sábado, 6 diciembre 2025

¿Pagas con el móvil? El ladrón ya no quiere tu cartera, solo necesita este dispositivo de 15€ para clonar tu tarjeta en el metro

Cada vez que te acercas al torno del metro y rozas la cartera contra el cuerpo, puede haber alguien más aprovechando ese gesto. Un lector RFID de apenas 15 euros permite a un ladrón copiar los datos de tu tarjeta contactless sin tocarte. Basta caminar a tu lado unos segundos en un vagón lleno.

Móvil en la mano, tarjeta en el bolsillo y auriculares puestos: así viaja hoy mucha gente en el metro sin imaginar el riesgo escondido. Pensamos que, si la cartera va dentro del bolso o del abrigo, nadie puede tocarla ni robarla. Sin embargo, la tecnología contactless abre una puerta silenciosa a ataques que no se ven. Y un delincuente con un simple lector puede cruzarla sin que notes nada.

El experto que ha demostrado este truco lo resume de forma muy gráfica: el vagón lleno es como un buffet libre para el ladrón digital. Solo necesita acercarse a unos centímetros de tu bolso con un lector RFID oculto en una mochila. El dispositivo lee los datos básicos de la tarjeta y los clona en segundos. Después, puede crear una copia física o usarla para pagos pequeños inmediatos.

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PELIGRO INVISIBLE EN LOS TRANSPORTES

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El metro, el autobús y los trenes de cercanías se han convertido en el escenario perfecto para este tipo de robo silencioso cuando pagas con tarjeta en lugar de con el móvil. La gente va cansada, distraída y muy pegada unos a otros, lo que facilita que el delincuente se acerque sin levantar sospechas. No busca tu cartera de forma clásica. Solo espera el momento en que tu tarjeta contactless quede lo bastante cerca de su lector oculto.

Muchos usuarios piensan que, si no sacan la tarjeta y no introducen el PIN, nadie puede hacer nada con ella. Pero la realidad es que hay operaciones de bajo importe que no requieren código, y ahí es donde aparece el problema. El ladrón puede clonar la tarjeta y probar micropagos en distintos comercios. Si no revisas tus movimientos con frecuencia, puedes tardar días en darte cuenta.

CÓMO FUNCIONA UN LECTOR RFID

El lector RFID es un pequeño dispositivo capaz de emitir una señal de radio y recibir la respuesta de la tarjeta contactless. Cuando lo aproximas a pocos centímetros, la tarjeta se “despierta” y envía ciertos datos para permitir el pago. El ladrón aprovecha este proceso legítimo para capturarlos. No necesita ni ver la tarjeta, ni tocarla, ni pedirte que la acerques de forma voluntaria.

En las pruebas realizadas por expertos en ciberseguridad, se utilizan lectores RFID conectados a un portátil o a un pequeño microordenador. El software muestra en pantalla los datos leídos y permite guardarlos para su uso posterior. En manos de un delincuente, esto significa poder generar tarjetas clonadas casi idénticas. Aunque no siempre obtiene todos los datos, en muchos casos consigue suficiente información para intentar cargos reales.

EL DISPOSITIVO DE 15 EUROS QUE LO CAMBIA TODO

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En Internet es sencillo encontrar lectores RFID por menos de 15 euros, sin necesidad de justificar para qué los quieres. Muchos se anuncian como herramientas para programar llaves electrónicas o probar tarjetas de acceso. Sin embargo, un ladrón puede adaptarlos con mínimos conocimientos técnicos. Basta conectarlos a un móvil antiguo o a una batería portátil y esconderlos dentro de una mochila para usarlos en cualquier trayecto.

El experto que ha revelado esta técnica insiste en que, para un delincuente organizado, es solo una inversión más dentro de su “negocio”. El lector barato se amortiza con apenas unos cuantos cargos fraudulentos. Además, puede combinarlo con otras tácticas clásicas, como vigilar el código PIN cuando alguien sí introduce la tarjeta. Así dispone de toda la información necesaria para un vaciado más agresivo de la cuenta.

POR QUÉ PAGAR CON EL MÓVIL ES DIFERENTE

Cuando pagas con el móvil, la situación cambia bastante respecto a la tarjeta física tradicional. Los sistemas como Apple Pay, Google Wallet o las apps de los bancos crean un número virtual que no coincide exactamente con el de tu tarjeta real. Aunque alguien acercara un lector al dispositivo, no podría clonar ese número temporal con tanta facilidad. Además, el pago suele requerir desbloquear la pantalla o usar biometría.

Eso no significa que el móvil sea invencible, pero sí añade varias capas de protección que no existen en las tarjetas sueltas dentro de la cartera. Si pierdes el teléfono, puedes bloquearlo a distancia o borrar su contenido. También recibes notificaciones casi inmediatas de cada compra. Por eso muchos expertos recomiendan priorizar el pago con dispositivos digitales y reducir al mínimo el uso directo de la tarjeta contactless.

CÓMO PROTEGER TUS TARJETAS EN EL DÍA A DÍA

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La primera recomendación es utilizar carteras o fundas con bloqueo RFID, que impiden que la señal del lector llegue a la tarjeta. No hace falta gastar una fortuna: hay modelos muy asequibles que protegen varias tarjetas a la vez. Otra medida útil es llevar solo las tarjetas imprescindibles cuando uses el transporte público. Cuantas menos lleves encima, menor será el impacto si alguna acaba clonada sin que lo sepas.

También conviene cambiar algunos hábitos cotidianos. Evita dejar la cartera en la parte exterior de la mochila o del bolso, o en abrigos colgados en bares y oficinas. Si puedes, agrupa tus pagos en el móvil y reserva la tarjeta física para momentos concretos. Y, sobre todo, acostúmbrate a revisar de forma semanal los movimientos de tus cuentas para detectar cualquier cargo extraño a tiempo.

QUÉ HACER SI SOSPECHAS QUE TE HAN CLONADO

Si ves un cargo que no reconoces, actúa rápido y no lo dejes pasar pensando que es un error puntual. Lo primero es llamar al banco, bloquear la tarjeta y explicar la situación con detalle. Muchas entidades tienen protocolos específicos para casos de posible clonación contactless. Cuanto antes informes, más opciones tendrás de recuperar el dinero y evitar que sigan realizando pagos a tu costa.

Guarda capturas de pantalla de los movimientos, anota fechas y horas, y aporta todo lo que recuerdes de tus últimos desplazamientos en transporte público. Si sospechas que el robo se produjo en el metro, menciónalo. A veces, revisar cámaras o patrones de cargos ayuda a los investigadores. Después de cerrar la tarjeta comprometida, plantéate reforzar tu seguridad usando más el pago con móvil y una cartera con protección RFID.


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