sábado, 6 diciembre 2025

David Rojas (43), nutricionista: «Si un hábito lo construyes con esfuerzo, es mucho más probable que se mantenga en el tiempo»

- El nutricionista de los peleadores de élite revela las verdades incómodas tras los recortes de peso y la salud real.


A veces un solo hábito, bien elegido, puede cambiarlo todo.

Considerado por muchos como una de las voces más respetadas en nutrición deportiva —sobre todo en el salvaje mundo de los deportes de combate—, David Rojas ha acompañado a peleadores de la UFC, atletas de élite y competidores de medio mundo. Cuando habla de su trayectoria, lo dice con esa mezcla de orgullo y cansancio que solo tienen quienes han peleado cada centímetro de su carrera: “ha sido cuestión de mucho esfuerzo y muchos años”. Y aun así, sigue con hambre de más.

El arquitecto, pero no quien levanta el edificio

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El trabajo invisible detrás de cada campamento de peso. Fuente:Canva

Rojas tiene una metáfora que le sale casi sin pensarlo. Él es el arquitecto: quien diseña los planos, quien calcula los riesgos, quien marca el camino. Pero el edificio —la victoria, el pesaje, el rendimiento— lo levantan los atletas con disciplina, sudor y una complicidad absoluta con el plan.

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Trabajar con deportistas de alto nivel, reconoce, es entrar en una zona donde lo mental pesa tanto como lo físico. A veces incluso más. Por eso empieza escuchando, observando, intentando entender la vida del atleta más allá del gimnasio. ¿Cómo duerme? ¿Qué carga emocional lleva encima? ¿Qué le está pidiendo la cabeza mientras el cuerpo dice otra cosa? Solo así construye un programa que tenga sentido.

Y no suaviza lo que ocurre en un recorte de peso.

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La conexión entre mente y cuerpo marca la diferencia en el alto rendimiento. Fuente:Canva

“Yo he vivido la miseria del ser humano en los recortes de peso, tal como suena”, dice sin rodeos.

La última semana —esa fight week que ellos conocen demasiado bien— puede desatar impulsos primarios, cambios de humor brutales y momentos en los que el atleta deja de parecerse a sí mismo. Rojas lo vive pegado a ellos, y admite que lo que más le duele no es la presión de quedar bien, ni la crítica pública, ni el “qué dirán”.

Su preocupación es otra, mucho más básica y humana:

“A mí lo que me importa es que el atleta no muera o que no tenga un daño irreparable.”

Cuando hay que decir que no

A lo largo de los años ha visto de todo. Una de las situaciones que todavía le remueve fue cuando un peleador aceptó una pelea con apenas horas de aviso y tuvo que perder casi 9 kilos en menos de 48 horas. Para Rojas, aquello era una barbaridad. Y lo dice claro: no debería repetirse jamás.

Desde ese episodio, estableció sus límites. Si un proceso no es seguro, él se baja del barco sin dudarlo.

Contra las prisas y las “soluciones mágicas”

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Retomar hábitos simples puede transformar la salud a largo plazo. Fuente:Canva

Cuando habla para el público general, Rojas suele hacer un gesto con las manos, como quien intenta despejar niebla.

Vivimos obsesionados con lo rápido, con perder peso en días, con dietas de Instagram y productos que prometen milagros. A él le desespera esa impaciencia colectiva. Su consejo más famoso es casi una bofetada de sentido común:

“No te comas nada que no se comería tu bisabuelo.”

No hay misterio. Comida real, hábitos reales, decisiones reales. Lo que ocurre es que la industria alimentaria y la farmacéutica llevan años alimentando nuestra confusión, empujándonos a buscar soluciones rápidas que, a la larga, pasan factura.

No hay dos cuerpos iguales, ni dos vidas iguales

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Si algo repite Rojas es que no existe una receta universal. Lo resumen bien sus propias palabras:

“Hay tantas variables como seres humanos hay en el planeta.”

Por eso defiende una herramienta que lleva décadas (quizá siglos) funcionando: el ciclado de carbohidratos. Comer según te has movido. Comer según has vivido ese día. Comer según tu cuerpo, no según una tabla rígida.

“Hoy te has movido mucho: come más.
Hoy te has movido menos: come menos.”

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Tan simple y tan complejo a la vez.


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