viernes, 12 diciembre 2025

El desafío inmobiliario de 2026: demanda creciente y un sector en transformación

En 2026, el mercado inmobiliario español avanza hacia un escenario en el que los precios seguirán subiendo y la vivienda continuará siendo un bien escaso. Las previsiones disponibles coinciden en que tanto la compra como el alquiler mantendrán la trayectoria ascendente vista en los últimos años, impulsadas por una demanda que no se enfría y por una oferta incapaz de responder al ritmo necesario.

Desde Property Partners se sostiene que la combinación de estos factores —limitación estructural de viviendas disponibles, expectativas económicas positivas y presión constante en zonas urbanas y costeras— seguirá influyendo en la evolución del sector.

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La falta de oferta se ha convertido en el hilo conductor que explica casi todo lo que ocurre en el residencial. El volumen de nueva vivienda crece, pero no al nivel que exigiría la demanda acumulada. La cifra de visados aumentó durante el último año, pero aun así el ritmo no alcanza para recuperar el retraso arrastrado desde 2021.

Este desfase alimenta un círculo difícil de romper: precios que se elevan, compradores que se desplazan hacia el alquiler, alquileres que también suben ante la presión adicional, y promotores que encuentran varios retos.

En este clima, la reconversión de activos se ha consolidado como una especie de válvula de escape. Numerosas oficinas y locales comerciales que ya no cumplen su función original están convirtiéndose en viviendas.

Las cifras recientes muestran que buena parte de esas transformaciones se destinan directamente al uso residencial. Esta tendencia no responde a una moda, sino a una necesidad: si la obra nueva no llega al ritmo adecuado, el parque existente se reutiliza.

Desde la perspectiva de firmas como Property Partners, esta práctica es una de las vías más realistas para aumentar la oferta en el corto plazo. El alquiler, por su parte, seguirá absorbiendo a quienes no encuentran opciones accesibles para comprar. La diferencia entre el poder adquisitivo de muchos hogares y los precios de venta empuja a un número creciente de personas hacia el arrendamiento.

No se trata únicamente de jóvenes o perfiles de movilidad alta: cada vez son más los hogares estables que renuncian a la compra porque la entrada necesaria y las cuotas resultan inasumibles. Aunque se prevé un cierto alivio hipotecario, la mejora no compensa la subida de los precios. En este sentido, el mercado del alquiler también se tensiona, con incrementos medios que se mantienen por encima de los salarios.

En paralelo, se espera que las condiciones de financiación mejoren algo durante 2026. Diversos análisis indican que el Euribor podría situarse en torno a niveles más benignos que los actuales, lo que generaría hipotecas relativamente más accesibles.

Para quienes formalicen préstamos el próximo año o revisen los existentes, este escenario puede suponer un pequeño respiro. Sin embargo, para gran parte de la población, esta mejora no cambiará el diagnóstico principal: la vivienda seguirá siendo cara, incluso con un crédito algo más barato. Uno de los grandes vectores de cambio para 2026 será la sostenibilidad.

España ha experimentado en los últimos años una reducción del consumo energético residencial gracias a la rehabilitación, y se espera que esta tendencia se intensifique. Con la revisión del Código Técnico de la Edificación prevista para 2026, la exigencia de eficiencia y sostenibilidad será más estricta. Promotores, administraciones y propietarios deberán adaptarse a nuevos estándares que apuntan a un parque residencial más verde y con menor impacto ambiental.

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Bloque de viviendas. Foto: EP.

Desde Property Partners se considera que este marco reforzará la construcción sostenible como un elemento central del sector, tanto en obra nueva como en rehabilitación. La sostenibilidad enlaza directamente con otro fenómeno en expansión: la especialización de la vivienda. El mercado empieza a diversificarse con proyectos orientados a públicos concretos —jóvenes, mayores, familias pequeñas— y con propuestas que apuestan por la eficiencia, el bajo consumo y la flexibilidad en el uso de los espacios.

Este impulso proviene tanto de la normativa como de la propia demanda, que busca soluciones más adaptadas a estilos de vida cambiantes. La presión sobre la oferta tradicional empuja a promotores e inversores a explorar nuevas tipologías y conceptos residenciales para diferenciarse.

Al mismo tiempo, la PropTech continúa abriéndose camino como uno de los motores de transformación. España figura entre los países europeos con mayor número de empresas dedicadas a este ámbito, y el ritmo de crecimiento apunta a que 2026 será un año de consolidación tecnológica.

DIGITALIZACIÓN DE PROCESOS

La digitalización de procesos de compraventa, la gestión avanzada de activos, las herramientas de análisis predictivo y la automatización en la relación entre propietarios, inquilinos y promotores componen un ecosistema que se expande sin pausa.

Desde el punto de vista de Property Partners, esta evolución es clave para mejorar la transparencia, la eficiencia y la competitividad del mercado.. El retrato de 2026, por tanto, no es lineal. Es un escenario donde convergen precios en ascenso, oferta limitada, crédito algo más favorable, sostenibilidad obligada, tecnología en expansión y un parque residencial que se adapta a base de reconversiones y especialización.

En opinión de Property Partners, la dinámica vendrá marcada por esta mezcla de presión de la demanda, restricciones estructurales de la oferta y un entorno regulatorio y tecnológico que empuja al sector hacia nuevas formas de producir y gestionar vivienda.


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