jueves, 27 noviembre 2025

Keka Sánchez, Facua, explica qué ocurre si devuelves recibos domiciliados

La portavoz de Facua, Keka Sánchez, explica cómo funcionan los recibos domiciliados y qué implica devolverlos. Un derecho del consumidor que requiere información, plazos claros y atención para evitar recargos, errores y conflictos con las empresas.

Los recibos domiciliados forman parte de nuestra vida cotidiana. Llegan cada mes al banco y rara vez pensamos en ellos, aunque son la base del pago de la mayoría de nuestros servicios. Sin embargo, cuando un importe no cuadra, la duda aparece y el trámite deja de ser tan automático como creemos.

En estos casos conviene entender cómo funciona la devolución de recibos domiciliados, un mecanismo completamente legal que nos ampara como usuarios, pero que también exige precisión y responsabilidad. Es un derecho, sí, pero uno que conviene ejercer con conocimiento para evitar problemas mayores.

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El derecho a devolver los recibos domiciliados: plazos, normas y obligaciones

El derecho a devolver los recibos domiciliados: plazos, normas y obligaciones
Fuente: agencias

Para Keka Sánchez, portavoz de Facua, comprender la naturaleza de los recibos domiciliados es el primer paso para tomar buenas decisiones. La normativa de servicios de pago establece que todo cargo se realiza porque el usuario dio un consentimiento previo por escrito. Aun así, la ley permite ordenar la devolución cuando algo no coincide con lo pactado. El banco debe aceptarla, aunque los plazos cambian según la situación: en los cargos autorizados el usuario dispone de ocho semanas y, en los no autorizados, hasta trece meses. En ambos casos, la entidad tiene diez días hábiles para devolver el importe completo o explicar por qué lo rechaza.

Ese detalle, explica Sánchez, es vital. Si el banco decide negar la devolución de recibos domiciliados, debe indicar de forma clara qué alternativas tiene el usuario para reclamar, tanto por vía judicial como extrajudicial. No se trata de un favor: es una obligación regulada. Por eso Facua insiste en que la información sea precisa y que las entidades respeten las buenas prácticas. Un error en la orientación puede perjudicar al consumidor más de lo que imagina.

Consecuencias, excepciones y por qué la información importa

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La devolución de recibos domiciliados puede generar confusiones. Si el motivo no queda claro o no se comunica adecuadamente, la empresa emisora podría interpretar que el cliente está dando de baja un servicio. Esto ocurre con frecuencia cuando alguien devuelve un recibo simplemente porque ese mes no llega a pagarlo. El proceso, aunque sencillo, requiere explicar lo ocurrido para evitar cortes involuntarios o conflictos innecesarios.

Hay casos que exigen más atención. Los recibos domiciliados de Hacienda o Seguridad Social no funcionan como los del teléfono o la luz. Su devolución puede generar recargos, pérdida de bonificaciones o incluso la interrupción de futuros envíos. De ahí la importancia de asignar la clave correcta en el banco. La entidad no solo debe tramitar la solicitud, sino también orientar al usuario sobre cuál es el motivo adecuado según cada situación. Una mala indicación puede transformar un trámite cotidiano en un problema administrativo difícil de resolver.

Keka Sánchez insiste en que la mejor defensa es la información. Los recibos domiciliados son una herramienta útil y práctica, pero también un mecanismo sujeto a reglas muy claras. Saber cuándo devolverlos, cómo hacerlo y qué esperar después evita confusiones y protege a quienes dependen de ellos para gestionar su vida diaria. Si surgen dudas, Facua recuerda que cualquier usuario puede solicitar asesoramiento para revisar su caso y actuar con seguridad.


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