La mañana de este domingo ha dejado una de las publicaciones más dolorosas que Laura Matamoros ha compartido en mucho tiempo, un mensaje cargado de emoción en el que la influencer confirma la muerte de una persona fundamental en su vida y que ha marcado de forma profunda su historia personal. “Mi amor, ya en paz”, comienza diciendo en esa despedida pública que ha difundido ante sus más de 990.000 seguidores, tratando de encontrar consuelo en medio de un golpe emocional que, como ella misma admite, ha dejado su alma completamente rota. La pérdida de esta amiga cercana ha supuesto un mazazo para la hija de Kiko Matamoros, que se ha desnudado emocionalmente en un texto donde se mezclan la aceptación, la tristeza y la necesidad de aferrarse a los recuerdos compartidos, reconociendo que el dolor se vuelve más llevadero cuando se piensa en todo lo que vivieron juntas.
3Su entrevista con Sonsoles Ónega
Durante su conversación con Sonsoles Ónega, Laura reconoció que no siempre supo manejar la presión emocional de una relación adulta y que, al mirar atrás, siente que no jugó el mejor papel posible en algunos momentos. Sin embargo, también expresó que desea de corazón que su expareja rehaga su vida con felicidad y que ella misma pueda encontrar estabilidad emocional en algún momento: “Nos respetamos mogollón, y espero que rehaga su vida felizmente y yo pueda hacerlo en algún momento”, afirmaba con una honestidad desarmante. Consciente de que la perfección no existe, admite que, de no haber terminado la relación, quizá hubiese logrado la familia ideal que siempre imaginó, pero también reconoce que sus caminos necesitaban separarse para que ambos pudieran crecer. Aun así, se mantiene firme en su intención de construir un entorno estable para sus hijos, evitando que las heridas del pasado condicionen su presente.
Ahora, en un cierre de año marcado por emociones intensas, pérdidas dolorosas y revisiones del pasado, Laura Matamoros se enfrenta a un nuevo golpe que vuelve a poner a prueba su fortaleza emocional. El fallecimiento de una amiga tan importante llega en un momento de búsqueda personal, de reconstrucción interna y de reflexión constante sobre aquello que realmente importa. Y aunque el dolor sea enorme, su despedida pública demuestra que se aferra a los recuerdos compartidos como un salvavidas, confiando en que el amor que las unió seguirá acompañándola en los próximos meses. En palabras suyas, aunque “el alma esté rota”, también existe la certeza de que esa amistad, marcada por ciudades, experiencias y complicidades, permanecerá viva más allá de la ausencia, iluminando su camino incluso en los días más difíciles.








