viernes, 28 noviembre 2025

Mercedes Cuesta, directora del Hospital Ruber Internacional: «Yo creo que en España la sanidad pública es muy buena, somos los mismos, y no es mejor en la privada»

Mercedes Cuesta defiende que la sanidad española debe dejar atrás la división entre lo público y lo privado. Propone unir recursos, reducir esperas y fortalecer la atención primaria para lograr un sistema más eficiente y equitativo.

La sanidad en España atraviesa un momento de transición en el que conviven avances tecnológicos, retos estructurales y una voluntad creciente de colaboración entre sectores. En este escenario, la voz de Mercedes Cuesta, directora del Hospital Ruber Internacional, aporta una mirada experimentada que invita a repensar el sistema desde la complementariedad y no desde la confrontación.

Para la especialista, que ha desarrollado su trayectoria a caballo entre la sanidad pública y la sanidad privada, el verdadero desafío no es dividir modelos, sino unir capacidades. Su propuesta es sencilla de comprender: sumar esfuerzos para reducir esperas, optimizar recursos y garantizar una atención más equitativa, sin importar el código postal del paciente.

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Un sistema con bases sólidas, pero que necesita recuperar el pulso

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Cuesta sostiene que la sanidad pública en España mantiene un nivel profesional “excelente”, respaldado por médicos formados con rigor y acostumbrados a trabajar bajo presión. Para ella, la frontera entre sanidad pública y sanidad privada es más difusa de lo que parece, porque “somos los mismos profesionales”, aunque con estructuras y ritmos diferentes. En su opinión, la calidad no depende del tipo de hospital, sino del talento humano que sostiene cada turno.

Aun así, reconoce que el gran problema sigue siendo el mismo: la espera. La sanidad necesita reducir los tiempos de consulta, diagnóstico y cirugía, algo que no se resuelve únicamente con inversión, sino también con organización. En ciudades como Madrid, donde conviven numerosos centros públicos y privados, la presión se reparte mejor. Sin embargo, la realidad cambia en zonas rurales, donde un solo equipo atiende a múltiples municipios.

Por eso insiste en un punto que repite con convicción: la sanidad debe funcionar como una red única, donde la pública pueda apoyarse en la privada cuando la demanda desborda sus capacidades. Según explica, muchos hospitales privados ya colaboran sin ánimo de protagonismo, ofreciendo pruebas diagnósticas o ayudando a descongestionar listas de espera. Para Cuesta, la clave está en que esta cooperación sea más amplia, más transparente y más frecuente.

Sanidad: La importancia del médico generalista y el desafío de las nuevas generaciones

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Fuente: Freepik

La especialista recuerda que España no sufre una falta generalizada de médicos, sino una distribución desigual. La sanidad tiene carencia de profesionales en áreas concretas, sobre todo en atención primaria y urgencias. Para ella, el médico de familia es “fundamental” y merece mayor reconocimiento, especialmente en una época dominada por la superespecialización.

Asegura que la sanidad también necesita más enfermeras y anima a los jóvenes a considerar estas profesiones como un camino lleno de sentido. La medicina, dice, exige equilibrio emocional, vocación y capacidad para acompañar al paciente incluso en sus momentos más frágiles.

En un futuro donde los hospitales robotizados ya no parecen ciencia ficción, Cuesta defiende que la tecnología será una aliada, pero nunca un sustituto. La sanidad, recuerda, no puede perder su calor humano. “Un enfermo no es poderoso ni débil. Es una persona que necesita ayuda”, afirma.


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