sábado, 13 diciembre 2025

Dra. Elena Muñoz Marrón, neuropsicóloga: «Las técnicas de neuromodulación pueden reactivar áreas clave del cerebro»

- La neuromodulación no invasiva se consolida como una herramienta real para ayudar al cerebro a recuperar el equilibrio.

Hablar hoy de neuromodulación no invasiva ya no suena raro, ni lejano, ni a laboratorio futurista. Suena, más bien, a consulta, a personas concretas, a problemas reales. A cerebros que, por distintos motivos, no están funcionando como deberían y necesitan una pequeña ayuda para reencontrar el equilibrio. Así lo explicaba la Dra. Elena Muñoz Marrón, psicóloga, doctora en Psicología, neuropsicóloga y directora científica del Instituto de Neuroestimulación (UNE), en una sesión divulgativa donde lo complejo se volvió, sorprendentemente, comprensible.

Desde el principio dejó claro algo importante: no estamos hablando de “tocar” el cerebro porque sí, ni de soluciones mágicas. Hablamos de técnicas —como la Estimulación Magnética Transcraneal (TMS) y la Estimulación Transcraneal por Corriente Directa (TDCS)— que ayudan al cerebro a reorganizarse cuando algo se ha desajustado. A veces hay zonas que están demasiado apagadas. Otras, demasiado activas. Y el trabajo consiste en ayudarle a encontrar ese punto medio donde todo empieza a funcionar mejor.

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La tecnología también puede ayudar al cerebro a reorganizarse. Fuente:Canva

La forma en la que la doctora lo explica suele arrancar una sonrisa de comprensión. “El cerebro ya funciona con electricidad”, recuerda. No se le añade nada extraño ni artificial. “Nosotros inducimos pequeñas corrientes en áreas concretas para que determinadas redes se reactiven y se reorganicen”. Como cuando un sistema eléctrico falla y alguien sabe exactamente qué interruptor tocar para que vuelva la luz.

TMS y TDCS persiguen ese mismo objetivo, aunque cada una lo hace a su manera. La TMS es más directa: utiliza pulsos magnéticos capaces de activar neuronas y generar una respuesta inmediata. La TDCS, en cambio, actúa con más sutileza. No empuja, acompaña. Modifica el umbral de activación para que las neuronas respondan mejor cuando toca. Dos caminos distintos, un mismo destino, y siempre sin cirugía ni procedimientos invasivos.

Aquí no vale improvisar

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La precisión es clave cuando se trabaja con actividad cerebral. Fuente:Canva

Uno de los momentos más claros de la sesión llegó cuando la Dra. Muñoz Marrón habló de los parámetros. Y ahí se puso seria, pero cercana. Porque en neuromodulación, saber qué hacer y cómo hacerlo lo es todo. No es lo mismo estimular que inhibir. No es lo mismo tratar una depresión que una heminegligencia. Un pequeño cambio en los parámetros puede generar un efecto totalmente distinto.

“Lo que provoques en el sistema nervioso puede ser incluso contrario a lo que buscas”, advertía. Y entonces soltó una frase que suele repetir a quienes empiezan a trabajar con ella: “Solo puedes estimular lo que puedes tocar”. La estimulación se queda en la corteza, sí, pero eso no la hace sencilla. Al contrario. Exige precisión, conocimiento y mucho respeto por el cerebro.

Cuando la evidencia ya no deja dudas

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La ciencia abre nuevas vías para la rehabilitación neurológica. Fuente:Canva

Hoy, la TMS cuenta con el máximo nivel de evidencia científica para tratar la depresión, el dolor crónico y la rehabilitación motora tras un ictus. Especialmente relevante es su uso en la depresión resistente a fármacos, donde muchas personas llegan después de años de tratamientos fallidos.

Aquí, la doctora fue clara y contundente, casi sin levantar la voz: “No es que se pueda combinar, es que se debe combinar”. La neuromodulación no viene a sustituir terapias, viene a sumarse. A ampliar el abanico de opciones reales para los pacientes.

Incluso cuando parece que ya no hay margen

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Quizá la parte más emocionante llegó al hablar de pacientes crónicos. Personas que llevan años con una lesión, una patología, una limitación. Personas que, muchas veces, ya no esperan grandes cambios. Y, sin embargo, la neuromodulación está demostrando que todavía pueden pasar cosas.

Las mejoras son mayores. Los tiempos de rehabilitación se acortan. Incluso en casos muy cronificados. “No es solo que mejoren más”, explicaba, “es que mejoran antes”.

Para cerrar, la Dra. Muñoz Marrón dejó una reflexión que no sonó a discurso, sino a verdad dicha sin adornos: “No es solo esperanza —que ya sería mucho—. Es que han aparecido técnicas nuevas y están funcionando”. Y a veces, eso es justo lo que hacía falta escuchar.


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