Tras una reunión el lunes que, de momento, no ha conseguido un acuerdo, todo indica que Iryo tendrá que lidiar por primera vez con una huelga en fechas clave, en este caso el Puente de la Constitución. La situación es delicada, aunque desde la empresa han sabido mantener sus servicios mínimos, y señalan que el cumplimiento de la convocatoria a huelga de CGT no ha sido masiva, pero lo cierto es que se trata de un problema no solo en uno de los fines de semana más importantes del año, sino en el que abre la temporada navideña. De momento está confirmada la convocatoria entre el 5 y el 8 de diciembre, sin descartar nuevas fechas.
En cualquier caso, la situación deja el espacio abierto para sus competidores, Renfe y, sobre todo, Ouigo, que pueden recoger algunos de los viajeros que busquen opciones de último momento. Se suma que tendrán que responder a los retrasos que sufren por la huelga, incluso si los mantienen en un mínimo. De momento se confirman unos 60 viajes afectados para el fin de semana largo, un dato que puede tener consecuencias delicadas, incluso si es menor del que podrían pensar con el anuncio inicial de la huelga.
De todos modos, la reunión del lunes, incluso sin una respuesta inmediata, es una buena noticia para los afectados. El deseo de todas las partes será siempre llegar a un acuerdo beneficioso para todos los afectados, y tanto los trabajadores como la empresa saben que dejar espacio a sus competidores en un mercado con la demanda de la alta velocidad puede ser un problema difícil de ignorar.
A pesar de las pocas señales, las dos partes han mantenido bastante silencio sobre lo que ocurre en la mesa de negociación. Desde Iryo señalan que sus conversaciones son confidenciales hasta que se firme un acuerdo, por lo que no dan más detalles de los que ya se han dejado conocer, ni tampoco hablan de la posibilidad de resolver el problema antes del fin de semana, manteniendo la calma hasta ahora y apostando por conseguir una solución sostenible.
IRYO Y LOS NUEVOS RETOS EN LA ALTA VELOCIDAD
La realidad es que el problema que enfrenta Iryo no es una novedad en el sistema de alta velocidad. Para Renfe ha sido un reto constante, sobre todo a medida que el servicio se ha hecho más popular, con los sindicatos siempre aprovechando las fechas de mayor tráfico para aumentar la presión, una situación que se repite también en el sector aéreo.

En ese contexto, no debería ser una sorpresa que Iryo deba atravesar por esta situación. Los paros y las huelgas son parte normal del sistema de trenes del país, que también incluye el de Cercanías, por lo que la situación que ahora atraviesa la empresa recién llegada al sistema no debería ser una sorpresa, y probablemente no sea la última vez. Lo importante de momento será buscar una solución rápida para evitar que se repita la situación con los festivos de Navidad y Nochevieja, los siguientes en el calendario.
UNA NEGOCIACIÓN ABIERTA DESDE EL VERANO DE 2024
Lo cierto es que si algo puede preocupar por igual a Iryo y los sindicatos es que la negociación ha sido demasiado larga. Las conversaciones por el nuevo convenio, que no incluye a los maquinistas que tienen su propio convenio aparte, se han alargado ya más de un año desde junio de 2024, y de momento no hay un acuerdo final. Aun así, al menos se han retomado las negociaciones, por lo que es posible que haya una respuesta en las próximas semanas.
De lo contrario, se seguirá arrastrando el problema, y puede llevar a otras protestas en el futuro, unas en las que la empresa no tenga la misma suerte. En ese panorama, Iryo tiene mucho que perder si se alarga la tensión, aunque de momento confían en que resolverá sin mayores problemas.








