo, pero, si el clima lo permite ese día, alcanzar estos miradores naturales recompensa con creces cualquier esfuerzo físico realizado durante la subida. La naturaleza aquí no se duerme en invierno, simplemente cambia su vestaje para mostrar su cara más salvaje y pura.
GASTRONOMÍA DE CUCHARA PARA COMBATIR EL FRÍO
No hay visita completa a Mogrovejo sin sentarse a la mesa para degustar el famoso cocido lebaniego, el remedio infalible contra las bajas temperaturas de enero. Este plato contundente, servido con sus garbanzos de Potes, berza, patata y el compango de la matanza, reconforta el cuerpo y el espíritu del viajero, convirtiéndose en el protagonista absoluto de los restaurantes y posadas de la zona. Es la gasolina necesaria para seguir explorando el pueblo después de una mañana intensa de caminata.
Además del cocido, los productos locales como el queso Picón Bejes-Tresviso y la miel de Liébana encuentran en Mogrovejo el escaparate perfecto para deleitar al paladar más exigente. Probar estos manjares junto a una chimenea encendida, mientras fuera sigue cayendo la nieve silenciosa, es una de esas experiencias que definen el concepto de turismo rural de alta calidad en Cantabria. La gastronomía aquí no es un simple complemento, es una parte esencial de la cultura que se debe saborear con calma.
ARQUITECTURA RELIGIOSA Y CULTURAL QUE PERDURA
Aparte de la torre militar, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es otro de los tesoros que guarda Mogrovejo y que merece una visita pausada y respetuosa. Su retablo barroco y la imagen de la Virgen, conocida popularmente como La Milagrosa, cuentan historias de fe y tradición local que han sobrevivido al paso de los siglos y a las inclemencias del tiempo en la montaña. El templo destaca sobre el fondo blanco del paisaje, creando una silueta inconfundible desde la carretera.
También es interesante observar los hórreos y las construcciones auxiliares que salpican el casco urbano de Mogrovejo, testigos mudos de la vida agrícola y ganadera de la comarca. Estas estructuras de madera y piedra, elevadas para proteger la cosecha de la humedad, son ejemplos magníficos de la ingeniería popular adaptada al medio hostil. En enero, con los tejados cargados de nieve, estas edificaciones adquieren un encanto nostálgico que atrae a fotógrafos de todas partes del mundo.
PLANIFICAR LA VISITA: ACCESOS Y CONSEJOS PRÁCTICOS
Llegar a Mogrovejo en pleno invierno requiere cierta planificación previa, ya que las carreteras de montaña pueden presentar complicaciones por el hielo o la nieve acumulada. Es fundamental consultar el estado de la vía antes de subir y, si las autoridades de tráfico lo recomiendan, llevar cadenas en el maletero por si fueran necesarias para acceder al municipio de Camaleño. La seguridad es lo primero para disfrutar de este paraíso sin contratiempos inesperados que arruinen el viaje.
A pesar del frío intenso, enero es un mes fantástico porque la afluencia de turistas es mucho menor que en verano, permitiendo disfrutar de Mogrovejo con una tranquilidad casi mística. Alojarse en alguna de las casas rurales cercanas y despertar con vistas a los Picos de Europa nevados, tomando un café caliente frente a la ventana, es el broche de oro para una escapada que te reconciliará con la naturaleza más brava. No olvides la cámara, porque la luz de invierno en Liébana es irrepetible.











