El envejecimiento ya no es un destino inevitable, sino un proceso que podemos comprender y transformar. El Dr. José Hernández Poveda, médico neurocirujano y una de las voces más escuchadas hoy en el ámbito de la longevidad, insiste en algo que hace apenas unos años habría sonado a ciencia ficción: vivir mucho más —y mucho mejor— es algo perfectamente posible. Según explica, los avances en biología, medicina preventiva y reprogramación epigenética nos están llevando a un cambio de era.
Su forma de explicar el envejecimiento es casi desarmante en su sencillez. Dice: “envejecer lo que realmente es es una pérdida de información a nivel genético”. Y cuando esa información se pierde, las células empiezan a fallar, a “olvidar” lo que tienen que hacer. A algunas incluso se les llama células zombie, porque se quedan ahí, sin funcionar, liberando sustancias que dañan a las que tienen alrededor. Ese proceso es el que, con el tiempo, abre la puerta a enfermedades como el Alzheimer o el cáncer.
Para que cualquiera lo entienda, el doctor recurre a una imagen preciosa: “el ADN es un manual de instrucciones… si quieres, podríamos llamarlo una sinfonía entera escrita”. Pero la magia (and el problema) no está en el manual en sí, sino en cómo lo interpretamos. Ahí entra la epigenética. “El ADN es el libro, y la epigenética es qué capítulos del libro quieres leer”, resume. Y aquí viene lo más potente: nuestros hábitos pueden modificar la forma en la que los genes se expresan.
Longevidad: vivir muchos años… pero bien

El Dr. Hernández Poveda lo deja claro desde el principio: esto no va solo de sumar años al calendario. Va de sumar vida a esos años. “No se trata de alargar los años, sino de asegurarnos de que puedes mantener la máxima calidad de vida”, repite. Por eso identifica cuatro pilares esenciales: entrenamiento, sueño, nutrición y salud mental.
Entrenamiento: músculo y aire, la base de todo
Cuando él dice que el músculo es “el órgano de la longevidad”, no es una exageración. Asegura que no trabajar la masa muscular “me acerca más a la muerte que fumar”. Impacta leerlo, pero sus datos lo respaldan: una persona con debilidad muscular tiene un riesgo de muerte un 250% mayor que alguien fuerte. Y sobre el cardio es directo: “ocho veces peor que fumar es tener una capacidad cardiorrespiratoria baja”.
El sueño: la limpieza profunda del cerebro

El descanso no es un lujo, sino una herramienta terapéutica. El doctor recuerda el papel del sistema glinfático, un mecanismo que se activa cuando dormimos profundamente y que se encarga de “limpiar” desechos en el cerebro. Si este sistema falla, el riesgo de enfermedades neurodegenerativas aumenta de forma significativa.
Nutrición: energía estable y proteína suficiente
Sobre alimentación, su mensaje es claro: necesitamos más proteína de la que solemos pensar —al menos 1.6 g por kilo de peso— y debemos evitar los picos de glucosa, que disparan la inflamación y dañan la salud metabólica. La nutrición es un equilibrio entre energía, estructura y estabilidad interna.
Salud mental: estrés, propósito y bienestar

Este pilar es el más difícil de medir, pero no por ello menos importante. El Dr. Hernández Poveda usa herramientas como la variabilidad de la frecuencia cardíaca y el cortisol para evaluar el impacto del estrés crónico. Y añade algo vital: tener un propósito mantiene la mente y el cuerpo vivos.
Medicina proactiva y el futuro del rejuvenecimiento
Hernández Poveda es defensor absoluto de la medicina predictiva. Para él, “el conocimiento es poder” y conocer los riesgos con años de antelación permite evitar enfermedades que antes parecían inevitables. Su visión apuesta por anticiparse, no reaccionar.
Pero lo más revolucionario es la reprogramación epigenética. Basándose en los Factores de Yamanaka, el doctor asegura que “en los próximos 5 a 10 años tendremos algo similar a esto”: un método para resetear parcialmente el envejecimiento celular. De hecho, afirma que tanto él como cualquier persona joven podría llegar a vivir 150 años.









