miércoles, 10 diciembre 2025

Eduardo Mendoza: un repaso a la obra del premiado veterano de las letras

Tras recibir el Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2025, repasamos las novelas imprescindibles de un autor clave de la narrativa española moderna

Eduardo Mendoza vuelve a estar en boca de todas las mesas literarias gracias al galardón que ha ganado este 2025 y que reconoce su increíble trayectoria literaria. Con más de cinco décadas dedicado a las letras, su obra combina drama, humor, sátira, crítica social, peripecias detectivescas y reflexiones sobre la ciudad y el individuo.

Retratos que han convertido Barcelona en una ciudad en la que muchos buscamos sus descripciones entre las calles. Por eso, este repaso permite comprender por qué su nombre sigue siendo un referente y cuáles de sus obras resultan esenciales para quien quiera conocer y entrar en su universo narrativo, de donde probablemente no querrán salir más.

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Obras clave de Eduardo Mendoza que vale la pena (re)leer

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Desde sus inicios en los años 70, Mendoza demostró, entre muchas otras cosas, una versatilidad notable, alternando géneros y tonos sin perder un estilo propio reconocible. Divertido cuando quería y serio y apasionante cuando se lo proponía. De hecho, su primera novela, La verdad sobre el caso Savolta, fue un verdadero hito literario: ambientada en la Barcelona de principios del siglo XX, abordaba conflictos sociales, intrigas políticas y una estructura narrativa innovadora para su momento. Esa obra, así tal cual, marcó un antes y un después en la literatura española moderna.

Tras esa entrada triunfal, empezó a explorar géneros muy distintos. Y fue con El misterio de la cripta embrujada que dio un giro hacia la sátira detectivesca, el campo de acción en el que probablemente más destaque, inaugurando una serie protagonizada por un detective poco convencional: mezcla de ingenio, locura y un humor corrosivo, capaz de desenmascarar las contradicciones sociales con ironía y levantar carcajadas constantes entre los lectores.

La segunda entrega de esa saga, El laberinto de las aceitunas, consolidó ese estilo único: tramas disparatadas, crítica social encubierta y un ritmo que dejaba al lector enganchado durante horas. Con estas novelas, Eduardo Mendoza mostró que podía moverse con soltura entre la parodia más delirante y la reflexión sobre la condición humana. Y continuó con otros muchos títulos inolvidables, como El enredo de la bolsa y la vida o La aventura del tocador de señoras, entre otros.

Después, sin embargo, llegó La ciudad de los prodigios, y volvió al tono serio, con una ambiciosa reconstrucción de la Barcelona entre las dos Exposiciones Universales (1888–1929). A través del ascenso social de su protagonista, Ondofre Bouvila, narra el contraste entre modernidad y miseria, ambición y decadencia, éxito y corrupción. Muchos la consideran su obra maestra, un retrato poderoso de ciudad y de época que es sencillamente una de las mejores lecturas que se pueden iniciar.

Y para quienes buscan algo distinto, más ligero y original, está su clásico Sin noticias de Gurb: una comedia surrealista sobre un extraterrestre intentando adaptarse a la vida barcelonesa y adoptando la forma corpórea de Marcha Sánchez. Con esos detalles basta para saber que se trata de una maravilla. Satírica, divertida y disparatada, es uno de los libros más populares de Mendoza, capaz de arrancar risas mientras reflexiona sobre nuestra cultura desde una mirada externa.

Eduardo Mendoza
El escritor Eduardo Mendoza

Por qué su obra sigue vigente y merece la misma atención que antaño

El momento en el que Eduardo Mendoza recibió el Premio Princesa de Asturias no es casual: coincide con el 50º aniversario de su primera novela, lo que simboliza una carrera sostenida, coherente y en constante reinvención. Su escritura mezcla sensibilidad literaria, humor, inteligencia y una capacidad notable para retratar épocas, ciudades y personajes con una mirada crítica y humana.

Además, su estilo ha evolucionado sin traicionar su esencia: ha sabido adaptarse a tiempos cambiantes, a nuevos públicos, sin dejar de lado su voz siempre divertida y entretenida, pero fiel a la realidad del mundo que le rodea. Y es que en una era marcada por la sobreproducción literaria, Mendoza ofrece libros que invitan a pensar, reír y redescubrir.

Su forma de narrar, su facilidad para alternar entre géneros —historia, comedia, misterio, sátira, realismo social— le dan un valor difícil de igualar. Mientras muchos autores se especializan en un solo estilo, Eduardo Mendoza demuestra que la coherencia puede convivir con la variedad.


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