martes, 9 diciembre 2025

Ana Martínez (42), consultora de tráfico, avisa: la DGT estudia endurecer las multas a motoristas y recomienda cascos integrales o modulares homologados para evitar sanciones

La DGT estudia endurecer las multas a motoristas y las dudas se multiplican entre quienes usan la moto a diario para trabajar o moverse por ciudad. Cada vez se insiste más en la importancia de elegir bien el casco, no solo por seguridad, también para evitar sustos con las sanciones.

La DGT lleva tiempo lanzando avisos a los motoristas sobre la necesidad de mejorar su protección y, en especial, sobre el uso de cascos integrales o modulares homologados. Este tipo de equipamiento reduce de forma notable el riesgo de lesiones graves en la cabeza y la cara en caso de impacto. Aunque la normativa ya sanciona el uso inadecuado del casco, Tráfico estudia ajustar aún más las multas y controles. Muchos usuarios sienten incertidumbre ante estos posibles cambios.

En este contexto, la DGT refuerza sus campañas informativas y recuerda que la moto sigue siendo el vehículo con mayor siniestralidad en carretera. Las estadísticas muestran que un número importante de fallecidos iba sin casco o lo llevaba mal abrochado, o usaba modelos en mal estado. Por eso, se pone el foco en la calidad de la protección y en que sea siempre homologada. El debate ahora se centra en si se incentivarán de forma específica los cascos integrales y modulares.

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ANA MARTÍNEZ ALERTA DEL CAMBIO DE ESCENARIO

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Ana Martínez, consultora de tráfico con años de experiencia asesorando a empresas y conductores, explica que el clima regulatorio está cambiando rápido. Señala que la DGT escucha a los expertos en seguridad vial y a las asociaciones de víctimas, que piden medidas más contundentes. Según cuenta, no se trata solo de multar más, sino de reducir de verdad la gravedad de los accidentes. Por eso, insiste en anticiparse a la norma y mejorar el equipamiento.

Martínez comenta que muchos motoristas se quedan con la idea mínima de “llevar casco” y no profundizan en el tipo de protección que realmente necesitan. Aclara que un casco abierto puede resultar cómodo en ciudad, pero deja expuesta la mandíbula y parte del rostro. Recuerda además que, en un impacto frontal o lateral, esa zona sufre golpes muy severos. Por eso, recomienda revisar el casco con ojo crítico y plantearse un cambio antes de que sea obligatorio.

POR QUÉ LOS CASCOS INTEGRALES SON MÁS SEGUROS

Los cascos integrales envuelven completamente la cabeza, incluida la barbilla, y ofrecen una protección continua en todo el contorno. Esto los convierte en una barrera sólida frente a golpes, rozaduras y proyecciones de objetos en carretera. Diversos estudios de seguridad indican que reducen de forma importante el riesgo de lesiones faciales graves. Además, suelen incluir viseras más estables y sistemas de cierre mejor diseñados que los cascos abiertos.

Otra ventaja de los cascos integrales es que protegen mejor del viento, el ruido y la lluvia, lo que se traduce en menor fatiga durante la conducción. El motorista mantiene mejor la concentración porque no lucha constantemente contra turbulencias o impactos de insectos y pequeñas piedras. Aunque puedan parecer más calurosos, los modelos modernos incorporan sistemas de ventilación bastante eficaces. De esta forma, combinan seguridad, confort y estabilidad incluso en trayectos largos.

LOS MODULARES COMO OPCIÓN INTERMEDIA

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Los cascos modulares han ganado mucha popularidad porque permiten levantar la mentonera en momentos puntuales, como al repostar o hablar con alguien. Ofrecen una protección muy similar a la de los integrales cuando van completamente cerrados, siempre que estén homologados correctamente. Esta versatilidad resulta muy atractiva para motoristas urbanos y para repartidores que realizan muchas paradas. Eso sí, es clave respetar las instrucciones del fabricante sobre su uso.

Ana Martínez aclara que no todos los modulares protegen igual, y que hay que prestar atención a la doble homologación, apta para usarlos cerrados y abiertos. Si solo están homologados como integrales, deben circular siempre con la mentonera bajada. En caso contrario, el motorista podría tener problemas con la DGT si sufre un accidente o lo paran en un control. Por eso, recomienda revisar bien la etiqueta de homologación antes de comprar.

LO QUE DICE AHORA MISMO LA NORMATIVA

En la normativa actual, la DGT ya contempla sanciones por no usar casco, llevarlo desabrochado o utilizar modelos no homologados, con multas económicas y pérdida de puntos. La ley no obliga todavía a que todos los motoristas usen cascos integrales o modulares, pero sí fija requisitos de homologación claros. Esto significa que ciertos cascos antiguos, deteriorados o sin marcado reglamentario pueden generar problemas legales. Además, su protección real puede ser muy deficiente.

Las sanciones vigentes buscan que el motorista tome conciencia de que el casco no es un accesorio cualquiera. Sin embargo, Ana Martínez explica que Tráfico estudia afinar más los controles y ajustar las multas para los casos de uso negligente. Esto incluiría revisar con más detalle el estado físico del casco y su correcta colocación. Si finalmente se aprueban cambios, es probable que haya menos margen para “descuidos” o atajos peligrosos.

POSIBLES ENDURECIMIENTOS QUE PODRÍA APROBAR LA DGT

Aunque todavía no hay un texto definitivo, los expertos apuntan a varios escenarios posibles si la DGT decide endurecer la normativa para motoristas. Uno de ellos sería incrementar la cuantía de las multas en casos de casco inadecuado o mal abrochado. Otro podría consistir en vincular la sanción a la gravedad del riesgo asumido, con criterios más claros para los agentes. En paralelo, se reforzarían las campañas de concienciación.

También se habla de controles específicos en carreteras muy frecuentadas por motos, como rutas de fin de semana o accesos a grandes ciudades. En esos puntos, los agentes revisarían no solo la documentación, sino también el tipo y estado del casco. Si el equipamiento es muy antiguo, presenta grietas o no cumple la homologación exigida, el conductor se arriesgaría a sanción. Todo apunta a un enfoque más preventivo y, a la vez, más estricto.

CÓMO ADELANTARSE A LOS CAMBIOS Y EVITAR SUSTOS

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Para Ana Martínez, la mejor estrategia pasa por no esperar a que la DGT publique una nueva instrucción para empezar a protegerse mejor. Recomienda valorar la compra de un casco integral o modular homologado, incluso aunque la ley todavía no lo exija de forma específica. También insiste en ajustar bien la talla, revisar el cierre y cambiar el casco si ha sufrido un golpe fuerte. De este modo, se gana en seguridad desde el primer día.

Además, sugiere acostumbrarse a revisar el casco igual que se revisan neumáticos o frenos, como parte del mantenimiento básico de la moto. Un acolchado deformado, una correa muy gastada o una calota llena de arañazos son señales claras de que toca renovarlo. Adoptar ahora estos hábitos facilita adaptarse a cualquier cambio normativo que decida la DGT en el futuro. Y, sobre todo, reduce el riesgo de lesiones graves en caso de accidente.


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