sábado, 13 diciembre 2025

Toni García, mejor profesor de España: “Nos estamos volviendo más idiotas, y no solo los jóvenes: los adultos también”

La expansión del móvil alteró la atención, la lectura y la forma de aprender. Toni García advierte que la distracción constante afecta a jóvenes y adultos, y reclama una educación que combine tecnología, límites claros y hábitos cognitivos sostenibles.

En las últimas dos décadas, la irrupción del teléfono móvil transformó la vida cotidiana y, especialmente, la forma en que los jóvenes se relacionan con el entorno. Aunque la tecnología abrió caminos inéditos, también encendió alarmas entre los educadores que observan a diario cómo cambian los hábitos de aprendizaje y atención. Toni García, considerado el mejor profesor de España, lo resume con crudeza: la distracción permanente está moldeando un cerebro distinto.

Su experiencia en las aulas confirma un fenómeno global. Tanto en niños como en jóvenes, la dificultad para concentrarse o comprender textos extensos se ha vuelto habitual. El problema no es la herramienta, sino el uso desmedido desde edades tempranas, cuando el desarrollo cognitivo requiere estímulos reales y contacto directo con el mundo.

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El impacto del móvil en la mente en desarrollo de los jóvenes

El impacto del móvil en la mente en desarrollo de los jóvenes
Fuente: agencias

García recuerda una escena sencilla: una niña de apenas un año, rodeada por un entorno lleno de estímulos naturales en un restaurante, a la que sus padres entregaron un móvil para mantenerla ocupada. Ese gesto, repetido miles de veces a diario, interrumpe el proceso natural de aprendizaje y reemplaza la curiosidad por un flujo constante de imágenes que no exige esfuerzo mental. Para los jóvenes, esta dinámica se prolonga hasta convertirse en hábito.

Los estudios recientes refuerzan su preocupación. Algunas áreas cerebrales vinculadas a la atención, la memoria y la concentración muestran cambios debido al consumo continuo de contenidos breves. La cultura del titular, que afecta tanto a adultos como a jóvenes, reduce la paciencia necesaria para enfrentar textos de más de diez líneas y empobrece habilidades esenciales para el aprendizaje. En un cerebro en pleno crecimiento, las consecuencias son más profundas.

En su centro educativo, la decisión fue clara: retirar los móviles del aula. La Consejería de Educación de Murcia ya prohibió su uso, pero el colegio había adelantado la medida. Para trabajar con tecnología recurren a tabletas y Chromebook, herramientas que permiten producir sin generar las distracciones ni la ocultación que facilita un móvil. Para Toni García, los jóvenes deben aprender a crear contenidos, no a consumirlos sin pausa.

Equilibrio entre tecnología, lectura y valores

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El profesor defiende una posición intermedia frente al debate tecnológico. Considera inevitable que los jóvenes convivan con pantallas en su futuro profesional y personal, por lo que deben aprender a utilizarlas de manera crítica. Sin embargo, insiste en combinar lo digital con prácticas clásicas como la lectura pausada, los dictados y los copiados. Cada formato, físico o digital, aporta aprendizajes distintos y complementarios.

La conversación deriva inevitablemente hacia la inteligencia artificial. Hoy, muchos jóvenes elaboran trabajos académicos con ayuda de estas herramientas, y detectarlo se convierte en un desafío para docentes y universidades. Lo que más inquieta a García no es el plagio en sí, sino la mentira y la falta de ética. Para él, la enseñanza de la IA debe construirse sobre valores sólidos, porque solo así los jóvenes podrán utilizarla para crear, investigar y pensar por sí mismos.

En un contexto en el que la comodidad tecnológica amenaza con convertir a los jóvenes en usuarios pasivos, Toni García propone una educación basada en equilibrio, rigor y humanidad. La herramienta no define el futuro; lo hace la forma en que la sociedad decide enseñar a utilizarla.


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