La crisis de la vivienda sigue siendo uno de los problemas más acuciantes para los españoles. De hecho, en los últimos años, se ha convertido en el principal desafío para las familias trabajadoras y vulnerables, cuyas condiciones de vida se han visto golpeadas por el aumento desmesurado de los precios de los alquileres.
En este contexto, se prevé que la renovación de 600.000 contratos de alquiler en 2026 será un factor clave que marcará el futuro de la vivienda en España. La situación es preocupante y, ante ello, las propuestas de intervención del mercado inmobiliario se hacen más urgentes que nunca.
El mercado del alquiler en España está atravesando una etapa de incertidumbre, especialmente en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, donde los precios se han disparado en los últimos años. Según datos del Ministerio de Consumo, más de 630.000 contratos de arrendamiento caducarán a lo largo de 2026, afectando a 1,6 millones de personas.
Este vencimiento masivo de contratos podría implicar incrementos de hasta un 50% en los precios de los alquileres para muchos inquilinos, lo que supone un golpe económico durísimo para las familias que ya enfrentan dificultades para llegar a fin de mes. Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, ha sido claro al señalar la urgencia de intervenir en el mercado de alquiler para evitar que miles de personas se vean obligadas a asumir aumentos desmesurados en sus rentas.
Para él, la situación es crítica, y su propuesta de prórroga automática de los contratos de alquiler en 2026 ha sido una de las principales medidas que ha impulsado desde su ministerio. Según Bustinduy, esta intervención no solo protegería a los inquilinos, sino que también aliviaría a la clase trabajadora que se encuentra en una situación «angustiante» debido a la posibilidad de una subida del alquiler. La medida propuesta tiene un impacto significativo.

A partir de los datos de Hacienda, el ministro calcula que la prórroga automática de los contratos evitaría a las familias un coste acumulado de hasta 1.000 millones de euros. Si bien no todos los contratos de arrendamiento caducan en las mismas condiciones, el precio del alquiler se ha encarecido de manera exponencial desde 2021, y este fenómeno afecta a miles de familias en todo el país.
De no tomarse medidas urgentes, el aumento de precios podría seguir su curso, desbordando aún más a las familias de clase media y trabajadora. El debate sobre las soluciones a la crisis de la vivienda no es nuevo, y en este sentido, el conflicto entre los miembros del Gobierno de coalición es cada vez más evidente.
Sumar, el socio minoritario del Ejecutivo, ha insistido en la necesidad de una intervención directa para regular el mercado del alquiler y proteger a los inquilinos. Sin embargo, estas propuestas no han sido bien recibidas por el PSOE, que ostenta las competencias en materia de vivienda. Este enfrentamiento pone de manifiesto la tensión entre dos visiones del problema: mientras Sumar aboga por una intervención más decidida en el mercado para proteger a los inquilinos, el PSOE ha optado por medidas que favorecen, en su opinión, el equilibrio entre inquilinos y propietarios, como las ayudas a los propietarios que enfrentan impagos.
CASA 47
Si bien las medidas de intervención en el mercado de alquiler son esenciales para abordar la crisis a corto plazo, también es necesario pensar en soluciones estructurales que garanticen el acceso a la vivienda en el futuro. En este sentido, la creación de Casa 47, la nueva empresa estatal de vivienda, se perfila como una de las iniciativas más ambiciosas del Gobierno para enfrentar el reto de la vivienda en España.
Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda, ha detallado que el objetivo de Casa 47 es garantizar el acceso a la vivienda para aquellos colectivos que hoy se encuentran fuera del mercado inmobiliario, como la clase media, trabajadora y los jóvenes.
Con una inversión anual de 1.300 millones de euros, se prevé la creación de 55.000 viviendas y el fortalecimiento del parque público de vivienda. La ministra ha destacado que estas viviendas estarán disponibles para familias cuya renta anual no supere los 63.000 euros, lo que permitiría a más de la mitad de la población española acceder a ellas.
Esta medida busca aliviar la presión sobre los precios del alquiler y proporcionar una alternativa más asequible para quienes no pueden hacer frente al elevado coste de la vivienda en las grandes ciudades. Con las elecciones generales de 2027 a la vista, la vivienda será uno de los temas clave en la campaña electoral.
La cuestión de los alquileres y la renovación de los contratos que caducan en 2026 marcará el rumbo de las políticas públicas en este ámbito, y la respuesta del Gobierno será crucial para determinar el rumbo de la vivienda en los próximos años.








