La situación que atraviesa María del Monte no puede calificarse de sencilla. Desde que se conoció la implicación de su sobrino Antonio Tejado, señalado como presunto autor intelectual del robo cometido en la vivienda de la artista en Gines, Sevilla, la vida de la cantante ha dado un giro marcado por la incertidumbre, la preocupación y la presión mediática. Ahora, su mujer, Inmaculada Casal, ha dado un paso al frente y ha puesto voz a lo que ya era un secreto a voces: “No estamos bien”, una afirmación que refleja con contundencia el desgaste emocional acumulado durante los últimos meses.
3María del Monte se apoya en su mujer
La postura de Casal refleja una estrategia clara: blindarse ante el ruido externo y proteger a María del Monte, que está viviendo una etapa particularmente frágil. La artista, acostumbrada a mantenerse fuerte ante la exposición mediática, se ha visto atrapada en una situación que no solo afecta a su vida pública, sino que también toca, de forma dolorosa, el núcleo de su familia. Para ella, este proceso no es únicamente un asunto judicial, sino una herida emocional que continúa abierta y que, en muchos momentos, resulta difícil de gestionar.
Con cada avance del caso, se hace más evidente que el entorno de la cantante está intentando preservar la calma ante un escenario incierto que podría desembocar en una condena larga para su sobrino, un golpe que marcaría para siempre la historia personal de la artista. Mientras tanto, Inmaculada Casal, con su declaración directa y sincera, no solo confirma el mal momento que atraviesan, sino que también muestra que ambas están dispuestas a enfrentarlo juntas, con entereza y apoyándose mutuamente.








