A medida que se acercan las fiestas, muchas familias empiezan a planear los menús navideños y surge una duda que parece sencilla, pero no lo es tanto: ¿qué diferencias hay entre el atún y el bonito? Aunque ambos pescados suelen compartir mesa, elegir uno u otro puede cambiar la experiencia, el sabor y también su impacto nutricional.
Por esta razón, el doctor en microbiología Manzano ha decidido responder a una pregunta que le hacen con frecuencia. En una explicación clara y directa, detalla cómo diferenciar el atún del bonito a simple vista y qué características nutricionales conviene tener en cuenta antes de comprarlo.
Cómo distinguirlos sin necesidad de etiquetas
Lo primero que hace el especialista es subrayar que el bonito suele ser más pequeño. Procede de la especie Thunnus alalunga —el conocido “atún blanco”— y rara vez supera los 30 kilos. En cambio, el común puede llegar a los 100 kilos con facilidad, como ocurre con variedades como Thunnus albacares o Katsuwonus pelamis. Esta diferencia de tamaño ya permite sospechar qué tipo de pescado tenemos delante.
Otra pista está en la aleta pectoral. En el bonito es alargada y va desde el pecho hasta casi la parte trasera. En cambio, en el atún se queda mucho más corta. El color también es clave: el bonito presenta una carne clara, suave y delicada, mientras que el otro muestra un tono más rosado o rojizo y una textura firme, casi comparable a la de la carne vacuna. Al tacto, la pieza de atún ofrece resistencia y concentra un sabor intenso, algo que enamora a muchos paladares.
El precio puede ser un guiño final. El bonito es sensiblemente más caro y está disponible sobre todo en verano. Si aparece en pleno invierno conviene preguntar su procedencia. El atún, en cambio, se encuentra durante todo el año y suele estar mejor de precio.
Las diferencias nutricionales entre el bonito y el atún

En la parte nutricional, el doctor Manzano destaca que el bonito tiene menos grasa que el atún. Mientras que el primero ronda entre un 6 % y un 8 %, el segundo se sitúa entre un 10 % y un 12 %. Ambos son ricos en proteínas y vitaminas necesarias para una dieta equilibrada. Tanto el bonito como el atún aportan vitamina D, B6, B12 y minerales como yodo, potasio y fósforo.
Sin embargo, el especialista hace una advertencia. El bonito contiene mucho menos mercurio. El atún, debido a su mayor tamaño y a su larga vida en el mar, acumula entre dos y tres veces más cantidad. Esto lo convierte en un alimento que no se recomienda para niños pequeños ni para mujeres embarazadas, ya que el mercurio puede atravesar la barrera placentaria.








