Los clientes de la cadena de distribución alemana Aldi están exponiendo la falta de limpieza en las neveras y congeladores del supermercado. Unos electrodomésticos que carecen de higiene al contar con insectos, como moscas, que provocan rechazo por parte de los consumidores para realizar su cesta de la compra.
En este sentido, las autoridades competentes, por normativa, llevan a cabo controles oficiales, tanto a los operadores como a los productos alimenticios comercializados, de manera regular y en función del riesgo. Unas inspecciones que al parecer todavía no han llegado a varios establecimientos de Aldi.
«Cómo es posible que tengáis un congelador lleno de moscas muertas, esto demuestra la poca atención y cuidado que prestáis en vuestros locales para que podamos comprar de manera tranquila y sin encontrarnos sorpresas», explica una clienta a MERCA2 contando de primera mano el mensaje que le dejo al supermercado alemán ante dicha situación.
ALDI Y LA LIMPIEZA EN LAS TIENDAS, UNA TAREA QUE SIGUE PENDIENTE
En este sentido, la situación de la cadena alemana frente a sus clientes cada vez es más delicada y deja a Aldi en una mala posición hablando en cuanto a reputación. Los clientes son conscientes de la necesidad de qué un espacio donde realizas tus compras y que hay comida esté limpio y sea higiénico.
No obstante, los consumidores se están encontrando con que Aldi no está ejecutando los planes de limpieza necesarios que marca el Ministerio Sanidad para un establecimiento donde hay alimentos. Hay que tener en cuenta que en cualquier sector la seguridad es uno de los temas más importantes, pero en el alimentario cobra una especial relevancia, aunque no todas las empresas saben exactamente cómo contar con unas instalaciones alimentarias seguras.
EL PLAN DE LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN ES DE VITAL IMPORTANCIA PARA EVITAR LA CONTAMINACIÓN Y, POR TANTO, PARA GARANTIZAR LA SEGURIDAD DE LOS PRODUCTOS ALIMENTICIOS EXISTENTES EN EL ESTABLECIMIENTO
Si bien, hay que tener en cuenta que la higiene en los supermercados es un tema de salud y seguridad. Sin ir más lejos, un espacio sucio puede acumular bacterias, polvo y otros patógenos que afectan tanto a los empleados como a los clientes. Un hecho que a Aldi parece no afectar y sigue sin mantener de manera periódica una limpieza en sus establecimientos.
No obstante, la falta de limpieza y el hecho de qué los alimentos convivan en las cámaras frigoríficas de Aldi con moscas muertas y otros insectos, provoca la pérdida directa tanto de clientes como de potenciales ventas. Los consumidores no quieren comprar en un sitio donde la higiene brilla por su ausencia, y deciden cambiar de cadena de distribución antes que comprar sus productos en un supermercado con falta de higiene.
Tal y como se explica en el Real Decreto 1086/2020, de 9 de diciembre, por el que se regulan y flexibilizan determinadas condiciones de aplicación de las disposiciones de la Unión Europea en materia de higiene de la producción y comercialización de los productos alimenticios y se regulan actividades excluidas de su ámbito de aplicación.
CONSECUENCIAS A LAS QUE SE PUEDE ENFRENTAR ALDI
En este contexto, las consecuencias de las no conformidades detectadas durante una inspección sanitaria en un establecimiento alimentario pueden variar en función de la gravedad de la infracción. En cuanto a las advertencias, se establece un plazo de resolución para la no conformidad, dentro del plazo de resolución está la inmediata para aquellas incidencias de higiene como sería en Aldi o de manipulación; o la resolución en un término inferior a tres meses, para aquellas incidencias de mantenimiento o documentación de autocontrol.
No obstante, Aldi no conseguiría librarse de las multas. El hecho de que la cadena de distribución alemana no está totalmente higiénica no es un hecho aislado, y es que lleva años ocurriendo y los clientes dan fe de ello y lo intentan comunicar repetidamente por vía redes sociales sin ver una solución eficaz.
En cuanto a las multas, después de advertencias no solucionadas en el plazo acordado, la autoridad sanitaria puede establecer multas coercitivas, y también pueden deberse ante infracciones graves. Concretamente, las sanciones económicas pueden variar de 300 y 3.000 en fracciones más leves o en casos más graves a 600.000 euros.
