El ambiente mediático vuelve a girar en torno a Alejandra Rubio, quien atraviesa días especialmente intensos por la inminente celebración del primer cumpleaños de su hijo, fruto de su relación con Carlo Costanzia, una cita que no solo marca un momento emocionalmente importante para la joven pareja, sino que además reabre todas las especulaciones sobre el posible encuentro entre las dos abuelas, Terelu Campos y Mar Flores, cuya relación no pasa por su mejor momento. La colaboradora de Telecinco ha reconocido que está viviendo una mezcla de ilusión, presión y cierta incomodidad al comprobar que cada paso que da se analiza al detalle, y aún más cuando se trata de un evento familiar que podría reunir a dos figuras mediáticas que arrastran tensiones acumuladas en los últimos meses. En este contexto, Alejandra ha confesado que su entorno más cercano le está pidiendo calma, pero que aun así no deja de recibir preguntas sobre lo que ocurrirá ese día y sobre la posibilidad de que, por primera vez, Terelu y Mar compartan espacio en una fecha tan señalada.
3La nueva casa de Alejandra Rubio
Otro de los asuntos que ha generado titulares en las últimas semanas son los planes de Alejandra para comprar una vivienda, un tema que ella misma ha aclarado repetidamente. Tras los rumores que la situaban visitando la casa de Marta López y el ático de Mayra Gómez Kemp, la hija de Terelu ha desmentido que esté en busca activa de una propiedad como las que se mencionaron. Dice querer un hogar propio, pero reconoce que no puede permitirse comprar esas viviendas a día de hoy y que, aunque podría contar con una ayuda puntual de sus padres, considera que debe mantener los pies en la tierra. Además, está convencida de que no quiere vivir en el centro de Madrid, sino en una zona más tranquila, con espacio y jardín para todos los animales que tiene. “Tengo muchos animales y necesito una casa con jardín”, repite cada vez que se le pregunta al respecto.
Mientras tanto, en redes sociales, Alejandra intenta mostrarse calmada, aunque no puede evitar que el debate sobre la posible reunión de Mar Flores y Terelu Campos eclipse cualquier otro tema que rodea a la familia. La joven reconoce que vive una etapa bonita, pero cargada de presión externa, y que cada paso que da se analiza con lupa. Con todo, insiste en que el cumpleaños de su hijo no será un escenario para tensiones ni reconciliaciones forzadas, sino un día pensado para él, algo que espera que todos los invitados respeten. Y, aunque no lo diga abiertamente, parece evidente que Alejandra desea que ese primer cumpleaños no termine convertido en el enésimo capítulo mediático sobre rencores, silencios y distancias entre familias expuestas habitualmente a la opinión pública.
