Las economías mundiales y europeas se han mostrado resistentes en los últimos años, incluso teniendo en cuenta la modesta desaceleración mundial de 2025. Sin embargo, los riesgos para la recuperación están aumentando, lo que pone de relieve unas perspectivas macroeconómicas y crediticias negativas a medio plazo a nivel mundial.
Scope ha revisado ligeramente al alza su estimación de crecimiento mundial para 2025 desde sus previsiones de junio. La agencia prevé ahora un crecimiento mundial del 3,3% para este año, seguido de un resistente 3,2% para 2026.

“Las expectativas de crecimiento de la zona euro-21 siguen siendo moderadas: un 1,4% el próximo año, tras el 1,5% de este año”, afirmó Dennis Shen, presidente del Consejo Macroeconómico de Scope. Prevén una recuperación de la economía alemana (hasta un crecimiento del 1,0% el próximo año), junto con un crecimiento moderado en Francia (1,0%) e Italia (0,7%).
“No obstante, la economía europea sigue impulsada por la fuerte recuperación en gran parte de los países periféricos”, afirmó Shen. De cara al 2026, desde Scope prevén un crecimiento del 2,5% para España, del 2,1% para Portugal, del 2,0% para Grecia y del 3,0% para Irlanda. El crecimiento en algunas partes de Europa Central y Oriental refuerza la economía regional, incluido un crecimiento del 3,2% en 2026 en Bulgaria tras su adhesión al euro. Por su parte, la economía del Reino Unido podría crecer un moderado 1,0% el próximo año.
Scope ha revisado al alza el crecimiento de EE.UU. hasta alrededor del 2% para este año, antes de que la economía estadounidense crezca un 2,4% por encima de su potencial el próximo año. La agencia de calificación prevé un crecimiento del 4,7% para el próximo año en China, después de que la economía alcance su objetivo de crecimiento del 5% para este año, respaldado por la reciente relajación temporal de las tensiones comerciales con EE.UU.
PROYECCIONES A 8 DE DICIEMBRE DE 2025

SESGO NEGATIVO EN EL RIESGO MACRO
“El equilibrio de riesgos a medio plazo para las perspectivas económicas y crediticias globales sigue inclinado a la baja”, afirmó Shen. Cuatro factores son relevantes:
- Riesgos para el sistema financiero derivados de unas valoraciones elevadas en múltiples clases de activos y de la expectativa, mantenida desde hace tiempo, de correcciones en mercados alcistas; riesgos de apalancamiento en el sector de la intermediación financiera no bancaria (incluido el crédito privado), riesgos en los sectores menos regulados de inteligencia artificial y criptomonedas; tipos de interés más altos durante más tiempo y la desregulación financiera tanto en EE.UU. como a nivel global.
- Políticas comerciales globales proteccionistas y volátiles, impulsadas por EE.UU. pero que también influyen en las decisiones de otros gobiernos.
- Muchos gobiernos afrontan desafíos cada vez mayores en materia presupuestaria y de deuda pública, lo que podría facilitar revisiones al alza del riesgo soberano por parte del mercado.
- Una mayor incertidumbre geopolítica, incluida la continuación de la guerra de Rusia en Ucrania y las fragilidades persistentes en Oriente Medio.
LOS CAMBIOS EN LA POLÍTICA ESTADOUNIDENSE ENTRAÑAN RIESGOS GLOBALES
La política reciente de EE.UU. ha tenido efectos significativos sobre la economía global. Los recortes fiscales procíclicos, las bajadas de tipos y la desregulación pueden ofrecer respaldo a corto plazo para la economía estadounidense y mundial, pero a costa de aumentar los desequilibrios económicos a largo plazo.
La revisión del entramado de alianzas posteriores a la Segunda Guerra Mundial y la guerra en Ucrania han impulsado un mayor gasto en defensa en Europa y han incrementado los riesgos para la sostenibilidad de la deuda soberana, al tiempo que elevan la probabilidad de una mayor fragilidad geopolítica.

Las decisiones de EE. UU. de suspender la ayuda exterior y revisar su participación en instituciones financieras internacionales han suscitado preocupación en las economías en desarrollo. La marcha atrás en los compromiso climáticos agrava los riesgos de desastres naturales para los países más vulnerables.
Los tipos de interés elevados y la desregulación financiera merman la resiliencia financiera a largo plazo. “Preveen que los tipos de endeudamiento en niveles elevados se mantendrán durante más tiempo”, señaló Shen. “Esto ocurre aun cuando muchos bancos centrales siguen relajando su política, mientras instituciones como el BCE permanecen en pausa y el Banco de Japón endurece gradualmente. Unos tipos altos de forma sostenida interactúan de manera adversa con unas valoraciones de mercado elevadas y con la desregulación financiera”.
Las perspectivas de Scope de cara a 2026 varían entre una visión negativa para la clase de activos soberanos, equilibrada para las instituciones financieras y moderadamente positiva para algunos subsectores de financiación estructurada.








