El incremento de incidentes relacionados con los secuestros digitales está superando todas las previsiones y se ha convertido en una de las principales preocupaciones para empresas y usuarios. Según los informes más recientes, el fenómeno de los secuestros digitales ha crecido con especial rapidez debido a la proliferación de herramientas cada vez más accesibles, capaces de ejecutar ataques más complejos en muy poco tiempo.
La gravedad de este escenario está obligando a reforzar la ciberseguridad y a revisar los protocolos de protección en todos los niveles.
La última edición del Acronis Cyberthreats Report detalla un aumento del 70% en los secuestros digitales si se compara la actividad entre 2023 y 2024, una cifra que refleja una tendencia sostenida y preocupante.
Desde el sector tecnológico, se destaca que este crecimiento no se debe solo al volumen de ataques, sino a la sofisticación alcanzada por los delincuentes gracias a nuevas herramientas digitales con enorme capacidad de automatización.
El papel de las técnicas de suplantación y del malware avanzado
Uno de los motivos que explican el crecimiento de los secuestros digitales es la expansión del phishing. Este tipo de fraude se basa en hacerse pasar por empresas, instituciones o personas de confianza para obtener datos sensibles.
Según el informe citado, una de cada cuatro víctimas afectadas terminó cediendo información privada debido a mensajes perfectamente diseñados para parecer reales. Esta técnica, tradicionalmente realizada de forma manual, se ha multiplicado gracias a la creación automática de correos, mensajes y formularios falsos.
El equipo directivo de cdmon, compañía española especializada en hosting, apunta que la inteligencia artificial juega un papel central en este aumento. Herramientas capaces de generar contenidos convincentes han permitido que los delincuentes produzcan campañas enteras de engaños en cuestión de segundos.
Esta capacidad no solo incrementa la frecuencia de los ataques, sino también su precisión, ya que los textos falsificados imitan con extraordinaria fidelidad el estilo y la estructura de mensajes corporativos legítimos.
La inteligencia artificial como acelerador del delito informático
Expertos en ciberseguridad han señalado que la IA es una tecnología neutral, cuyo impacto depende del uso que se le dé. Sin embargo, la facilidad para generar contenidos, reproducir voces o imitar la identidad de terceros supone un riesgo creciente. Las voces clonadas y los vídeos generados automáticamente pueden utilizarse para engañar a empleados o familiares, creando un contexto emocional que facilita las estafas.
En este sentido, el director digital de cdmon advierte que la generación masiva de correos electrónicos maliciosos, combinada con bases de datos obtenidas mediante brechas de seguridad o secuestros digitales previos, forma un entorno ideal para que estos ataques se propaguen.

Además, la capacidad de automatizar procesos delictivos convierte a un único atacante en un generador constante de amenazas, algo que hace solo unos años requería equipos enteros.
Identidad digital: un recurso cada vez más vulnerable
Otro elemento clave en la expansión de los secuestros digitales es la pérdida de control sobre la identidad online. Las redes sociales, que almacenan imágenes, audios, información personal y datos de comportamiento, se han convertido en una fuente de entrenamiento perfecta para los modelos de IA. Con suficiente material disponible, es posible crear imitaciones muy realistas de prácticamente cualquier individuo.
Según expertos del sector, la combinación entre la enorme capacidad de procesamiento de datos y el volumen de información pública facilita la generación de perfiles ficticios o la recreación de personas reales.
De este modo, los estafadores pueden crear interacciones falsas con un nivel de detalle que supera la capacidad de detección de un usuario medio, haciendo que los engaños resulten más convincentes que nunca.
Las empresas necesitan estrategias más sólidas para protegerse
La situación ha llevado a que compañías de todos los tamaños refuercen sus sistemas de seguridad. Desde startups hasta multinacionales reconocen que blindarse frente a los secuestros digitales es indispensable para mantener la continuidad operativa.
El cumplimiento normativo, la actualización constante de herramientas y la vigilancia activa se han convertido en requisitos esenciales.
Cdmon, por ejemplo, asegura que ha reforzado sus procesos internos para responder a esta nueva realidad. Sus servidores ubicados en Europa cumplen con el RGPD y con la normativa ENS, además de integrar sistemas automáticos de detección basados en IA. Esta vigilancia continua permite identificar intentos de intrusión antes de que comprometan infraestructuras críticas.
Según la compañía, la actualización permanente del software y el uso de sistemas que supervisan de forma constante el comportamiento de las plataformas permite reducir el riesgo de ataques.
La evolución de las amenazas seguirá obligando tanto a empresas como a usuarios a mantenerse alerta. Los secuestros digitales, lejos de disminuir, están consolidándose como una de las formas de ciberdelincuencia más agresivas, especialmente en un contexto donde el mal uso de la IA acelera y multiplica las posibilidades de ataque.








