domingo, 7 diciembre 2025

La industria eólica se descapacita: No hay técnicos suficientes para el mantenimiento de aerogeneradores

Los técnicos necesarios para mantenimiento prácticamente se duplicarán entre 2024 y 2030, pasando de unos 130.000 a más de 277.000.

Esta es la principal advertencia del informe emitido por la Organización Eólica Mundial (GWO) y el Consejo Mundial de Energía Eólica (GWEC), que detecta que la industria eólica quiere aumentar la velocidad en la que crece su capacidad de generación a un ritmo superior a la disponibilidad de personal técnico. Es decir, la falta de profesionales se ha convertido en un cuello de botella, que podría frenar el desarrollo de este tipo de energía renovable.

En este sentido el informe Global Wind Workforce Outlook (GWWO) 2025-2030 apunta a que en 4 años el crecimiento del personal técnico tendrá que crecer hasta un 24% para satisfacer las necesidades de una mayor instalación eólica, que rondará para 2030 los 2,1 TW de capacidad.  

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Sin embargo, el crecimiento de la fuerza laboral no está evolucionando al mismo ritmo, debido a que las turbinas son cada vez más grandes y complejas que requieren perfiles hiper-especializados, con conocimientos avanzados en electrónica, mecánica, digitalización e incluso ciberseguridad. Esto se traduce en que los requisitos crecen a un ritmo más alto, que la oferta de técnicos con estas capacidades.

De todos los perfiles, el más necesario para la industria es el de mantenimiento, ya que este trabajo tiene una duración media de 20 años de intervención continua, reparaciones periódicas y avanzadas por turbina; mientras que la instalación concentra, en la gran mayoría de los casos, picos de contrataciones temporales únicamente en los años de construcción. Datos del informe indican que a que los técnicos necesarios para mantenimiento prácticamente se duplicarán entre 2024 y 2030, pasando de unos 130.000 a más de 277.000. 

En definitiva, este aumento de demanda de profesionales, no solo responde al crecimiento del parque eólico mundial, sino también al envejecimiento de las turbinas ya instaladas y a la entrada de modelos más sofisticados que requieren intervenciones más frecuentes y complejas.

La eólica presenta más desafíos en su división offshore

El informe también señala un desafío adicional: el crecimiento del sector offshore, o la generación de electricidad mediante aerogeneradores instalados en el mar. Donde, a pesar de que para 2030 sólo representará alrededor del 10% de la capacidad eólica global, absorberá hasta el 25% de la demanda laboral total, debido a la especialización necesaria para operar en condiciones marítimas. 

En este aspecto los grandes retos a los que se enfrenta este tipo de turbinas, tales como: las tormentas y el oleaje; la corrosión marina, que dificultan la instalación y mantenimiento costosos con buques especializados; además de la realización de las conexiones eléctricas en el mar, pone en manifiesto la necesidad de personal altamente especializado. Un tipo de perfil técnico aún más difícil de encontrar, debido a que requiere una formación más rigurosa con mayores estándares, que avanza a un ritmo muy inferior a lo necesario. 

A este escenario se suma una fragmentación creciente de la cadena de valor. Mientras los fabricantes  se han especializado en la producción y parte de la instalación, las empresas EPC (bajo contrato) llevan la obra civil y el montaje, y los proveedores de servicios independientes asumen gran parte del mantenimiento. Con cada actor enfocado en una parte específica del proceso, ninguno se responsabiliza de generar suficiente talento técnico para cubrir las necesidades globales del sector. El resultado es un déficit estructural que se intensifica año tras año. 

El Global Wind Workforce Outlook advierte además que la formación actual, basada en centros regionales y programas limitados, no es suficiente para sostener la demanda futura. La industria necesitará expandir la capacidad educativa, armonizar estándares internacionales de seguridad y competencia, y acelerar la entrada de nuevos profesionales mediante rutas formativas compactas y certificaciones reconocidas globalmente.

En definitiva, la advertencia de GWO y GWEC es clara: sin una estrategia internacional coordinada, que incluya expansión de centros de formación, homologación de competencias, y programas de entrada acelerada para nuevos perfiles; la eólica podría verse frenada. Y esto, daría pie a un fenómeno en cadena, donde la transición energética global a modelos económicos más responsables con el medio ambiente se vea abocada al fracaso en sus tiempos de desarrollo.


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