Belén Esteban ha decidido romper su silencio tras la histórica resolución judicial que la enfrenta de manera definitiva a Toño Sanchís, quien ha sido condenado a dos años de cárcel por apropiarse indebidamente de más de 400.000 euros de la colaboradora televisiva. La sentencia, dictada por la Audiencia de Madrid, pone fin a un largo enfrentamiento que comenzó hace casi una década, cuando Belén descubrió que su representante, en quien había depositado toda su confianza, se había aprovechado de su relación profesional y personal para beneficiarse de manera ilícita.
1Primeras palabras de Belén Esteban
En sus primeras palabras tras conocer la decisión del juez, la colaboradora no dudó en expresar su emocionada satisfacción: «Me quisieron pisotear mi dignidad, pero la justicia me ha dado la razón (otra vez)», afirmó, mostrando una mezcla de alivio, orgullo y reivindicación por la lucha que ha mantenido durante todos estos años. Además de la condena de prisión, Toño Sanchís deberá pagar una multa de 2.100 euros y abonar a Belén Esteban una indemnización que se calculará restando los importes ya cobrados por ella en procesos anteriores, así como el dinero percibido por la venta de una vivienda adjudicada en dichos procesos. La resolución judicial marca un punto de inflexión en la vida de Belén, que por fin ve reconocido su derecho tras años de humillaciones, desconfianza y una batalla legal que puso a prueba su fortaleza personal y profesional.
El caso, que saltó a la luz pública en diciembre de 2015, ha sido uno de los más mediáticos de la historia reciente de la televisión española, no solo por las cifras económicas implicadas, sino también por la relación personal que unía a Belén Esteban y Toño Sanchís. Durante años, la colaboradora consideró a su representante casi como un miembro más de su familia, al punto de reconocer que «lo tenía en mi testamento» y que lo veía como un hermano. La traición y el engaño supusieron un golpe durísimo para Belén, quien confesó en su momento sentirse rota por dentro, incapaz de comprender cómo alguien tan cercano podía aprovecharse de ella. La indignación y el dolor se mezclaron con la impotencia, pero también con la determinación de defender su dignidad y recuperar lo que le pertenecía. Con el apoyo incondicional de su marido Miguel, con quien contrajo matrimonio en 2019, Belén inició una batalla judicial que se prolongó durante años, enfrentándose a un sistema que, aunque finalmente le dio la razón, requirió de paciencia, resistencia y fortaleza emocional. La resolución judicial, por tanto, no solo supone un triunfo económico, sino también un triunfo personal y simbólico, que confirma su capacidad para superar adversidades y reivindicar su posición frente a quienes intentaron dañarla.
