Damos pautas para crear estancias visualmente despejadas, que transmitan sensación de equilibrio y confieran elegancia a los hogares a partir de elementos muy sencillos.
El minimalismo es el estilo que tiene como lema «menos es más«. Aplicado a la decoración del hogar se traduce en eliminar lo accesorio, potenciar la luz y elegir solo aquello que realmente aporta.
La meta es crear espacios relajantes, donde prima la vertiente funcional, se renuncia al recargamiento visual y se busca que cada elemento tenga una razón de ser, conformando un conjunto armónico.
Hablamos, así pues, de un interiorismo orientado a la generación de ambientes despejados, que conjugan una apariencia visual moderna con ventajas prácticas como la facilidad de limpieza.
La filosofía minimalista pone el énfasis en la tranquilidad y el sosiego, lo que va en perfecta consonancia con la disposición de un buen seguro de hogar que proteja adecuadamente el bien más preciado y valioso que tenemos: la vivienda.
¿Cómo conseguir un hogar minimalista?
A continuación, damos las pautas para aplicar la decoración minimalista.
1-Colores en las estancias
La elección de colores es clave para conseguir un ambiente minimalista. Apuesta por una paleta neutra, con blancos, grises o tonos arena. Una elección cromática que aportará sensación de luminosidad y continuidad visual.
2-Elección de muebles
Elige mobiliario práctico, de líneas rectas y con vocación funcional; es preferible contar con pocos muebles bien escogidos que saturar la estancia innecesariamente.
Cuando vayas a elegir una pieza, plantéate si realmente la necesitas, qué función cumple y cómo encaja en el conjunto. Y si no tienes claro alguno de los tres aspectos referidos, sencillamente no la escojas y busca otra opción.
En cualquier caso, evita elementos que bloqueen la entrada de luz natural, para que la iluminación sea la gran protagonista del espacio.
3-Importancia del orden
Prioriza el orden mediante soluciones de almacenaje ocultas que permitan mantener las superficies despejadas y evitar la sensación de acumulación. En este sentido, siempre va a ser un ‘must’ que los muebles que veíamos tengan capacidad para guardar cosas.
Hablamos de piezas como aparadores cerrados, camas con canapé… mesas auxiliares con espacios interiores. Todo ello ayuda a tenerlo todo a mano pero sin estar a la vista, contribuyendo a consolidar la apuesta minimalista.
4-Pocos elementos decorativos
Menos es siempre más muy especialmente con los elementos decorativos. Esto no significa despreciar su rol, ya que son muy importantes, pero la idea sería que aporten desde el protagonismo y la impronta que confieren a los espacios, no desde su acumulación numérica.
Bajo este prisma, se trataría de optar por elementos como un cuadro, una planta o una pieza artesanal que proporcionen textura e incluso contraste sin romper la armonía visual.
El minimalismo es un estilo decorativo que, cuando se aplica con criterio, da lugar a hogares que trasmiten sosiego y elegancia, sin renunciar a la personalidad, pues lo único de lo que se huye es de los artificios y el recargamiento visual.
Por ello es un interiorismo que nunca pasa de moda, porque se adapta a cualquier época y tipo de vivienda manteniendo siempre intacta su esencia: claridad, funcionalidad y una belleza serena que no necesita adornos.








