Después de décadas en la televisión, Jordi González ha vuelto a situarse en el foco mediático, pero esta vez no por su faceta como presentador, sino por una revelación económica que ha dejado boquiabiertos a muchos. Hace unos meses, el comunicador regresó a la pequeña pantalla al frente de la actual temporada de ‘Col·lapse’, un programa de TV3 que marca un hito en su trayectoria profesional porque, como él mismo ha confirmado, será el último que presente antes de su jubilación. En una entrevista concedida a ‘Diari Ara’, el veterano presentador no solo anunció su retiro, sino que también habló abiertamente de sus finanzas y de cómo estas le han permitido tomar la decisión de poner fin a su carrera sin depender de ningún ingreso adicional.
3Jordi González, un privilegiado
La revelación sobre su sueldo millonario se convierte en un elemento central para entender su jubilación. Jordi ha acumulado suficiente capital para retirarse con tranquilidad y dedicarse a proyectos personales y viajes, algo que enfatiza su comentario sobre no tener hijos y, por tanto, no tener responsabilidades financieras que condicionen su retiro. Esto resalta la importancia de la planificación económica en la vida de los profesionales de televisión y cómo un sueldo elevado puede marcar la diferencia a la hora de tomar decisiones sobre el final de una carrera pública.
En definitiva, Jordi González cierra un capítulo televisivo lleno de éxitos y reconocimientos, respaldado por una estabilidad económica que pocos presentadores pueden alcanzar. Su experiencia en Telecinco, donde llegó a percibir 120.000 euros por programa, le permitió acumular suficiente capital para elegir cuándo y cómo poner fin a su carrera sin presiones externas. La combinación de talento, experiencia y remuneración excepcional le ha brindado la posibilidad de jubilarse con tranquilidad, viajar, aprender y explorar nuevos intereses personales, todo ello sin comprometer su calidad de vida ni depender de un contrato televisivo.
Así, el comunicador deja claro que su retiro es una decisión plenamente consciente, sustentada en una carrera impecable y en la seguridad financiera que consiguió gracias a sus años en la televisión privada. Su historia demuestra que, en ocasiones, el factor económico puede ser determinante a la hora de tomar decisiones profesionales trascendentales y que la televisión, cuando recompensa adecuadamente a sus talentos, puede ofrecer libertades que pocos sectores permiten. Jordi González se despide de la pantalla, pero lo hace con la certeza de haber trabajado, cobrado y decidido con pleno control sobre su destino, un epílogo que muchos envidiarían y que cierra con broche de oro una trayectoria que combina prestigio, solvencia y autonomía financiera.








