La Comisión Nacional de Mercados (CNMC) ha publicado un nuevo informe que examina la situación del sistema gasista español. Según el borrador del Informe de Evaluación del Modelo Retributivo, el organismo concluye que esta infraestructura está siendo infrautilizada, lo que plantea que el regulador baje la retribución a las empresas que utilizan el sistema.
En este aspecto, el informe examina que el consumo nacional cayó un 20% entre 2021 y 2024. Un fenómeno que, según apunta la CNMC, no es una tendencia coyuntural sino estructural, ya que las previsiones de consumo de gas del Plan 2008-2016 estaban muy por encima de la realidad.
La situación en la red de transporte del gas no ha mejorado tampoco. El borrador indica que, aunque la longitud de la red apenas ha variado desde 2017, la energía transportada por kilómetro ha descendido progresivamente año tras año.
Entre 2020 y 2023, el indicador cayó un 8,4%, volviendo a retroceder un 7,6% adicional entre 2023 y 2024. A esta caída se le suma, el descenso en el uso de las infraestructuras de gasificación, con una operación de entre el 26 y el 35 % de su capacidad de vaporización.
Debido a estos datos, el informe repasa la evolución de los pagos reconocidos a las empresas desde la entrada en vigor de la Circular 8/2020 y muestra descensos significativos, debido al desajuste entre capacidad instalada y energía usada.
En el caso del transporte, la retribución total pasa de 782,7 millones de euros en 2020 a 542,2 millones en 2026, con una caída prevista del 30,7%. Mientras que para la regasificación, el informe aprecia un descenso del 26,9%, al pasar de 454,3 millones en 2020 a 332,0 millones en 2026. Por lo que, en conjunto, el sistema gasista verá reducida su retribución anual en más de 360 millones de euros.
Cómo funciona el modelo retributivo de la CNMC en el sector gasista
El sistema retributivo de la CNMC, definido en la Circular 8/2020, se basa en la combinación de tres elementos regulatorios: Revenue-cap, Cost-plus parcial y los incentivos a la regulación. Donde los primeros establecen el límite de ingresos permitidos, que se actualiza para reflejar el uso real de las infraestructuras y los costes eficientes del sistema. Por lo que, si la demanda desciende al igual que la utilización de las infraestructuras, el máximo se ajusta a la baja.
Por otro lado, el esquema Cost-plus parcial se basa en la media entre el coste real auditado que tiene la empresa por operar, y el valor unitario regulado. Esto se traduce en que, si una empresa hace una inversión por encima del coste estándar, solo se le reconocería la mitad de la diferencia; mientras que si es por debajo, podría retener parte del ahorro. Esto se traduce en un sistema que fomenta que las empresas tengan un control de sus costes y reparte los desvíos al 50% entre los operadores y el conjunto del sistema gasista.
Finalmente, el último componente de este esquema retributivo se basa en la introducción de incentivos para fomentar la reducción de mermas o la extensión de vida útil de los activos. El informe de la CNMC refleja que algunos de estos incentivos, como el de continuidad de suministro, han ido reduciéndose en los últimos años debido a la menor actividad del sistema.
Por lo que, en un contexto de demanda decreciente e infrautilización persistente, todos los componentes del modelo apuntan en la misma dirección: Una retribución más baja para un sistema que necesita menos recursos para operar. En definitiva, el mensaje del borrador es claro: El sistema dispone de un nivel de infraestructuras que no se corresponde con la demanda actual y, por tanto, la retribución debe ajustarse a la realidad de un sistema sobredimensionado.








