Ouigo ha conseguido que, finalmente, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) apruebe sus operaciones en la ruta que conecta Alicante, Elche y Murcia. Es uno de los pocos trayectos en los que Renfe mantiene su monopolio dentro del sector, y en el que ahora tendrá que competir con la empresa de origen francés. Esta sigue sumando espacios dentro del sistema de alta velocidad español, incluso si las plazas de la segunda etapa de la liberalización parecen inalcanzables en este momento.
En su comunicado sobre la decisión, la comisión ha explicado que Renfe Viajeros presta dos tipos de servicios con obligaciones de servicio público en dicha ruta: en la red convencional (Cercanías y Media Distancia Convencional) y en la red de alta velocidad (Media Distancia en Alta Velocidad, también llamado AVANT). Mientras tanto, la oferta de Ouigo consiste en dos servicios por sentido y día de alta velocidad entre Alicante y Murcia, y un servicio adicional por sentido al día, también de alta velocidad, entre Murcia y Elche (tres en total en este tramo).
Según la comisión, los servicios que prestará Ouigo en la ruta no son sustitutivos de los que presta Renfe. Los servicios públicos en la red convencional no son equivalentes porque los de Cercanías y Media Distancia Convencional tienen muchas paradas intermedias, mientras que los de Ouigo tienen pocas o ninguna. Existe también una gran diferencia en los tiempos de viaje.
Para Ouigo siempre ha sido fundamental aumentar su presencia, y este movimiento les permite crecer lejos de las rutas más atractivas para el turismo. Su expansión en diferentes rutas ha sido clave para mejorar su consolidación como parte del sistema y para seguir mejorando sus datos de usuarios en el país. Después de todo, Renfe, incluso sin ser ya un monopolio en la mayoría de las rutas, sigue siendo un gigante con el que es complicado competir.
CRECER LEJOS DE LA CAPITAL
Lo cierto es que la estrategia de Ouigo en este caso es muy parecida a la que Renfe aplicó con la primera llegada de la competencia al sistema de alta velocidad: mejorar su presencia en rutas lejanas a la capital. Esto les permitió mantener algunos monopolios y tener algún contrapeso frente al efecto que sus rivales han ido consiguiendo en rutas clave, como la que conecta Madrid y Barcelona o la de Valencia.

Pero Ouigo ha entendido que estos son espacios vitales para su consolidación. Se encuentran a las puertas de un 2026 que debería ser decisivo para el sector, tanto por la posibilidad de que se abra la puja para sumarse a la segunda etapa de la liberalización, como por el ya evidente aumento de los precios de todas las empresas de alta velocidad, que siguen «pedaleando» para salir de los números rojos; un proceso que ha sido largo desde su llegada al sistema local.
De momento estos mercados, que a primera vista pueden parecer pequeños, se han convertido en una de las claves de este juego de trenes. Si algo ha demostrado la cuota de mercado que Renfe ha mantenido en las grandes rutas, es que la relación previa con los usuarios es fundamental para la consolidación de estas empresas, y la cercanía en rutas a priori más pequeñas es clave en este aspecto.
OUIGO SIGUE SIN PODER LLEGAR A GALICIA
En cualquier caso, a Ouigo no le quedan demasiadas opciones para mantener su expansión en el corto plazo. La empresa sigue sin tener los trenes necesarios para llegar a las ciudades gallegas, las más importantes de la segunda etapa de la liberalización. Por tanto, su reto es atraer más viajeros en las rutas en las que ya está presente y seguir entrando por las pequeñas grietas que quedan en otros espacios del servicio.








