La Comisión Europea ha flexibilizado sus requisitos medioambientales en el sector del automóvil, donde a partir de 2035 ya no se suspenderá la venta total de vehículos de combustión. Bruselas ha presentado esta medida dentro del Paquete de Automoción anunciado a principios de esta semana, que pretende establecer un marco pragmático para lograr la neutralidad energética para 2050, dando flexibilidad a los fabricantes.
La aprobación de este nuevo paquete ha sido avalada por países como Alemania e Italia, mientras que países como los nórdicos, Francia o España han mostrado su rechazo a esta propuesta.
Esta actualización de las medidas supone un cambio de paradigma a lo pactado en el Fit for 55, el paquete legislativo de la Unión Europea de 2021-2022 que establecía que había que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en vehículos con un valor de al menos un 55% para 2030 (respecto a 1990) y alcanzar la neutralidad climática en 2050. En este sentido, se pactó que para llegar a los objetivos propuestos es necesario vetar por completo la venta de nuevos automóviles de combustión para 2035, dando pie a una transición a un modelo 100% eléctrico.
Bruselas busca fomentar la competitividad y la flexibilidad
El cambio propuesto por Bruselas es rebajar de un 100% del veto a los nuevos vehículos de diésel y gasolina, a un 90%. Donde el 10% de las emisiones de CO2 restantes de las emisiones deberán compensarse mediante el uso de acero con bajo contenido de carbono, fabricado en la Unión o mediante combustibles electrónicos y biocombustibles. Esto se traduce en que ciertos vehículos con motores de combustión, como los híbridos, sigan vendiéndose después de 2035 si cumplen unas condiciones ambientales.
La flexibilidad también tiene un impacto concreto en el segmento de furgonetas donde la reducción del objetivo de CO2 se disminuye del 50 al 40%. Además de incorporar incentivos a los fabricantes europeos de coches “eléctricos pequeños y asequibles” a través de “supercréditos”.
Con estas medidas Bruselas pretende hacer que el coche eléctrico europeo poco a poco vaya despegando, haciendo frente a la feroz competencia que están llevando a cabo los vehículos chinos, fomentando un parque automovilístico europeo más asequible.
Bruselas ha propuesto su nuevo paquete de medidas para modernizar las redes europeas
Por otro lado, el nuevo paquete incluye un apartado destinado al fomento de las baterías, pieza fundamental para la competitividad del sector con el programa Battery Booster que contempla una cartera de 1.800 millones de euros destinados a este propósito. Por otro lado, como parte del programa la Comisión quiere destinar 1.500 millones a productores europeos de celdas de batería mediante préstamos sin intereses.
Como última pata de este paquete, destaca el programa Ómnibus Automotriz que busca agilizar la carga administrativa, a través de simplificación de los mecanismos de reporting y simplificando las homologaciones. De esta forma, Bruselas plantea que, no solo se puede generar una industria automovilística sostenible para el planeta, sino para los propios fabricantes, ya que con la reducción de burocracia viene asociado una reducción de costes. Bruselas prevé que con este programa las empresas ahorren aproximadamente 706 millones de euros al año.
Reacciones a las medidas: Los ecologistas las rechazan
Tras el anuncio de estas medidas, ya se han registrado reacciones de múltiples sectores. En este sentido, ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo) advierte que la flexibilización del objetivo de combustión de 2035 “amenaza la competitividad de la industria española y europea, los empleos en el medio y largo plazo, y la salud de las personas y del planeta”.
ECODES argumenta que esta decisión es una “visión corta de miras”, indicando que invertir en la des-carbonización del transporte es un garante de la competitividad y seguridad europeas.
Además de que advierten desde la organización, que los criterios más laxos en la electrificación dará pie a un mayor incremento de fallecimientos prematuros por la contaminación atmosférica. En este sentido, citan a datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, solo en España, se estiman más de 30.000 muertes prematuras anuales. En definitiva, ECODES indica que con la aprobación de este paquete de medidas Europa llegará tarde a las cero emisiones de 2050.
Hay que recordar que este paquete aún no se ha tipificado en forma de ley, ya que tiene que ser negociado y aprobado por el Parlamento Europeo, y por los Estados miembros. Es decir que las condiciones y los criterios propuestos por Bruselas pueden exponerse a cambios.








