La actriz Elisa Mouliaá ha sorprendido en las últimas horas al lanzar unas declaraciones especialmente duras y emocionalmente cargadas contra el político Íñigo Errejón, marcando uno de los episodios más delicados que ha protagonizado en la esfera pública. Todo se produjo, supuestamente, en un contexto de tensión que se arrastra desde hace meses y que, según mantiene ella misma, continúa sin resolverse de la manera que considera justa. En este nuevo estallido mediático, la intérprete ha afirmado que querría “verle en la cárcel”, una expresión que ella emplea desde su propia vivencia y que enmarca dentro de lo que, según su versión, considera un comportamiento “peligroso”, insistiendo en que habla desde su experiencia personal y desde lo que supuestamente asegura haber vivido.
2Elisa Mouliaá, firme y contundente
A pesar de la contundencia expresiva de Mouliaá, la intérprete también quiso recalcar que está viviendo un momento personal complejo y que, supuestamente, el hecho de que Errejón niegue todo hace que la situación sea, emocionalmente, todavía más difícil de gestionar. Señaló que esa negación constante es uno de los motivos por los que ha decidido volver a pronunciarse públicamente, ya que considera necesario “defender su verdad”, un concepto que repite con frecuencia para remarcar que habla desde su experiencia individual y no desde hechos probados judicialmente. En varias ocasiones recalcó que utiliza términos como “supuestamente” porque entiende la sensibilidad del asunto, pero que aun así siente la necesidad de expresarse, remarcando siempre que lo vivido se enmarca en su perspectiva personal.
Estas declaraciones, muy difundidas en las últimas horas, han generado un intenso debate en redes sociales, donde las opiniones se han polarizado entre quienes respaldan a la actriz y quienes piden cautela y respeto al proceso judicial y mediático. La propia Elisa Mouliaá, consciente de la repercusión de sus palabras, insistió en que todo lo que expone está basado en su versión de los hechos y que no pretende influir ni condicionar la opinión pública más allá de contar, como ella misma insiste, lo que supuestamente habría experimentado. En este contexto de tensión creciente, el caso continúa evolucionando con posiciones enfrentadas, y mientras Íñigo Errejón mantiene su negativa rotunda y rechaza cualquier acusación, Elisa Mouliaá sigue defendiendo su relato, convencida de que está haciendo lo que considera correcto dentro de un escenario extremadamente delicado.








