martes, 16 diciembre 2025

Carlota Corredera rompe a llorar tras hablar con Kiko Hernández: «No me digas eso»

La emisión de No somos nadie vivió uno de los momentos más tensos y emocionalmente desbordantes de su trayectoria reciente cuando Carlota Corredera, visiblemente afectada, terminó rompiéndose en pleno directo durante una conversación telefónica con Kiko Hernández.

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Kiko Hernández se ha abierto

Kiko Hernández y Fran Antón
Kiko Hernández y Fran Antón. (Foto: Instagram)

Hernández detalló que, pese a encontrarse en condiciones extremas dentro del establecimiento, tiene previsto acudir a la Policía al día siguiente para presentar una denuncia formal. Aseguró sentirse acosado, vigilado y sometido a una presión que va mucho más allá de la protesta por el cierre del local, un negocio cuya clausura, según su versión, se produce a pesar de contar con permisos plenamente vigentes.

A lo largo de su intervención, fue elevando el tono, no en volumen, sino en gravedad. Señaló directamente a responsables políticos, a quienes considera responsables de una campaña de hostigamiento destinada a desprestigiarlo y desplazarlo del establecimiento. Cada frase parecía aumentar la preocupación en el plató, mientras Carlota, aún emocionada, trataba de mantener la calma para no volver a quebrarse.

La situación, tal y como quedó plasmada en directo, refleja el nivel de desgaste que está generando esta protesta. El propio colaborador reconoció sentirse «al límite», con un agotamiento físico y emocional creciente debido a las circunstancias del encierro y a la presión externa. La idea de que alguien pueda estar recibiendo amenazas tan graves simplemente por reivindicar la reapertura de un negocio añadió una capa aún más inquietante al relato. Corredera, intentando sostener a su compañero desde la distancia, repetía que él no estaba solo, que contaban con apoyo, y que no debían exponerse a riesgos innecesarios.

El incidente, tal como se vivió en directo, deja en evidencia la complejidad del conflicto, pero también la dimensión humana que late detrás de toda confrontación pública. Carlota Corredera mostró una vulnerabilidad poco frecuente en televisión, una mezcla de empatía, miedo y sentido de la responsabilidad que la llevó a desbordarse frente a millones de espectadores. Kiko Hernández, por su parte, expuso sin filtros el nivel de presión y amenaza que asegura estar recibiendo, generando una oleada de inquietud sobre su seguridad y la de su pareja. Y la audiencia, testigo involuntaria de un momento tan delicado, quedó con la sensación de que lo ocurrido en ese plató supera con creces los límites habituales del entretenimiento televisivo.

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