La última campaña de vigilancia puesta en marcha por la DGT ha encendido todas las alarmas entre los automovilistas debido al endurecimiento en la interpretación de ciertas normas básicas de circulación. Ocurre que las sanciones por distracciones habituales se han disparado en cuantía y severidad, convirtiendo gestos rutinarios en un verdadero quebradero de cabeza para la economía doméstica de cualquier familia española. Es muy probable que subestimes el riesgo, pero la realidad es que esa maniobra automática es algo que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa si te cruzas con una patrulla estricta.
Resulta evidente que el organismo dirigido por Pere Navarro ha decidido cortar por lo sano con la siniestralidad vial atacando directamente al bolsillo de quienes se sienten demasiado cómodos al volante. Sucede que el exceso de confianza es actualmente la principal causa de denuncias en carretera, superando incluso a los excesos de velocidad en determinados tramos de nuestra geografía nacional. No es cuestión de meter miedo, sino de advertirte sobre una conducta específica, ya que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa, transformando un trayecto rutinario en una pesadilla administrativa.
EL PELIGRO DE LA RUTINA AL VOLANTE

A menudo olvidamos que el código de circulación exige mantener una atención permanente a la conducción, una regla que solemos flexibilizar cuando recorremos trayectos conocidos hacia el trabajo o el colegio. Pasa que la libertad de movimientos del conductor debe ser absoluta en todo momento, impidiendo que llevar el abrigo puesto o conducir con una mano ocupada sean motivos directos de sanción grave. Los agentes de Tráfico están aplicando el artículo 18 con un rigor extremo, recordándote que ese gesto inocente lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa.
La sensación de control que tenemos dentro de nuestro vehículo es a menudo una ilusión que nos lleva a realizar pequeñas infracciones de manera sistemática sin percibir el peligro real que conllevan. Resulta que cualquier objeto que interfiera entre tu cuerpo y los mandos del coche es sancionable, incluyendo desde una botella de agua hasta el propio codo apoyado en la ventanilla si esto limita tu capacidad de reacción. La normativa es clara y, aunque te parezca una exageración recaudatoria, ten presente que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa.
TU MÓVIL ES AHORA UN ARMA DE DOBLE FILO

La tecnología nos ha facilitado la vida, pero su presencia constante en el habitáculo se ha convertido en el objetivo número uno de las campañas de vigilancia más recientes en todas las carreteras del país. Ocurre que el simple hecho de sujetar el teléfono con la mano ya constituye una infracción, independientemente de si estás hablando, mirando la pantalla o si el dispositivo está completamente apagado en ese instante. Esta es la trampa en la que caen miles de españoles, pues sujetar el móvil para cambiarlo de sitio es algo que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa y la pérdida de seis puntos.
Ya no valen las excusas de que estabas mirando el GPS o simplemente apartándolo porque se había caído al suelo del copiloto en una curva cerrada. Sucede que la ley de tráfico no distingue la intencionalidad del conductor al tocar el dispositivo, castigando la acción física de tenerlo en la mano por el potencial peligro de distracción que genera. Es vital que interiorices este cambio, porque consultar una notificación rápida es un acto reflejo que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa.
COMER Y BEBER PUEDE SALIRTE MUY CARO

Parece de sentido común aprovechar el tiempo del atasco matutino para tomar ese café que no pudimos beber en casa o morder un bocadillo rápido antes de llegar a la oficina. Pasa que soltar el volante para ingerir alimentos pone en riesgo la seguridad del resto de usuarios, dando pie a los agentes para inmovilizarte y extender una receta que desequilibrará tus cuentas del mes. Aunque no exista una prohibición explícita de «comer», la interpretación de los agentes es que esa acción que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa es conducción negligente.
La hidratación es fundamental, especialmente en verano, pero hacerlo mientras el vehículo está en movimiento implica necesariamente perder el control total del volante durante unos segundos críticos. Resulta que beber agua mientras conduces puede considerarse una distracción punible leve o grave, dependiendo de si dicha acción provoca oscilaciones en la trayectoria del coche o si desvías la mirada de la carretera. Es un riesgo innecesario, sobre todo sabiendo que es una necesidad que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa.
LA OBSESIÓN POR EL CARRIL IZQUIERDO

Existe una costumbre muy arraigada en las autopistas españolas de circular permanentemente por el carril rápido aunque el derecho esté completamente libre, entorpeciendo la fluidez del tráfico. Ocurre que circular por la izquierda sin motivo justificado está tipificado como infracción grave, una norma que los helicópteros Pegasus y los drones están comenzando a vigilar con especial ahínco desde las alturas. Muchos conductores ignoran que esta mala praxis que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa es una de las que más enfada a la autoridad competente.
Del mismo modo, el acoso al conductor que nos precede, no guardando la distancia de seguridad para «empujarle» a que se aparte, se está vigilando con tolerancia cero en las vías de alta capacidad. Sucede que el acoso en carretera se considera conducción temeraria y conlleva retirada de carné, una situación que a menudo escala por la simple impaciencia de querer llegar cinco minutos antes al destino. Evita pegarte al de delante, porque esa presión es algo que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa.
EL CINTURÓN Y LOS SISTEMAS DE RETENCIÓN

No basta con llevar el cinturón de seguridad abrochado para librarse de la sanción; es imperativo que esté correctamente colocado y tensado sobre el cuerpo para que sea efectivo. Pasa que utilizar pinzas para aliviar la presión del cinturón anula su eficacia en caso de choque, un truco de la vieja escuela que todavía muchos veteranos siguen empleando para ir más «cómodos». Si las cámaras de control detectan esta holgura o el brazo por encima de la banda, confirmarán que es un error que lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa.
La seguridad vial no es un juego y las autoridades están decididas a que la letra con sangre entre, metafóricamente hablando, a través de sanciones ejemplarizantes que duelan en la cuenta bancaria. Resulta que la picaresca española al volante tiene los días contados ante los nuevos sistemas de vigilancia, que son capaces de detectar si llevas el cinturón mal puesto o si un pasajero trasero va desprotegido. La DGT no va a levantar la mano, así que revisa tus hábitos antes de que sea tarde, porque ese pequeño descuido lo haces cada día al conducir y ahora puede costarte medio sueldo en una sola multa, arruinando no solo tu día, sino tu estabilidad financiera.







