lunes, 1 diciembre 2025

Pablo Ferrero (46), experto en sueño: “El sueño, junto con la nutrición y el ejercicio, es el tercer pilar fundamental de la salud”

- Una mirada clara y humana a la importancia del sueño reparador y su impacto en nuestra salud diaria.

El sueño sigue siendo, curiosamente, uno de los territorios menos explorados dentro de la medicina moderna. Lo dice el Doctor Pablo Ferrero, y tiene autoridad para hacerlo: es especialista en medicina del sueño y pertenece a la tercera generación de una familia de médicos. Su abuelo fue psiquiatra y neurólogo, su padre neurólogo especializado en sueño… y él decidió seguir ese camino, quizás por herencia, quizás por intuición, pero sobre todo porque siente que aún hay mucho por descubrir en este campo que —como él mismo comenta— continúa “a oscuras”.

Ferrero insiste en algo que a veces olvidamos por completo: el sueño, la nutrición y el ejercicio son los tres pilares que sostienen la salud de cualquier persona, desde el inicio de los tiempos. “A cualquier ser humano”, recalca. No importa si alguien es joven, mayor, deportista, sedentario, sano o enfermo: todos dependemos de esos pilares para funcionar bien.

Publicidad

El descanso, ese reparador silencioso

sueño
Dormir bien comienza con pequeños ajustes diarios. Fuente:Canva

Existe una creencia extendida de que el cerebro “se apaga” cuando dormimos. Ferrero sonríe cuando lo menciona, porque es justo lo contrario. Mientras dormimos, el cerebro trabaja sin descanso: filtra información, limpia desechos, regula hormonas y deja todo listo para el día siguiente.

Y ahí aparece su distinción favorita: dormir no es lo mismo que descansar.
“Lo fácil que se vuelve la vida cuando uno sabe cuánto dormir y en qué momento hacerlo”, suele decir. Y lo cierto es que muchos no tenemos idea de eso.

Aprender a conocer los propios hábitos de sueño —cuántas horas necesitamos, en qué momentos rendimos mejor, cuándo estamos forzando al cuerpo— puede cambiar por completo la manera en que vivimos el día.

Cuando dormimos mal, lo nota todo el cuerpo

sueno335 Merca2.es
La temperatura correcta puede transformar tu descanso. Fuente:Canva

Las consecuencias de dormir mal no son un simple cansancio al despertar. Son profundas y afectan todas las áreas de la salud. Ferrero menciona algunos ejemplos que impresionan:

  • Perder solo una hora de sueño puede aumentar un 7% el riesgo de infarto al día siguiente.
  • El sistema inmunológico se reduce, literalmente, porque disminuyen las células que nos defienden.
  • En el largo plazo, quienes duermen mal tienen más probabilidad de desarrollar Alzheimer de manera temprana.

En los deportistas, el impacto es aún mayor. El músculo se repara y crece durante la noche, no durante el entrenamiento. Por eso Ferrero usa una frase que golpea:
“Si entrenás como un profesional pero dormís como un amateur, vas a rendir como un amateur.”

El entorno también duerme contigo

sueno521 Merca2.es
Reducir luces y ruidos mejora la calidad del sueño. Fuente:Canva

La calidad del sueño depende, sorprendentemente, de pequeños detalles que solemos pasar por alto:

  • Temperatura: cuanto más baja, mejor. Ayuda a liberar melatonina.
  • Almohadas: una para la cabeza y otra fresca entre las piernas para relajar la postura y bajar la temperatura corporal.
  • Sábanas: recomienda tejidos fríos que “parecen mármol”.

Son cambios simples, pero —si lo pensamos— dormir bien es más una construcción de hábitos que un golpe de suerte.

Cada cuerpo tiene su propio reloj

sueno214 Merca2.es
Crear rutinas nocturnas ayuda al sueño reparador. Fuente:Canva

El horario ideal de sueño no es universal. Depende del cronotipo, esa especie de “reloj interno” que determina si somos más de acostarnos temprano o tarde. Aproximadamente la mitad de la población duerme en horarios típicos; el resto se divide entre madrugadores y noctámbulos.

En adultos, lo normal es dormir entre 7 y 9 horas. Los niños necesitan más, y los deportistas o personas enfermas también.

Lo que arruina el sueño (aunque no queramos admitirlo)

Ferrero menciona varios hábitos que actúan casi como saboteadores nocturnos:

  • Cafeína: incluso la que se toma por la mañana puede seguir activa por la noche. Fragmenta las fases más importantes del sueño.
  • Alcohol y tabaco: el alcohol adormece, sí, pero no deja que el cerebro haga su trabajo interno; el tabaco activa el sistema nervioso.
  • Pantallas y luz: ver series tensas, videojuegos o dormir con la televisión encendida mantiene al cerebro alerta.

Sobre el magnesio, es claro: solo sirve si hay déficit. Si no, “lo único que conseguimos es una orina más cara”.

Roncar no es normal, y menos en un niño

YouTube video

El ronquido es la gran señal de alerta de las apneas de sueño, episodios en los que la persona deja de respirar mientras duerme. Las apneas multiplican el riesgo de infartos, aumentan el riesgo de cáncer y deterioran gravemente el cerebro.

En los niños, la preocupación es aún mayor por su desarrollo neurológico.


Publicidad