La corrupción socialista ha dado fuerza a la ola deslegitimizadora que la derecha española lleva años impulsando con el lema «mafia o democracia», tendrían que aclarar en qué grupo sitúan al partido de la Gürtel. Ayer, la Telemadrid más pepera se volcó en emitir la manifestación —con evidente pinchazo de público—, un preocupante discurso de Isabel Díaz Ayuso (que habla de ETA en presente y sigue dando que hablar) y nuevos episodios de acoso a periodistas de RTVE. Esta, al igual que la autonómica madrileña —y pese a que ambas se financian con dinero público—, ha tomado partido por uno de los dos bandos ideológicos.
El presidente de RTVE, José Pablo López, ha salido en defensa de sus compañeros mientras lamenta el tortazo dominical que le regaló El País en forma de reportaje envenenado firmado por Quico Petit. El texto, interpretado en el revuelto patio audiovisual madrileño como un aviso a navegantes, concluye con el testimonio de «una de las personas que mejor lo ha conocido en los últimos años», que asegura que el directivo malagueño «no tiene reparos en dejar atrás lo que ya no le sirve o puede hacerle sombra. Es una especie de Tom Ripley que ha dejado muchas víctimas. Y cualquier día pueden salir a flote.

La bomba coincide con el día en que se conoció que RTVE ha decidido no renovar uno de los escasos dos proyectos que la filial del Grupo Prisa, LaCoproductora, le servía. El espacio de divulgación histórica ‘El condensador de fluzo’ no será renovado y se cae tras cinco temporadas en La 2. Este hecho deja tocada de muerte a la productora hermana de El País, ya descabezada desde hace unos meses tras la salida de José Miguel Contreras, consolidado como principal asesor mediático de Pedro Sánchez y ahora más relajado tras jubilarse como profesor universitario y ser despedido de Prisa.
López se ha abrazado a Mediapro y La Osa Producciones tras aparcar a LaCoproductora y a otra compañía con vínculos con Prisa, The Pool, que atraviesa una situación económica delicada de la mano de Andrés Varela Entrecanales, accionista de la editora de la Cadena SER.
El presidente de RTVE está incómodo tanto por el dardo de El País como por las consecuencias que puedan derivarse de la inhabilitación de los dueños de La Osa, Óscar Cornejo y Adrián Madrid, productores de ‘Directo al grano’, condenados por desvelar datos de una menor. La condena fue rebotada por los ‘Informativos Telecinco’, quizá como respuesta de Mediaset España al enfado que causó que ‘Directo al grano’ (producido por La Osa) emitiera una entrevista a Antonia Dell’Atte para denunciar las situaciones que sufrió de manos de Alessandro Lecquio, recién despedido de Telecinco y padre de una hija amadrinada por Ana Rosa Quintana.
Cornejo y Madrid no olvidan que Ana Rosa ocupó el hueco que dejó Sálvame y, una vez evidenciada la incapacidad de Unicorn Content para alcanzar los datos que lograban algunos programas de La Fábrica de la Tele, La Osa quizá aspire a un desembarco en Telecinco de la mano del nuevo director de Contenidos, Alberto Carullo, que no padece la alergia hacia los productores de ‘Directo al grano’ que sí sufre su jefe, Alessandro Salem, CEO de Mediaset España.
Salem sigue sin frenar la sangría que sufre Telecinco, para inquietud de los Berlusconi, que aun así continúan haciendo negocio en España pero, en vez de reinvertir en Mediaset España, han desembarcado en Portugal tras hacerlo en Alemania. Telecinco padece una profunda crisis de identidad: formatos del pasado que ya no funcionan como antes (‘Gran Hermano’ es un buen ejemplo), un presente preocupante —la cadena va camino de marcar un nuevo mínimo histórico anual— y un futuro incierto.
Aun así, su modelo amarillista ha servido de inspiración a algunos polémicos discípulos como los hermanos Carlos y Daniel Ramos, que el próximo domingo estrenan ‘La casa de los gemelos 2’, con personajes habituales del universo Telecinco como Aramís Fuster, Bea la Legionaria o José Labrador.
A la noche de los domingos dijo ayer adiós de forma temporal ‘Salvados’, que sigue generando grandes reportajes y entrevistas sin alcanzar las audiencias de antaño. El programa celebró sus 18 años en antena con una doble entrega con una larga una entrevista a la exconsellera Salomé Pradas, quien denunció la repugnante actitud que mostró su exjefe, Carlos Mazón, el día en que más de 200 valencianos morían ahogados a causa de la DANA.
A Mazón lo apoyaron durante un año Alberto Núñez Feijóo y algunos medios de comunicación que ahora se llevan las manos a la cabeza por la decisión de eldiario.es de prescindir como columnista de una periodista que los despreciaba, Elisa Beni, por publicar unas relevantes informaciones (en este caso ciertas, no como otras que ha publicado El Mundo) sobre los juzgadores de Álvaro García Ortiz, quien ni debía seguir como Fiscal General del Estado ni debió caer por lo que ha caído.
El PSOE se duele ahora del sesgo judicial ultraconservador tras ponerse de perfil cuando las ‘fuerzas del orden’ se conjuraban contra Podemos y los líderes del procés.








