Fran Antón, marido de Kiko Hernández, ha encendido todas las alarmas al declararse en huelga de hambre tras el cierre inesperado del negocio que ambos regentan en Melilla. El actor ha explicado que el establecimiento, ‘El cielo de Melilla bs Fran y Kiko’, una terraza bar que en los últimos años ha funcionado con enorme éxito, fue clausurado por la policía a pesar —según su versión— de cumplir con todos los requisitos marcados por el Ayuntamiento. Este contratiempo llega en un momento especialmente sensible para el excolaborador de Sálvame, que atraviesa una etapa profesional brillante gracias a su papel como presentador de ‘La casa de los gemelos 2’, mientras su vida empresarial se ve golpeada por una decisión que, de acuerdo con el matrimonio, carece de justificación clara.
1Fran Antón ha estallado
El propio Fran ha sido quien, a través de sus redes sociales, ha relatado con detalle el duro trance que están viviendo. Totalmente abatido, aseguró que poseen una licencia en vigor otorgada por el dueño del local y que su equipo ha actuado siempre conforme a la normativa municipal, razón por la que no entiende la resolución policial. “No puedo más”, expresó, explicando que los agentes no solo han ordenado el cierre inmediato del establecimiento, sino que además no le han permitido acceder al interior para recoger ningún objeto, una circunstancia que describe como profundamente dolorosa y que ha precipitado su drástica decisión.
En un vídeo publicado en Instagram, el actor aparece visiblemente afectado mientras explica que ha optado por permanecer encadenado a la entrada del local. “Estoy haciendo esto porque creo que ya es necesario, porque ya no puedo aguantar más”, declaró con la voz entrecortada, mostrando la cadena y el candado que lo mantienen sujeto a la puerta de El Cielo. Asegura que tenían por delante un mes repleto de eventos y trabajo, lo que hace todavía más difícil aceptar que el negocio quede paralizado sin una solución inmediata. Bajo el hashtag #huelgadehambrefrananton, pidió apoyo a sus seguidores y solicitó que compartieran su mensaje para dar visibilidad a una situación que considera injusta.
Fran lamentó que “no puede ser que con una licencia, con ganas de trabajar y con muchísimo amor nos cierren el local”, palabras que reflejan la mezcla de frustración y tristeza que atraviesa. En su mensaje insistió en que su intención no es generar confrontación, sino reclamar una respuesta rápida y clara que les permita retomar la actividad cuanto antes. Pese al cansancio y la incertidumbre, se mantuvo firme en su determinación de continuar con la huelga de hambre “hasta que se solucione”.








