Esta es la principal conclusión que se puede sacar de la sesión informativa sobre las conclusiones de la COP30 en Belém (Brasil) de la Fundación de Empresa y Clima en la sede de AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación) que ha plasmado unas conclusiones mixtas del evento climático. En este aspecto se han aplaudido algunos avances en materia climática, pero también se han producido algunos retrocesos, en comparación con otras Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
La jornada se ha iniciado con la intervención de Elena Pita, directora de la Oficina Española del Cambio Climático, que ha indicado que lo últimos informes publicados antes de la celebración de la COP en Brasil, apuntan a que quedan muchos avances pendientes tanto en adaptación, como en mitigación para llegar a la senda de 1,5 ºC. Aún así, Pita Domínguez ha afirmado que el Acuerdo de París sigue vigente y que está teniendo efectos, ya que el calentamiento proyectado rondaría 2,3–2,5 ºC para 2100.
Elvira Carles: «No ha sido la peor COP, pero ha sido muy mala»
La directora de la Oficina Española del Cambio Climático, ha destacado como principal logro la “decisión Mutirão”, un plan paraguas que busca fomentar el “papel central de la ciencia” en la divulgación de información sobre el cambio climático; al igual que la continuidad implícita en la transición energética. En este sentido, también se espera el compromiso de triplicar los recursos para adaptación en 2035, y se establece un mecanismo operativo para implementar la transición energética justa.
Después ha intervenido Elvira Carles, directora de la Fundación Empresa y Clima, que ha hecho un balance menos optimista: “Ha sido una COP muy mala”. Su razonamiento se basa en que en esta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se ha perdido todo lo luchado por la reducción de la explotación de recursos fósiles que comenzó en la COP de Dubai en 2023.
En este aspecto, Carles apunta a que durante la jornada en Brasil, se formó un bloque de países a favor de la explotación de crudo, donde lideraba China con el apoyo de 80 países, que forzó el veto en toda referencia a eliminar o reducir los combustibles fósiles en el texto final, dando pie a que en los siguientes 2-3 años no se vaya a mencionar el descenso del uso de fósiles.
Por otro lado, también apunta a una mala gestión en el campo en las soluciones para la financiación de la adaptación para poder hacer frente a los impactos y consecuencias actuales y futuros del cambio climático, donde se establecieron 59 indicadores pero “mal trabajados, tarde, y sin obligaciones financieras”. Sumado a que también ha explicado que la promesa de triplicar la financiación en esta materia, no implica que se vaya a invertir más capital para los fondos globales en la lucha contra el cambio climático, sino que del fondo establecido se va a destinar el triple para financiar la adaptación.
El reto de la financiación en la COP30
Siguiendo la vía de la financiación, la directora de la Fundación Empresa y Clima ha señalado que también se produjo otro choque de posturas, esta vez centrado en la revisión del sistema que determina quién debe aportar recursos a la acción climática o el Artículo 9 del Acuerdo de París.
En este sentido, Europa defiende actualizar el marco vigente para que nuevos países con mayores capacidades económicas también contribuyan, mientras que varios estados en desarrollo como China e India (actualmente de los países más contaminantes) temen que una redefinición diluya la responsabilidad histórica de las naciones más ricas. Un desencuentro, que volvió a poner de manifiesto la complejidad de alcanzar un acuerdo sobre un reparto justo de la carga financiera en un escenario global cada vez más desigual.
Por otro lado, Elvira Carles ha aportado que se produjeron logros relevantes en materia de los mercados de carbono con la aprobación definitiva de los artículos 6.2 y 6.4 del Acuerdo de París, que ratifican la capacidad que tienen las empresas para vender los derechos de emisión de carbono que no ha usado a otras compañías e incluso países.
Carles ha destacado este acierto, ya que por cada transacción un 5% se destinaría a un fondo común que ayudaría a los países en vías de desarrollo a cumplir sus objetivos climáticos. Una medida en la que se han confirmado todos los procedimientos operativos necesarios para garantizar su vigencia en 20 años. A los aspectos positivos también se añade el compromiso global y multilateral de promover integridad en toda la información asociada al cambio climático para evitar el negacionismo.

La jornada también ha contado con la participación con participantes empresariales que los participantes acudieron a la COP30 en una mesa de debate formada por: Víctor González, director general para Europa de Xcalibur Smart Mapping; Beatriz Fernandez de Prada, Jefa de Liderazgo en Sostenibilidad de Acciona; Javier Cervera, responsable de transición energética en Baleària; y Anna de las Heras, técnica de investigación en Policy Engagement de CREAF.
En sus intervenciones han expresado un punto de vista mixto de los diferentes avances y retrocesos que se han podido llevar a cabo, donde el sentimiento predominante es que existe un mayor interés en el sector privado en la innovación hacia la sostenibilidad, que por los estados que acudieron a la COP30.
El evento, finalmente concluiría con la participación de Javier Mejía, director de Marketing Estratégico y Desarrollo de Negocio de AENOR, que quitando valoraciones de lo que ha supuesto la COP30, ha apuntado a que existe una conciencia «sin límites” medioambiental tanto en empresas como en la sociedad.
En definitiva, fruto de este evento organizado por la Fundación Empresa y Clima en la sede de AENOR, la principal conclusión que se saca es que la COP30 ha realizado avances claves en la materia del mercado de carbono que es crucial para empresas y países en vías de desarrollo, al igual que retrocesos en materia del petróleo, al igual que conflictos en la financiación. Una situación, que habla de lo mucho que queda por progresar en materia climática.








