lunes, 8 diciembre 2025

Dr. Robert Todd Hurst, cardiólogo: «Así es como debe ofrecerse la atención médica de alta calidad hoy en día»

- Un enfoque revolucionario que busca prevenir miles de muertes cardíacas antes de que ocurran.

La atención médica solo funciona de verdad cuando llega antes de que aparezca el daño. Casi 2.000 personas mueren cada día en Estados Unidos por enfermedades cardíacas. Una vida perdida cada 43 segundos. Cuando el cardiólogo preventivo Robert Todd Hurst lo dice en voz alta, el dato cae como un golpe seco. Pero lo que realmente sacude es lo que añade después: “casi todas esas muertes son prevenibles”. Así abrió el primer episodio de su podcast Healthspan MD, dejando claro por qué ha dedicado su carrera a una misión que repite casi como un mantra: que nadie debería morir nunca de un ataque al corazón.

Lo dice con la autoridad de quien conoce el sistema por dentro. No son teorías de despacho. Hurst pasó veinte años en la Clínica Mayo, una de las instituciones médicas más prestigiosas del mundo, donde vio una y otra vez la misma escena: visitas demasiado cortas, poco tiempo para escuchar al paciente, tratamientos que se reducían a otro fármaco, otra prueba, otro procedimiento. Y, sobre todo, personas que llegaban a consulta después del susto: tras un infarto, una angina, o tras años de daño silencioso que —según insiste— podía haberse detectado décadas antes.

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“Era frustrante”, recuerda. “Siempre íbamos detrás del problema. No estábamos previniendo nada, solo reaccionando”.

Healthspan MD: dejar de apagar incendios y empezar a evitar que se enciendan

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Un modelo que prioriza detectar riesgos antes de que aparezcan. Fuente: Canva

Cansado de trabajar dentro de un sistema que actuaba cuando ya era tarde, decidió crear Healthspan MD, una práctica médica que rompe con el modelo tradicional y propone otra manera de abordar la salud cardiovascular: mirar la causa raíz y no solo los síntomas.

El planteamiento es casi contraintuitivo en la medicina moderna: detenerse, analizar, prevenir.

Su equipo utiliza herramientas que rara vez se aplican de forma conjunta:

  • imagen cardíaca avanzada que detecta problemas antes de que den la cara,
  • análisis genético del riesgo,
  • evaluaciones metabólicas y cognitivas profundas,
  • y un seguimiento multidisciplinar que no deja flancos sueltos.

Mientras la atención médica habitual se conforma con “consejos vagas y una receta”, Healthspan MD construye planes hechos a medida con cardiólogos preventivos, internistas, nutricionistas, expertos en sueño, ejercicio y manejo del estrés. Cada detalle se ajusta al estilo de vida, la biología y los objetivos reales del paciente.

“El problema de la cardiología típica es que trata lo que ya ha ocurrido. Nosotros tratamos de evitar que ocurra”, resume.

El sueño: ese viejo olvidado que cambia diagnósticos enteros

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El sueño emerge como un factor decisivo en la salud cardíaca. Fuente: Canva

Uno de los momentos más reveladores del episodio es cuando Hurst reconoce que, durante toda su formación, nadie hablaba de dormir. “Solo comentábamos lo poco que dormíamos los residentes”, dice con ironía.

Pero bastó un caso clínico para que ese silencio cobrara sentido: una paciente con hipertensión resistente, una situación nada sencilla. No importaban los fármacos, la dieta o el ejercicio: los valores no bajaban.

El cambio ocurrió cuando trataron su apnea del sueño.

De repente, empezó a dormir bien. Luego a perder peso. Luego a necesitar menos medicación. Finalmente, su tensión se normalizó.

“El problema era el sueño. Todo giraba alrededor de eso”, afirma.

Fibrilación auricular y apnea del sueño: dos piezas del mismo puzle

Hurst va aún más lejos: para él, la fibrilación auricular es apnea del sueño hasta que se demuestre lo contrario. Por eso evalúa prácticamente a todos los pacientes. Detectar la apnea a tiempo permite tratar causas que, en muchos casos, evitan cirugías y reducen hospitalizaciones.

Un modelo de suscripción para poder cuidar sin prisas

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Quizá una de las partes más honestas de su discurso es cuando reconoce que el modelo tradicional de consultas rápidas hacía imposible la atención de calidad. Durante años se resistió a un sistema de membresía, por miedo a que fuera exclusivo. Pero terminó aceptando que era la única forma de ofrecer el tipo de cuidado que él consideraba ético.

“Ahora lo veo claro: es la única manera de hacer medicina de alta calidad sin comprometer nada”, admite.

Y además, ve un cambio inminente: el seguro médico, dice, evolucionará hacia cubrir solo las catástrofes —cirugías, accidentes, emergencias graves— mientras que el mantenimiento diario será una inversión personal, como quien paga un entrenador o un nutricionista.


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