lunes, 8 diciembre 2025

Apenas el 20% de las empresas españolas cuentan con un Chief Artificial Intelligence Officer o CAIO

La adopción práctica de la IA requiere más que inversión; exige coherencia estratégica. Las empresas coinciden en que la clave reside en integrar la tecnología en el día a día, evitando replicar herramientas genéricas sin un objetivo claro.

La adopción de la inteligencia artificial en España avanza, pero no lo hace al ritmo que exige el mercado global. Aunque el país destaca en materia regulatoria y en despliegue de infraestructuras tecnológicas, la estructura directiva de muchas compañías todavía no incorpora perfiles de liderazgo especializados en IA. Esto se refleja en un dato revelador: solo entre un 15 % y un 20 % de las organizaciones ha creado el rol de Chief Artificial Intelligence Officer o CAIO una figura clave para impulsar la transformación digital de forma ordenada y medible.

La ausencia de este perfil resulta especialmente significativa si se tiene en cuenta que gran parte de las inversiones en IA se encuentran en fase inicial y que muchas empresas siguen moviéndose entre expectativas elevadas y resultados desiguales. Un síntoma de esta brecha es que alrededor del 25 % de los proyectos de IA desplegados en el país no alcanzan el retorno esperado, según estimaciones compartidas por varios directivos del sector.

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El CAIO Day, una radiografía del estado actual de la IA en España

La segunda edición del CAIO Day, celebrada recientemente en Madrid y organizada por IKN Spain, ha servido para medir con precisión el momento que viven las empresas españolas en materia de inteligencia artificial. El encuentro reunió a responsables de IA de compañías de sectores tan diversos como la distribución, los seguros, la banca, la industria farmacéutica o la energía, consolidándose como una cita de referencia para quienes lideran la transformación tecnológica en sus organizaciones.

El evento duplicó el número de asistentes respecto al año anterior, alcanzando los 330 profesionales, un crecimiento que refleja el creciente interés por integrar la IA más allá del discurso teórico.

La jornada abordó cuestiones estratégicas como el paso de la IA generativa hacia modelos basados en agentes autónomos, la medición real del impacto de las iniciativas, la necesidad de contar con datos de calidad y los desafíos de la gobernanza en un entorno cada vez más regulado.

El Chief Artificial Intelligence Officer se ha convertido en un rol estratégico
El Chief Artificial Intelligence Officer se ha convertido en un rol estratégico

España, un país avanzado en gobernanza pero con brecha en adopción

Durante la inauguración, representantes del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública destacaron que España se ha posicionado entre los países líderes en regulación y supervisión responsable de la inteligencia artificial.

Este reconocimiento se sustenta en proyectos públicos, inversiones en supercomputación y planes formativos que han incrementado el número de titulados en áreas tecnológicas.

Sin embargo, esta ventaja institucional no se traslada por igual al tejido empresarial y en la figura del CAIO. Las pymes, que representan la inmensa mayoría de las empresas del país, siguen mostrando niveles bajos de adopción tecnológica, con procesos poco automatizados y barreras de entrada asociadas a la falta de recursos, formación y perfiles especializados. Esta brecha resulta relevante porque condiciona la capacidad del país para competir en un contexto en el que las grandes compañías ya están incorporando IA en operaciones críticas.

El papel del CAIO como motor de cambio transversal

El Chief Artificial Intelligence Officer o CAIO se ha convertido en un rol estratégico en aquellas empresas donde la IA ya forma parte del núcleo del negocio. Su función no se limita a seleccionar tecnologías: actúa como responsable de que todos los departamentos adopten la IA de manera coherente, con procesos gobernados y un enfoque medible que evite que los proyectos queden aislados en laboratorios o pruebas piloto.

Directivos de compañías como Caixabank, Santalucía Seguros o Holaluz coincidieron durante el CAIO Day en que el éxito de esta figura depende de tres elementos clave: visión estratégica, cultura organizativa y apoyo explícito de la alta dirección. Sin esta base, la IA corre el riesgo de convertirse en iniciativas dispersas sin impacto real.

Además, el CAIO debe equilibrar innovación y retorno, algo especialmente importante en un contexto en el que los costes operativos de la IA —desde el entrenamiento de modelos hasta su mantenimiento— aumentan a medida que las organizaciones despliegan soluciones más complejas.

Más allá del hype: los verdaderos retos de la adopción práctica

Durante las sesiones del evento, varios responsables de plataformas de datos y gobernanza señalaron que la principal barrera en la adopción real de la IA no es tecnológica, sino cultural. En muchos equipos sigue existiendo resistencia a modificar procesos, delegar tareas en sistemas automatizados o confiar en recomendaciones generadas por modelos avanzados.

Superar ese bloqueo requiere formación continua, contar con un CAIO, acompañamiento y una comunicación clara sobre beneficios, riesgos y responsabilidades.

A esto se suma la dificultad de medir correctamente el retorno económico. Algunos proyectos tardan meses o incluso años en demostrar su impacto, lo que genera la tentación de replicar herramientas genéricas sin alineación clara con la estrategia del negocio. Los expertos insistieron en que cada iniciativa debe evaluarse tanto desde un punto de vista financiero como desde métricas operativas, de eficiencia y de valor generado a largo plazo.

Un futuro que exige dirección, gobernanza y talento

La jornada dejó claro que el papel del CAIO será cada vez más determinante a medida que los agentes inteligentes, los sistemas autónomos y los marcos regulatorios avancen.

La IA exige una visión global que unifique innovación, gestión del riesgo, retorno económico y responsabilidad ética. Y en España, donde la mayor parte de las empresas aún no cuenta con esta figura, el margen de mejora es amplio.


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